29 de diciembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Preguntas para don Diablo

El tema “ya valió”, amigo don Diablo. Vi ayer las fotos y hoy leí la explicación de los marinos luego de mandarte por correo mis preguntas. Tu explicación es justo lo que el leeperiódicos interpreta porque hasta ayer eran mensajes entre las bandas del hampa. Tras la intervención de los marinos, resultó extraño ver en las fotos la bajada de pantalones y los billetes sobre el cadáver. Fueron los forenses de Morelos, informó ya la procuraduría. La extrañeza debiera mantenerse pues hay narcos policías o policías narcos. Es decir, ¿esos forenses bajapantalones trabajan para judiciales que trabajan para una banda enemiga del jefe de jefes? Es posible.
Las matanzas entre pandillas deben presentar peculiaridades truculentas impublicables. Así, un leeperiódicos se hace numerosas preguntas ante la información abundante y dispersa. Por ejemplo, las narcomantas. ¿Cómo se ha dado el caso sin que los pesquen in fragantti? Porque las cuelgan custodiados por policías a sueldo del narco, sabes ahora.
Para entender por qué intervino la Marina, el lector debe expurgar las notas informativas. Mientras, te preguntas: ¿Qué hace la Marina lejos de las costas? ¿Desplazándose a bordo de vehículos, no de embarcaciones? ¿Te imaginas a la tropa surcando los mares en vehículos? ¿Por qué llevan uniformes oscuros como los soldados y no de marinos? Porque a los federales se les perdió la confianza, lees por ahí.
Durante el apogeo tecnológico de las comunicaciones estamos cada vez menos informados. Abundan en el ciberespacio textos desarticulados y sin verosimilitud. Escriben y opinan a mansalva. ¿Esquiroles gratis? Los anónimos proliferan y es una hazaña poner en claro cualquier tema de interés. Tarea para jovenazos con todo el tiempo del mundo. ¿Saldrán de ahí millones de lectores, de pantalla o de prensa?
Se necesita algo aparte de la defensa del lector. Un programa de compu que procese boletines, información, declaraciones, etcétera. Con el resultado de cuartilla y media, tres mil caracteres; dos cuartillas, cuatro mil caracteres para un caso como este. Sin adjetivos ni adverbios ni siglas ni cargos rimbombantes. Traducir al cristiano, dirían los maestros, la abominable jerga de las fuentes informativas. ¿Los judiciales son ahora policías ministeriales? ¿Se le dice arma de cargo porque la cargan? A una detención se le llama ahora aseguramiento. Allá ellos. Pero ¿hacernos cómplices?




GARBANZOS DE A LIBRO

Javier Cercas
Por qué los buenos escritores
decepcionan al conocerlos en persona



El escritor español Javier Cercas, autor del superventas “Soldados de Salamina”, escribe: “Los grandes escritores escriben páginas malísimas, porque cuando mejor es un escritor peor es capaz de escribir, y por eso decía Chesterton que se podría escribir el peor libro del mundo seleccionando pasajes de los mejores escritores del mundo... Escribir es escribir contra el cliché, porque consiste en proponer una visión de la realidad no contaminada por la costumbre (...) El escritor prefiere a menudo ser original o ingenioso que ser veraz, porque la verdad es evidente con frecuencia y casi siempre es aburrida... La biografía auténtica de un escritor es su bibliografía, porque el auténtico yo del escritor no es el yo social sino el yo literario (...) De ahí que en general sea conveniente evitar la compañía de los escritores cuya obra se admira: lo habitual es que decepcionen, y si no decepcionan mal asunto, significa que no han invertido todo su talento y su inteligencia en su obra y que su yo social es superior a su yo literario y que podrían ser mejor escritores de lo que son y que en consecuencia tal vez no merecen nuestra admiración, porque un escritor que no llega a ser el mejor escritor que puede ser no es un gran escritor”. El País Semanal publica (13.12.2009) el texto de Javier Cercas.

LOS GARBANZOS
Dierciséis obras de teatro de Elena Garro aparecen en el segundo tomo de sus Obras reunidas, que publica el Fondo de Cultura Económica (FCE), con prefacio de Patricia Rosas Lopátegui... El mexicano Yuri Herrera (Atocpan, 1970) obtuvo el premio “Otras voces, otros ámbitos”, que se otorga a obra publicada, por su novela “Trabajos del reino” (Periférica). La tienda El Corte Inglés de España patrocina el premio, que consiste en la promoción del libro ganador... “Los dirigentes obreros son charros y corruptos porque están debajo de un gobierno corrupto que los corrompe a ellos”, declaró Elena Poniatowska, a propósito de la presentación de las Obras de Demetrio Vallejo, editado por la Sociedad Cooperativa de Trabajadores Pascual. Se trata de artículos publicados por el líder ferrocarrilero en las revistas Siempre! y Política. Además 200 cartas y 300 fotografías. Elena Poniatowska dijo que Vallejo está a la altura de Emiliano Zapata.- Acuse de Recibo: Rervista de la Universidad (número 70, diciembre 2009) que dirige Ignacio Solares, con las firmas de David Huerta, Gonzalo Celorio, Julio Ortega, Elsa Cross, Josefina Estrada, Carlos Martínez Asaad, Guillermo Hurtado, Rafael Lemus, Fernando de Ita, Octavio Ortiz Gómez, Ricardo Yáñez, Sergio Raúl Arroyo, Adolfo Castañón, Eduardo Antonio Parra, Aline Petterson, Esther Seligson y un reportaje gráfico de Rafael Cauduro.

23 de diciembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Si fueran normales estarían locos

Qué bueno que te gustó el texto sobre la lectura, Gonzalí. Eso me ha dado cierta seguridad para leerlo en público. Petunia le halló dos, tres gazapos y los corregí. Ella debe estar harta de mis mafufadas. Su trabajo de editora la profesionalizó. Está obligada a decir la verdad. De pronto es sañuda, y no espero otra cosa.

La inseguridad es buena en la escritura, dicen. ¿Para qué? No tiene chiste. Es decir consiguieron hacerme inseguro a cinturonazos y a punta de coscorrones en la adolescencia. ¿Por qué no serlo al escribir? Si lees una página redonda de tus autores consentidos te emocionas, pero te abates. ¿Cuándo podré crear algo así?, preguntas.

Mi texto pudo llamarse “Apuntes de un lector sobre la droga de la lectura y de cómo hacerse adicto”, y agregarle mil cuartillas. Debo contenerme. Imagínate la aversión de muchos con argumentos para no leer. Por ejemplo, ir a bordo de un vehículo caza-baches. Pero yo separo lo importante del diario y leo las notas más pequeñas.

