1 de enero de 2015

FRAGMENTO 59

FRAGMENTO 59
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

Ella esperaba otra pregunta, supongo. Una sobre el monto de las esperanzas, entre comillas, que abrigó respecto a la maleta. Un millón de dólares.
––Qué miedo ni que las hilachas, manita ––dijo––. Miedo cuando te acuestas con hambre y despiertas sin quinto, ¿capiscas?, ¿paditú?
Mientras tanto nuestra jefa la Rott esperaba que doña Juanita revelara más de lo que parecía dispuesta a revelar. Porque la doña iba dejando cabos sueltos para medir el grado de nuestro interés. El morbo de la Rott y mío era evidente con nuestras preguntas… La doña, recepcionista, redactaba cartas y memos si había exceso de trabajo.
El escritorio de la Rott era de ejecutiva y el mío, normalito, lic. El de la doña, situado frente al elevador. Tamaño y sitio determinaban las jerarquías. La mayoría de nuestros diálogos se daban en la antesala de la dirección. La actitud de la Rott denotaba arrogancia o alerta máxima porque pretendieran quitarle el tiempo al jefazo.

Retomo el hilo, licenciado GarcíaMe remito al lugar de los hechosQuién sabe qué pensó Hércules al ver a Leo por primera vez. No porque lo viera chueco de la cara. Peores caras debió haber visto en la cárcel… Yo hablo de qué pensó para enfrentarlo sin correr peligro. Me pregunto si de Hércules se apoderó un ánimo de venganza incontrolable cuando recordó al abogado transa defensor de oficio. ¿Se tentó el corazón para no atacar a un lisiado, su rival de hecho? ¿Decidió el ataque al intuir que estaba en juego su vida o la mía? ¿Llevaba Hércules la pelotita de hule macizo con la cual se ejercita y practica el tiro al blanco? Sí pero no pudo haber sido esa el arma arrojadiza, dado los truculentos resultados.
Me pregunto qué pensó Leo cuando Hércules, viejo y chaparrito aunque macizo y útil aún, oxidado a medias, je je, le reclamó ojetadas y chingaderas. Perdón. ¿Lo tomó como a un sicario? Así lo sospechó el Trepamadres, el primo de a mentiritas. ¿Lanzó Leo pestes contra mí? ¿Insultó a Hércules con su lenguaje soez al sospechar en él a un ex convicto? ¿Se burló diciéndole abuelito ya no estás para estos trotes, o le dijo persuasivo que podía echarle una mano para jubilarlo de sus hamponerías?

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