Envidio a quienes tienen mucha vida interna. Si no leen, piensan. Pero ¿yo no pienso? Si tenemos sesenta mil pensamientos al día, quizá piense menos por leer ajeno. Lo prefiero a pensar... ¿en qué? Sólo urdiendo pensamientos portentosos como para, en lugar de crear historias, descubrir la cura de la calvicie o el té de viagra.
Debo ser selectivo.

En los años cincuenta, un peluquero, Braulio Requena, mataba el tiempo viendo pasar a la gente y actuaba como precursor de los “viene viene”. Lo malo no era su actitud ociosa, sino perder el tiempo observándolo. Leía un diario o revista y levantaba la vista cuando él, con voz rasposa, aunque amable, decía: ¡Ahí nomás, cochero! Quisiera recrear esa escena si llega la idea. Te abstienes de escribir tus ocurrencias completas si no recibes el impulso repentino con la orden y el latigazo para teclearlo.

Se trata del envión que catapulta a banqueros y a políticos transas, a los boxeadores para noquear al rival, a los guerreros para vencer al enemigo. Incluso a los ladrones si perpetran robos de alto riesgo. Primero la adrenalina y enseguida las endorfinas. ¿Cómo le hace la gente normal para vivir sin leer ni transar ni boxear ni robar? Si fueran normales estarían locos, dicen. Filósofos o psicólogos se encargarán de acuñar el neologismo en sustitución de “normal”.


GARBANZOS DE A LIBRO

Claudia Posadas
“Podría hacer uso
de la policía cibernética”


“Utilizaré el dinero para sobrevivir”, declaró Claudia Posadas, tras recibir el Premio Internacional de Poesía “Jaime Sabines por su poemario “Conoce los caminos”. Claudia Posadas dijo que estudiaba con abogados de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) una demanda por difamación contra varios internautas que pusieron en tela de duda el cumplimiento de los requisitos para concursar en ese Premio. La denuncia se presentaría en la comandancia de la Policía Cibernética del Distrito Federal (gic@pgjdf.gob.mx). La autora dijo que los correos electrónicos en los cuales pretendieron descalificarla fueron enviados por colegas a los cuales sin duda la crisis los ha afectado. El premio está dotado de 100 mil pesos. La directora del Consejo Estatal para la Cultura de las Artes (Coneculta-Chiapas), Jane Guadalupe de la Cruz Palacios, entregó el premio y un diploma en la clausura del Tercer Encuentro Internacional de Escritores “Jaime Sabines”, efectuado en Chiapa de Corzo. Las conferencias y mesas del Encuentro fueron en el Centro Cultural “Jaime Sabines”, a cargo de Blanca Margarita Alegría, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, del 7 al 11 de diciembre.


LOS GARBANZOS
A propósito de los 50 años del fallecimiento de Alfonso Reyes (1889-1959), aparecerán los primeros tres tomos, de siete, de su diario personal, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE). El libro “La experiencia literaria y otros ensayos” (Fundación Banco de Santander) con retratos, semblanzas, crónicas y cartas, seleccionadas por Jordi Gracia, será editado en España... Eva Gabrielsson, viuda del escritor noruego Stieg Larsson, rechazó la oferta de su suegro y de su cuñado de casi tres millones de dólares y formar parte de una empresa para manejar el legado del autor de la trilogía Millennium, de cuyos libros se han vendido 20 millones de ejemplares. Eva quiere manejar ella sola el legado... Antonio Muñoz Molina explicó que vive varios meses del año en Nueva York, porque le gusta poner distancia de España, donde “estamos muy apretaos” y que le desagrada ser un personaje público. Acaba de publicar “La noche de los tiempos” (Seix Barral), de 958 páginas. Trata de la guerra civil española y del exilio... Acuse de recibo: “Ciudad quebrada”, de Humberto Musacchio, editado por el gobierno del DF. En el prólogo, el autor escribe: “En medio de tan enorme desgracia (el terremoto de 1985), aquella sociedad decidió levantarse y se organizó papara el rescate de los sobrevivientes y para desenterrar a sus muertos”.

15 de diciembre de 2009

El narrador y la lectura*

A veces me pregunto cómo puede contribuir un contador de historias, cortas o largas, a que aumente el número de lectores en un país donde se lee medio libro al año, en promedio, según los pesimistas. La pregunta ha surgido a raíz de los numerosos programas gubernamentales y de la gran cantidad de artículos y de ensayos publicados, en los cuales se analiza el problema y se proponen soluciones. La contribución del narrador está en escribir bien, opino.

Esta opinión podría parecer simplista pero el oficio implica cientos o miles de tomas de decisiones, de las cuales depende que el texto sea legible, original y disfrutable. Si hace pensar al lector, aparte de entretenerlo, el propósito se logra, cuando menos el mío. Un aspirante a narrador escribió un cuento de dragones. Le pregunté qué sabía de dragones, para enterarme de si cumplía con el requisito elemental de dominar el tema. Un dragón es un dragón, contestó seguro de sí mismo. Pero él sabía de dragones tanto como yo de ornitorrincos.

Muchos libros no se leen o se dejan a la mitad porque están rebosantes de fallas. El llamado lector inocente ignora cuáles son las razones, pero quien escribe y publica está obligado a saberlo. El libro debiera estar a la altura de los ditirambos de la contraportada. El autor de novelas, cuentos y crónicas, el tapachulteco Víctor Manuel Camposeco, adquirió una novela, animado por lo expuesto en la cuarta de forros. Tras leerla se sintió víctima de un fraude. Pudo acudir a la Procuraduría Federal del Consumidor, pero se limitó a reenviárselo a la autora con una carta para dejar constancia del timo.

Desde luego esto no denota que yo sea el mejor. Quizá sea malo o regular. Pero hago hasta lo imposible por escribir bien. Uno aprende a escribir cada libro. Desde luego, a lo largo de mis años de lector he leído libros que debí tirar a la basura, para no perder tiempo... Exagero, porque mi compañera tiene un baúl, tamaño refrigerador, donde echamos esos volúmenes y en cada crisis acaban en una librería de saldos.
Cuando uno se atreve a cuestionar esta clase de errores, digamos la sintaxis, de inmediato brinca un colega, bisturí de la envidia en mano, para destazar tu escrito. No hay texto perfecto, sabía Borges. Él dejaba por ahí dos o tres gazapos, dijo, para demostrar que ese texto lo había escrito un ser humano. Quizá curándose en salud, je je.

Cualquiera goza escribiendo, declaró Truman Capote. Pero escribir bien implica un esfuerzo descomunal. Ahora, como tercer paso, siempre de acuerdo con el autor de “A sangre fría”, crear arte reclama férrea voluntad sobrehumana.

Hay autores que exigen esfuerzos extras del lector porque según ellos escriben profundo. Es posible. Se les da el beneficio de la duda. Pero muchos de ellos exhiben sin rubor una sintaxis confusa. Hay quienes dicen ¿cuál es el problema?, relee dos, tres veces la frase. Es decir, hazle el trabajo al autor negligente y apático. He intentado el experimento incluso con autores consagrados, desentrañando, por ejemplo, una frase dentro de una frase dentro de otra frase. Masoquista, he reescrito las tres frases en mi libreta de anotaciones, para calibrar el grado de mi falta de concentración y de mi falta de energía mental. Quiero convencerme y caer prosternado ante semejante genio. He puesto las frases de todas las maneras posibles, una al principio y dos enseguida. Estas dos antes de aquella, etcétera. Termino por confirmarlo, se trata de un papasal tamaño volcán Tacaná.

Pero ¿cómo ven aquella explicación según la cual te recomiendan un libro, cuyas primeras veinte o cincuenta páginas son aburridas o incomprensibles pero, entre comillas, luego se pone muy bien? Ese autor hacía caso omiso de la técnica de Juan Rulfo, destruir las primeras cuartillas.

El desaparecido Jorge Ibargüengoitia tardaba tres años en escribir una novela y sus lectores la leían en tres horas, declaró con sarcasmo. La paisana Claudia Guillén dijo para eso trabajo, para hacerle placenteras al lector las historias.

Los chamacos, los adolescentes, se saltan partes de una historia porque no entienden, o por las descripciones demasiado prolijas. Así lo aconseja Borges. El problema no es del lector, cuenta Bioy Casares que opinaba su colega y maestro, en el mamotreto de mil seiscientas sesenta y tres páginas, titulado Borges. El problema es del autor.
Yo trato de hacerlo. Saltarme los pasajes enredados. Pero no puedo. Siempre he tenido ese problema. Si no entiendo, pregunto. A veces me doy por vencido y, luego de tres preguntas con tres respuestas incomprensibles para mí, suspendo el interrogatorio. Temo fastidiar a mi interlocutor. En la lectura si dejo de lado frases o párrafos inextricables, podría perder claves de la historia y no entender el final. Un amigo, el colega Hugo del Río, lee los libros de principio a fin, tengan buena o pésima sintaxis, sean de excelente, regular o mala calidad literaria. Cierta vez estaba quejándose de lo mal que escribía un autor. ¿Lo abandonaste?, le pregunté. ¿Lo tiraste a la basura? No, dijo él. Soy de Monterrey, no se te olvide.

En el primer mundo el fenómeno también se ha ventilado. El escritor húngaro Sándor Márai, en su libro Diarios 1984-1989, cita una opinión de Pascal. Cuando al filósofo y matemático le decían que alguien estaba escribiendo un libro, no preguntaba si esa persona escribía bien, preguntaba si era un caballero. ¿Por qué? Porque nadie que no sea un caballero emprende un trabajo desconocido, respondía Pascal. ¿Cómo traducir eso en el tercer mundo? ¿Hay caballeros en este mundo, el nuestro, donde hasta el capitalismo es salvaje? ¿Donde los empresarios y los políticos, dominando el monopolio de los poderes fácticos, se enriquecen a lo bestia? Es un tema ajeno para un reportero y narrador. Que lo analicen los intelectuales, con buena sintaxis, espero.

Rumiando el asunto me he preguntado ¿por qué todo el mundo debe tener gusto por la lectura? Es cierto que mucchas personas son lectores en potencia, pero lo ignoran porque jamás han tenido libros a la mano, aparte de los textos escolares. También porque no se les ha desarrollado la adicción, cuyo único efecto secundario, en ciertos casos, es el de experimentar a continuación las ganas frenéticas de escribir. Si ustedes, como yo, nunca han sentido ganas de ser astronautas o corredores de bolsa, o diputados, ¿por qué todos deben aficionarse por decreto a la lectura? Hay quienes, dice Robert Louis Stevenson, apenas leen periódicos, porque carecen del don de la lectura, de la gracia para leer libros También hay quienes detestan leer novelas o cuentos de ficción. ¿Porque les resultan historias inverosímiles? ¿O porque están desprovistos de imaginación?

Ahora con el descubrimiento de los llamados soportes electrónicos crecerá el número de lectores, intuyo. Adolescentes y jóvenes, y dos o tres contemporáneos míos, escriben y leen más en teclados y en pantallas, que los adolescentes de mi época. ¿Cuántos de ellos saltarán a los libros electrónicos? Muchos, espero.

Respecto a mí, ardo en deseos de tener en la mano un libro de esos, con mis autores preferidos capturados en su interior. Ya no leeré junto a mi compu a fin de buscar el significado de alguna palabra en el diccionario de la Real Academia Española, o anotarlas o subrayarla y buscarla después en cualesquiera de mis diccionarios. A veces acumulo palabras en mi libreta de apuntes, y termino por olvidarlas debido a la falta de tiempo. Ahora pulsaré una tecla y entraré al diccionario del llamado Kindle. Por cierto según mi diccionario inglés-español la palabra kindle significa encender, iluminar, inflamar, arder, etcétera.

Gracias al libro electrónico ya no experimentaré el desaliento al ver los párrafos sin sangría o la letra diminuta. Haré las adecuaciones a mi gusto. Si me canso de la vista por la lectura, una voz seguirá leyéndome. Espero que haya voces femeninas.

En síntesis espero que el editor no sea el enemigo número uno del lector y del autor, que haga su trabajo con buena tipografía, papel apropiado, diseño útil no bonito y, si estético, mejor; que el libro no se convierta en un mazo de barajas; que promueva la lectura y mis libros lleguen a todas las librerías. En cuanto al librero, que contrate empleados capaces de orientar a los lectores y de clasificar de manera correcta los libros. Mi libro titulado Morir de periodismo, una historia larga, un mamotreto, recién aparecido está en el apartado de Comunicación.

El autor, con diez por ciento de las utilidades en la venta de cada ejemplar, escribe el libro y los desvergonzados también el texto de la cuarta de forros, cuyo pago se ahorra el editor. Además corrige las pruebas, lo promueve, consigue entrevistas, etcétera. ¿Por qué hacerle el trabajo a los otros? Muchos confunden ayuda con obligación. Cada chango a su mecate, dijo Tarzán. Ciertos editores pagan las regalías en especie, es decir, con los propios libros del autor. Yo no podría subir al Metro a venderlos porque estoy contra el ruido. Es imposible leer a gusto en un vagón si le ponen a uno, frente a la nariz, una mochila con la bocina integrada. El vómito de música estridente aviva mi neurosis y me sacude la sesera. Acabo de pagar el registro de derechos de autor, para recibir las regalías en libros de un título mío. Pagas por tus propios libros.

A veces me preguntan ¿por qué te quejas?, ¿por qué no vendes naranjas o te postulas a una diputación? Como periodista, critico, y como narrador, comprendo, les contesto. También recuerdo a Stevenson en este renglón. La paga está en el trabajo, escribió él, y los editores lo saben, y aunque no lo sepan.

En cuanto empecé a escribir ya no me detuve y cuando le leí a Faulkner que nada destruye al buen escritor y que, entre comillas, lo único que puede alterarlo es la muerte, díjeme que me dije un día daré los últimos teclazos con la frente.
*
Palabras de MAC, reportero y narrador, en el Tercer Festival Internacional de Letras “Jaime Sabines”, efectuado del 8 al 11 de diciembre en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

13 de diciembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Las lecciones de Elena Garro
MARCO AURELIO CARBALL0
Con el atrevimiento del treintañero irresponsable, le di a leer un relato a Elena Garro, durante nuestra estancia en Madrid, la de ella y de su hija Helena Paz y la de mi compañera y yo. Le había gustado “Negras eran las boinas”, el título del texto, por tales y cuales razones, me dijo la siguiente vez, pero... ¡Pero! Acuartelé los cinco sentidos presto a escucharla. Los personajes, un piquete de militares, salen mal parados. El autor debe quererlos, me dijo. A los militares les iba muy bien en “Los recuerdos del porvenir”, recordé, si comparamos las situaciones de ellos con los míos.
Esa es una de las grandes lecciones recibidas como autodidacto del oficio narrativo. Lo reflexioné y desde luego le di la razón. Uno debe querer a sus criaturas. Aquella vez, tan atrevido como torpe, Elena preguntó cómo se me había ocurrido la idea. Era de hecho la transcripción más o menos literal de un sueño, le dije. No recuerdo si ella opinó de los sueños, pero es algo en lo cual también reflexiono de vez en vez. Por supuesto, suscribo el acuerdo de no contarlos ni que me los cuenten. Así como en las reuniones se acuerda que nadie hable de ningún caso de asalto a parientes o a amigos. Sin embargo, uno acepta lo excepcional. Excepcional para uno.
Así que les cuento este, con disculpas anticipadas:
Estoy en la planta alta de una enorme casa de muros sólidos y gruesos. Desde un barandal veo el jardín extenso y al fondo una cortina de árboles, como de entrada al bosque. Entonces llega Helena Paz Garro. Ven, ven, dice en susurros. La casa es de su padre Octavio Paz. Ella está de pie ante una puerta. La abre. En medio de la recámara veo una cama grande con el mosquitero descorrido. Elena Garro está recostada leyendo. Lleva un camisón y tiene el cabello lacio y largo y blanco, bien cepillado. Pero... ¿cómo?, balbuceo. Si ella está muerta. No, dijo Helena. Sepultamos un ataúd vacío. Vive alejada del mundo. Mi papá aceptó la idea de esconderla aquí.
En el sueño lo he visto a él de lejos, antes y después de mirar a Elena Garro. No recuerdo los detalles. Sólo aquella escena, asombrosa para mí, a Elena Garro leyendo.





GARBANZOS DE A LIBRO

Alí Chumacero
“Soy un obrero de la palabra escrita”

Habla Alí Chumacero (Acaponeta, Nayarti, 1918): “Fui, desde un principio hombre de letras. Trabajo todavía como corrector de pruebas. No soy un empresario ni un hombre importante. Soy simplemente un obrero de la palabra escrita y la palabra impresa... El noventa y cinco por ciento de mi biblioteca corresponde a libros viejos, antiguos y usados... Un buen lector debe leer de todo y leer diarios y revistas para informarse de lo que está ocurriendo en el mundo. Pero también debe vivir más allá de los libros. La vida es muy hermosa. Hay que gozarla. Hay que verla. Hay que tocarla, olerla y gustarla... El joven escritor es siempre un poeta mejor y mayor que el viejo. Los viejos somos generalmente ridículos escribiendo poesía. Soy el escritor que más tiempo necesita para hacer un poema. El “Responso del peregrino” es uno de los más rápidos porque me llevó cuatro meses terminarlo. Lo considero mi mejor poema, hecho a mi novia que luego sería la madre de mis hijos”. Lo entrevistó Juan Domingo Argüelles para La Jornada Semanal.

LOS GARBANZOS
Juan Carlos Onetti era “un ser desvalido ante la vida, vulnerable, tímido, pero dotado de una gran inteligencia y de una gran cultura literaria aunque no académica”, dijo Mario Vargas Llosa al presentar aquí “El viaje de la ficción” (Alfaguara), un ensayo sobre el escritor uruguayo... Jorge Herralde, director de Anagrama, declaró que la experiencia más incómoda que ha tenido es que Carlos Monsiváis tardó veinte años en enviarle un manuscrito para presentarse al Premio de Ensayo... “Deberíamos leer sólo buenos libros”, sugirió Michael Krüger, editor de la editorial alemana Carl Hanser. “Esto serían mil libros de poesía, cuatrocientos novelas y trescientos libros de filosofía y letras”... En marzo del 2010 estará la versión abreviada (750 páginas) y más barata de la “Nueva gramática de la Real Academia Española”, cuya anterior edición data de 1931. Los 2 tomos con 3, 885 páginas fue presentada el 10 diciembre en Madrid... Acuses de recibo: “Estado, gobierno y sociedad. Por una teoría general de la política” (FCE), de Norberto Bobio, enviado por el licenciado Julio Camelo Martínez.- “Donde muere el caracol”, de Hernán Becerra Pino, Premio de poesía Ydalio Huerta Escalante 2009, con seis sellos editoriales.

7 de diciembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Fallida sugerencia navideña

Cierta vez, querido amigo, le sugerí a Abelardo Martín que a la infalible botella del regalo navideño le pusiera de base un pequeño “Larús”. Él era jefe de prensa de una empresa poderosa. Abelardo lo había preguntado. No andaba yo de sirimique, de ofrecido. Tenía el hábito de comprar uno de esos diccionarios cada año. Aún deseo un volumen por habitación, así como otros una tele. Entonces eran dos recámaras, sala comedor, baño y cocina. Media docena. Ahora poseo veintitantos y los de Internet, en el mismo número de cuartos.

Abelardo pudo haberme dicho “don’t drink”, algo así como no mames en español. ¿Insinuaría con ese regalo faltas de ortografía de los colegas? Caray. Si mi cuate hubiera dicho ¡adelante!, habría aceptado para mí el de la Real Academia Española o la versión resumida del Corominas. Mi vieja estaba hasta el copete de diccionarios por todas partes. El de la Moliner, el Ideológico, el de psicología, el de mexicanismos, dos o tres de sinónimos, etcétera.

En los setenta, en la sección de Deportes, observaba a un colega, Héctor Walkinshaw. Flaco, hierático, barba a la Abraham Lincoln, amigable. ¿Le escondían el diccionario? ¿Se lo negaban? Iba una docena de veces cada noche a consultarlo a información general. Quién sabe si vivía la etapa según la cual uno busca obsesivo ampliar el vocabulario, o quería aprenderse de memoria el tumbaburros. Le perdí la pista, a Héctor. No he visto ya su firma. Olvidé qué fuentes de información cubría. A lo mejor estaba a cargo del crucigrama y como no había donde situarlo trabajaba en Deportes. Con todo respeto, podría estar hospedado en la Casa de la Risa. Ahí repite de ida y vuelta el pequeño “Larús”, de la A a la Z y de la Z a la A.

Debiera, amigo, rematar con una mención a Abelardo Martín, pero él se retiró de todo. Ahora tiene un despacho. Quisiera visitarlo y husmear en su librero viendo qué diccionarios utiliza. ¿Podría yo enloquecer como el personaje de la novela “El resplandor” y terminar escribiendo sin papel en la máquina? ¿Cómo la hubiera escrito Stephen King ahora que hay compus? Buscaría a Walkinshaw en los diversos pabellones, bien zafado yo, con dos “Laruses” bajo los brazos, uno para él. Pero ¿y si ingreso con camisa de fuerza?

1 de diciembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Semidesnuda bajo el ventilador

Lo ideal sería crear un circuito de venta de libros a lo largo de la costa, Gonzalí. Sólo eso te falta. Los escribes y pugnas porque te publiquen. Te pagan, en el mejor de los casos, con... tus propios libros. Sería incapaz de hacer uno como editaste el tuyo, el primero, de mil ejemplares, pues tengo las uñas quebradizas. Si viviera en Tapachula me convertiría en agente viajero, vendiendo libros. Dispondría de tiempo.
Los imagino llegados del frío, vestidos de negro, sombrero de fieltro, camisa blanca, corbata desanudada, saco al hombro y remendados bostonianos polvorientos. Sudando. El portafolios con folletos y muestras de libros. Ofrecen obras completas o selectas de pueblo en pueblo. Vuelven al hotel y si son de los míos, una nativa piernilarga y semidesnuda los aguarda bajo un ventilador cuyas aspas arrojan contra las paredes la brisa caliente del Pacífico. Semivencida por el sopor y por un tomo de Kierkegaard, ella dormita viendo telenovelas.
Esos vendedores de proteínas para el alma van de Juchitán a Suchiate y de Suchiate a Juchitán. El siglo pasado, bebían espumosas en las estaciones ferroviarias y botaneaban lisas abiertas en canal o tamales humeantes vendidos por respetables señoras pochorocas. Cuando hubo trenes de pasajeros.
A veces me preguntan cómo le hago para publicar y cuando son intrépidos amagan con un libro inédito para que les consiga editor. Ignoran ese tramo del oficio, y el resto del proceso. Cuando les digo la clave está en escribir, no en publicar, me miran como a un marciano soconusquense. Vil pretexto para quitármelos de encima, sospechan. Debieran acercarse al medio, les digo si porfían. Preguntan qué medio. En los talleres de narrativa, respondo. Pero no les interesa porque saben escribir. Están seguros. Lo han hecho la vida entera. ¿Qué podrían aprender?
Les planteas al vuelo cuánto tienen qué dominar respecto a la técnica. Para ser específico, necesitarías leerles una cuartilla escrita por ellos y centrar tus sugerencias. Si te dan diez o cien, se indignan cuando lees sólo tres o cinco. Ignoran que lo importante es el “cómo”. Si les mencionas los errores dejan de hablarte. Si tú les dices edité el primer libro con mis propias uñas, exageras, dirán. Promueves y vendes tus propios libros, les cuentas y entonces de plano ya no te creen nada. Eres un egoísta y te niegas ayudar a otros, dicen. Es más ya se te subió.





GARBANZOS DE A LIBRO

Orhan Pamuk,
“Quieren matarme
y por eso ando con guardaespaldas”


Habla el escritor turco Orhan Pamuk (Estambul 1952), Nobel de Literatura: “Estoy por Europa. Por la democracia y por la libertad de opinión. Por eso quieren matarme. Tengo que andar con guardaespaldas. Es el precio que tengo que pagar... Siempre escribo libros críticos. Mi libro (“El museo de la inocencia”) es un intento de usar la literatura para ir más allá de la política... Los escritores son vistos como demoníacos, maniáticos, radicales. Pero en este caso, el de los partidos de Turquía, busco la armonía y producir una nueva cultura... Como el problema kurdo no está resuelto, la elite dirigente es nerviosa y frágil. En su ansiedad, juegan a una política salvaje, en la que todos tratan de encarcelar al resto. La política de matones intolerantes envenena la atmósfera... Al escritor lo entrevistaron para Spiegel Online, traducida por Elisa Montesinos, del suplemento Laberito de Milenio.

LOS GARBANZOS
La presentación del libro “En memoria del fuego”(Conaculta) se convirtió en un homenaje al periodista chiapaneco José Luis Espinosa (1963-2009), desaparecido hace poco, en la librería Rosario Castellanos”, de la colonia Condesa en el DF. Asistieron Blanca Valadez, esposa del periodista, la hija de ambos Alba Sofía, de once años, y la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar.... Paul Auster publicará en diciembre próximo su novela “Invisible” (Anagrama). Un adelanto puede leerse en (www.elpais.com)... “Todos somos culpables, pero el poder es el culpable principal”, es una frase del escritor italiano Leonardo Sciascia (1921-1989), que murió de un cáncer hace veinte años... El segundo volumen de la correspondencia del poeta T.S. Eliot (1888-1965) se publicará con el título de “The letters of T. S. Eliot. Volumen Two, 1923-25”. El tercer tomo saldrá dentro de tres años... Acuse de recibo: El Búho, que dirige René Avilés Fabila, número 113, noviembre 2009, con las firmas de Marcela del Río, Alberto Dallal, María Luisa Mendoza, Jorge Bravo, Mario Casasús, María Teresa Castrillón, Teófilo Huerta, Guillermo Samperio, Edwin Lugo, Roberto Bañuelas, Ares Demertzis, Francisco Turón, Alejandro Alvarado, Bernardo Ruiz, Elsa Cano, Patricia Zama, Víctor Manuel Camposeco, Miguel Ángel Muñoz, Roberto Bravo, Martha Chapa, MAC. Miguel Bautista, Raúl Hernández Viveros, Max Mendizábal, Ernesto Piedras, Por supuesto y Carlos Bracho.

23 de noviembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
“La política, mundo sucio y podrido”

Opiniones de escritores que forman parte de la “Biblia del narrador”, libro inédito del reportero:
Julian Barnes: Los novelistas que piensan que sus escritos son un instrumento político degradan la literatura y exaltan neciamente la política… El escritor que imagina que la novela es la forma eficaz de participar en política suele ser mal novelista, mal periodista y mal político. Saúl Bellow: En política, siempre lleva ventaja el hombre sin principios, el brutal el loco… La democracia no puede prosperar si los dirigentes carecen de pedagogía o capacidad de brindar consuelo. Emmanuel Carballo: El gobierno casi fabrica a los escritores. Decide quién es bueno y a quién premiar. Muchos escritores han sido unos truhanes, unos sinvergüenzas… Anton Chéjov: Los escritores sólo deben dedicarse a la política para protegerse de la política. Gabriel García Márquez: Tarde o temprano la gente le cree más a los escritores que al gobierno.
Günther Grass: No hay que dejarle la política sólo a los partidos. Es peligroso. Jorge Ibargüengoitia: Hay que tomar la política con cierto cinismo y, dada la situación, no hay actitud honesta. En el fondo somos partícipes de lo mismo. Estamos en el ajo. John Le Carré: Después de haber derrotado al comunismo tenemos que hallar la manera de derrotar al capitalismo. Henry Miller: La política es un mundo sucio y podrido. Lo degrada todo. Para ser político uno tiene que ser indocto, un poco asesino, dispuesto a ver a la gente sacrificada y asesinada por una idea, buena o mala. Son los que tienen éxito. Vladimir Nabokov: Desde mi juventud mi credo político se ha mantenido frío, como una vieja roca gris. Libertad de palabra, libertad de pensamiento, libertad de arte.
Luis Spota: He visto arribazones de políticos que llegan, otros se quedan por ahí. Ellos se van, nosotros nos quedamos. Sé cómo hablan, cómo se comportan en situaciones ridículas, o su grandeza. He conocido a gente relacionada con el hampa política. Mario Vargas Llosa: Un escritor no puede dar igual valor a la literatura y la política sin fracasar, como escritor y tal vez como político. Es muy importante que los escritores actúen con críticas, ideas, usando su imaginación. Pero también que no permitan que la política invada ni destruya la esfera literaria, el reino creativo del escritor. Cuando ocurre mata al escritor y lo convierte en un propagandista.
marcoaureliocarballo.blogspot.com


GARBANZOS DE A LIBRO

Nélida Piñón
“Falta una ONG para mejorar
la política y a los políticos”

La escritora brasileña Nélida Piñón (72 años) dejó entrever que debiera fundarse una ONG para vigilar a los políticos y su quehacer. “Las hay para todo menos para mejorar la política y los políticos”, especificó. También dijo que la imaginación y el conocimiento le ordenan viajar, salir de casa, recorrer el mundo y comprar tres periódicos en cada capital. “Oscilo entre lo que la realidad me obliga y lo que la imaginación me sugiere”. De niña, contó, le gustaba sentarse a escuchar a los ancianos y nunca se daba por satisfecha y les pedía que le contaran más. Ella vive cerca de Ipanema y afirma que jamás ha usado una prenda confeccionada con piel. Nélida Piñón, Premio Príncipe de Asturias y Premio Juan Rulfo, entrevistada para El País, acaba de publicar “Corazón andariego” (Alfaguara).

LOS GARBANZOS
Al publicar sus cuentos en “Sombras detrás de la ventana” (Era), Eduardo Antonio Parra declaró que es difícil crear conciencia por medio de la literatura “en un país de no lectores”. Agregó: “Si presentas la historia de un sicario no necesitas decir que hay corrupción política. Un lector inteligente concluirá en que tuvo que haber condiciones creadas por los políticos y la corrupción”... Federico Álvarez Arregui, director de la revista “Literatura mexicana” e investigador de la UNAM, dijo que la crisis no es del libro, que podrá ser digital, sino de la lectura. Habló para festejar el Día Nacional del Libro en un encuentro académico organizado por la UNAM... “Una de las grandes sorpresas de ser escritor es que mis colegas no reflexionan sobre el oficio”, declaró el colombiano Juan Gabriel Vásquez (36 años), que acaba de publicar 17 ensayos en “El arte de la distorsión” (Alfaguara). “Hay un completo desdén”... El cineasta español Manuel Gutiérrez Aragón (67 años), con 23 películas rodadas, quien publicó su primera novela “La vida antes de marzo” (Anagrama), Premio Herralde, dijo que un guión no es nada hasta que se filma, mientras que sin depender de nadie en la novela la creación está completa... Acuse de recibo: Revista de la Universidad, 69, noviembre 2009, que dirige Ignacio Solares, con las firmas de Herta Müller, Seamus Heaney, Fabianne Bradu, Annunziata Rossi, Vicente Leñero, José Narraro Robles, José Vasconcelos, Enrique Florescano, José Pascual Buxó, Federico Reyes Heroles, José Woldenberg, Federico Campbell, Juan Ignacio del Cueto y Esther de la Herrán.

17 de noviembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Cómo burlar al fisco

Conde, me has hecho reír. Pero no está en mi naturaleza darme por muerto. Lo tomaría como vivencia. Pero temo perfeccionar el error al ponerme con Cara de Niño a las patadas, y “voy pa´dentro”. Es buena idea que medio millón, un millón de contribuyentes le diga al mensajero de las multas “ese güey está muerto”. Buena oportunidad para organizar jenízaros de panteones y de urnas con cenizas. Aumentaría la tasa de empleos. Despreocúpate, pronto aparecerá un Barzón II antifisco. ¿Habrá hecho escuela quien ahora es diputado?
Mi problema es la aversión a ir en grupo. Pero no juego “solitarios”, pues mi capacidad de concentración es mínima. Ignoro si hay otro oficio en el cual sea requisito actuar a solas. Encontré el mío y sólo burro cambio de penco a medio río, ¿o serán tres cuartos? En el oficio más lindo del mundo me siento cual mojarra en el Tescuyuapan, rumbo al Pacífico. Además estos contratiempos dan tema. El fisco. Las multas. Dejé de encajar descargas de adrenalina cubriendo guerras. Ahora ocurre por defenderme de la entidad autorizada por la ley a perseguir y a triturar al causante cautivo, el gobierno fallido.
El ciudadano está harto de cuanto opinan los políticos. Por ejemplo, exponer tres años después cómo van a hacerle para reencauzar al país. Los diez puntos parecen tan olvidados como Cantinflas. ¿Por qué no dicen de plano cuántos años quieren gobernar, mientras aprenden el tejemaneje de “la cosa” pública.
Podrían pedir prestado 300 mil millones y pico de pesos para dejarnos tranquilos a quienes vamos de salida y deseamos que nos den por muertos, sin tomarle el pelo al torpe mensajero fiscal. Quizá los bisnietos hallen un modus vivendi sin sobresaltos mientras la derecha o la izquierda grita ¡eureka! si aprenden a gobernar y a administrar. “Hojalata”, dicen los chavos, no sea demasiado tarde. Porque la mezcla mexicana del petróleo, afirman los catastrofistas, es puro lodo.
En el siglo 20, los niños querían ser mordelones, después narcos y ahora diputados. Un amigo ya no le pedirá a sus mujeres un dictamen sobre el IQ sino la promesa ante notario de que le dejará su curul horas después de tomar posesión. No vayan a cobrar la primera dieta, o se afilien al partido de Juanito. Era mejor tener a Cantinflas de candidato para echar relajo. ¿Aunque sea del Soconusco, un conde está exento del pago al fisco?



GARBANZOS DE A LIBRO

Juan Cruz
“El periódico no es espacio
de ajuste de cuentas o de chantaje


El periodista y escritor Juan Cruz (61 años) , que obtuvo el XXII Premio Comillas de Ensayo, con su libro “Egos revueltos” (Tusquets), declaró que en sus entrevistas deja que los personajes cuenten lo que deseen contar. “No uso ni estilete ni cortaplumas ni navajas ni malos modos”, agregó. “Quiero saber, pero no quiero saber matando”. Un periódico, dijo, es para que la gente sepa qué pasa, no para los periodistas que lo utilizan “como si fuera el espacio de una venganza, un ajuste de cuentas o un instrumento de chantaje”. Juan Cruz, originario de Tenerife, España, cuenta que como periodista y editor ha acompañado a Paul Bowles con el traumatólogo, a Borges al baño, a Berger con el dentista y acompañó a Cela al cuarto de hotel y, ya en piyama, el Nobel de Literatura le pidió que le platicara hasta quedarse dormido.

LOS GARBANZOS
Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional de para la Cultura y las Artes (Conaculta) dijo en su primera rueda de prensa que sea el presupuesto que sea en el 2010 “haremos con menos dinero el mismo trabajo”... “Me encantará que lean mi novela ‘La escuela del amor’”, declaró Beatriz Escalante. “Es una historia linda y divertida acerca de las dificultades de encontrar el amor en esta época. Además, podrán conocer (durante la lectura) la primera escuela del amor. Incluye plan de estudios (je, je) y todo lo que ocurre en un centro de enseñanza orientado a que la gente aprenda el arte de amar.” Beatriz Escalante presentará su libro el 19 de noviembre a las 16 horas en la FIL de Guadalajara... Sobre el escritor español Francisco Ayala, que murió a los 103 años, José Saramago escribió: “Era la suya una obra profunda, muy rica en su reflexión y en su pensamiento, en la diversidad de sus intereses humanos y en su propia expresión litearia”, y Mario Vargas Llosa: “Siempre defendió la libertad y la democracia y sólo deja a su muerte amigos y admiradores en todo el orbe de la lengua española. Lo vamos a extrañar”... En sus memorias “A cada paso, una finalidad”, el ex presidente de Francia, Jacques Chirac (76 años) se queja de que visitaba a su compañero de ideología (derecha), Valery Giscard d’ Estaing, que también fue presidente, cuando ambos eran ministros de Finanzas y de Presupuesto, respectivamente, y ni siquiera le ofrecía una taza de té.

9 de noviembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Los poetas callan en Palenque

Al poeta le hablaron a casa de su mamá, en Tapachula. Una señora que la atiende por su avanzada edad contestó diciendo que ahí nadie recibía premios, advertida sobre los fraudes telefónicos. A la tercera, la secretaria dejó el número al cual debía comunicarse Hernán Becerra Pino. El premio lleva el título del bardo tabasqueño Ydalio Huerta Escalante, arraigado en Palenque, Chiapas. “Pakal” es el título del poemario. Nervioso, el autor se comunicó y pronto viajó en autobús, catorce horas, a Palenque. Recibiría un cheque de veinte mil machacantes y de ahí debía pagar su hospedaje, le informó una secretaria. El poeta llevaba impreso la página de la convocatoria y eran el cheque y el hospedaje y los alimentos. Iba a investigar, dijo de mala gana la secretaria.
Sólo habría discursos de funcionarios del ayuntamiento, le advirtió un guarura al poeta, la noche de la entrega del premio. Hernán se asombró porque llevaba garabateados unos párrafos, el elogio a la cultura milenaria de Palenque. Los había escrito durante el trayecto kilométrico. En su momento, el poeta extendió la mano hacia el micrófono y el maestro de ceremonias no pudo menos de entregárselo porque el público observaba. Hernán vio hacia el presidium. La mirada del alcalde era “la de dos filosos puñales”. Las palabras del orador parecieron complacerlo a medias.
Al día siguiente hizo antesala. El alcalde le preguntó molesto qué deseaba. Se les había olvidado el diploma y Hernán deseaba tenerlo para confirmarle a su familia y a sus amigos el galardón adjudicado. Ahí la costumbre era entregar el cheque sin diploma, le dijo, gruñendo, el tipo. Hernán volvió a exhibir el impreso de la convocatoria y le dijo “ni modo que les muestre un billete de mil pesos”. Lo remitieron con el síndico. Sentado a su escritorio, enjugándose el sudor, el subalterno pidió ignorar el mal talante del alcalde. “Somos del mismo partido (Convergencia) y mire, me quitó el aire acondicionado y el ventilador”. Le entregó el diploma sin firma del alcalde.
Al regreso, un beisbolista de casi dos metros no le permitía ocupar a Hernán el asiento. Sólo con la intervención del chofer, el grandote se reacomodó... por un rato. “Nadie es poeta en su tierra”, murmuró Hernán, pasándose la mano por la bolsa de la camisa. El cheque estaba a buen resguardo. ¿Viaje a Cuba o cámara fotográfica? Iba a dilucidarlo.



GARBANZOS DE A LIBRO

Paloma Saiz
Están en riesgo los programas de fomento a la lectura en el DF

Paloma Sáiz declaró que los programas de fomento a la lectura y la Feria del Libro del Zócalo, a cuya coordinación renunció hace poco, “están en riesgo”, porque a los funcionarios públicos no les interesa conservarlos. Detuvieron ya el programa “Para leer de boleto en el metro”, argumentando falta de dinero cuando que “hay varios ofrecimientos” para financiarlo. La directora de Cultura del Gobierno del DF, Elena Cepeda, estudia también eliminar la Feria del Libro. Paloma Saiz denunció que los empleados de los programas mencionados, con contratos que vencerán en diciembre, son acosados con interrogatorios acerca de la labor que realizan y son advertidos de que “ahora sí vendrán especialistas a dirigirlos”. Es curioso, concluyó, pero con esos interrogatorios se enteran hasta ahora de qué clase de programas eran esos.

LOS GARBANZOS
“Me asustan mucho los que no leen, pero todavía más los que tratan de encontrar una razón para no leer”, declaró el escritor Élmer Mendoza al publicar su libro de cuentos “Firmado con un klínex”. “¿Recuerdan al ex presidente que nos dijo a todos que no leyéramos? Es gente que asume la ignorancia como un elemento de sabiduría, y ellos son muy peligrosos”... John Boyne, autor de la novela “El niño con el pijama a rayas” (Salamandra) dijo que la gente de su generación no escribe historias, porque la palabra historia “es una ofensa, algo sucio”. Para él, indicó, además de un lenguaje bonito y acertado debe privilegiarse la historia... Pronto se publicará la primera parte de las cartas “Viaje por Europa, 1925-1931” de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, autor de “El Gatopardo”, informó su hijo adoptivo Gioachino Lanza... El biógrafo de Gabriel García Márquez, el inglés Gerald Martin dijo que la literatura latinoamericana es interesante pero no apasionante, porque en México, por ejemplo, no es tan política como antes, lo cual “es irónico si pensamos que ahora están en la democracia”. Es una literatura bastante apolítica, dijo... Acuse de recibo: Agendiario 2010 Mujer Intuición, que dirige Rosa del C. Sánchez A. La agenda incluye la Red de Intercambios de Servicios con dentistas, medicina alternativa y psicólogas, así como poemas de excelentes autoras intuitivas como Patricia Parada, Antonieta Lavalle, Carla Treviño, entre otras.

2 de noviembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
El Diablo con tenis

De súbito el Diablo aparece en el restaurante de plástico y Feldespato cierra el libro y se dispone a escuchar un monólogo cuajado de verbos expansivos. Le agrada el enfoque peculiar del Diablo, excepto cuando filosofa. Todos filosofan con la edad, dice Thomas Bernard. Pero este Diablo con tenis ha filosofado desde siempre. Ahora decepciona a Feldespato una inferencia desatinada del Demonio. Años atrás, hubiera sido sólo otra imperfección. A sus parrafadas filosóficas habría sumado el desatino y punto y se acabó. Ni siquiera el Diablo es perfecto y quizá en su caso echó a perder la frase trillada según la cual sabe más el Diablo por viejo y no por Diablo. La decepción provino porque ya escribe novelas y uno de mil requisitos es que el narrador se ponga en los zapatos de los otros.

Feldespato estaba escuchando mal sus parrafadas y le pidió una vez, dos, repetirla. Feldespato se siente incómodo charlando con sordos y, poniéndose en los tenis del Diablo, iba a sugerirle que hablara de frente. Pero el Diablo se le adelantó. Afeitándote los pelos de la oreja, escucharías mejor, le dijo a Feldespato con sarcasmo punzante. Como parte de sus pendientes, Feldespato iba a ir a la peluquería. Él se fijaba en esos vellos desde la secundaria cuando tuvo una novia irónica. Te van a decir el Oreja Peluda, dijo la mujeruca. Desde entonces... ¿Estaba el Diablo perdiendo capacidad de observación y acaso el oído derecho? Por la puerta abierta entraba el atronador sonido del cilindro, le respondió, y él insistía, al hablar, en volverse hacia su izquierda. ¿Cómo escucharlo así? ¿Eh?, contestó Satanás.

Luego hablaron de su novela. El Diablo estaba en el punto en el cual debía ubicar en cuáles sitios emitirá su personaje principal un monólogo interno permanente. Ahí donde esté, le dijo Feldespato. Si el ser humano genera de cuarenta mil a sesenta mil pensamientos al día, los tiene hasta dormido. Espero que ese personaje no esté sordo, se dijo Feldespato, y si es alter ego del Diablo entonces emitirá ciento veinte mil pensamientos, incluso mientras engulle cuernos rellenos de jamón industrial y de queso de harina, el desayuno de este Diantre con tenis. Con sólo ese personaje, necesitaría tres tomos, sin diálogos ni descripciones ni acción. Puro flujo de conciencia.



GARBANZOS DE A LIBRO

Sándor Márai
“El enemigo real es la derecha,
hipócrita y mezquina”


El escritor húngaro Sándor Marái (1900-1989) opinaba que el comunismo “es una tragedia, pero el enemigo real son siempre los hipócritas, mezquinos, disfrazados de nacionalistas: la derecha”. Sin embargo, escribió desde la edad media la burguesía ha sido “el catalizador que impulsa el progreso y el desarrollo de masas”. En cuanto a la libertad de expresión consideraba que los gobiernos la necesitan porque es una condición que establecen los bancos mundiales. También que los síntomas de la corrupción han sido siempre los mismos en todas las épocas, pero ahora se sabe rápido “de qué va la cosa”. Al precisar que la libertad es un asunto privado, afirmaba que no existe la libertad institucional, sino que el ser humano puede alcanzarla por poco tiempo y con tenacidad. Después de autoexiliarse, la mayor parte del tiempo en Estados Unidos, declaró que la mayor satisfacción ha sido poder escribir sin autocensura. Estos puntos de vista figura en su libro “Diarios 1984-1989” (Salamandra).

LOS GARBANZOS
A propósito de los 20 años de muerto del escritor austriaco Thomas Berhnard se publica “Mis premios” (Alianza), libro póstumo en el que declara: “No estoy dispuesto a rechazar veinticinco mil chelines, decía, soy codicioso, no tengo carácter, yo también soy un cerdo”... “... no he tenido nunca ninguna clase de pudor literario”, declaró el escritor español Eduardo Mendoza al presentar su libro “Tres vidas de santos” (Seix barral), “hago lo que me gusta y ahí va; o sea, que si lo próximo me da por la novela rosa...”... Paloma Sáiz renunció a la Feria Internacional del Libro en el zócalo y al programa Fomento a la Lectura, después de que el gobierno del DF decidió, sin hacer un estudio de costos, al suspender la Feria para un mitin de electricistas y porque le redujeron el presupuesto... Acuse de recibo: “El Búho”, que dirige René Avilés Fabila, número 112, octubre 2009, con las firmas de Luz García Martínez, Ulises Velázquez, Jorge Bravo, Roberto Bravo, Luis Fernando Escalona, Guillermo Samperio, Enrique Gastélum, Roberto Bañuelas, Martha Figueroa de Dueñas, María Teresa Castrillón, David Figueroa, Eve Gil, Roberto López Moreno, Mario Casasús, Elsa Cano, Patricia Zama, Raúl Hernández Viveros, Citlali Ferrer, Francisco Turón, Dalia de León Adams, Martha Chapa, Dámaso Murúa, MAC, Por supuesto, Carlos Bracho, Miguel Bautista, Francisco Carranza Rolmero y René Avilés Fabila sobre Fernando Sánchez Mayáns.

28 de octubre de 2009

Miércoles 28 de octubre del 2009

Trinché uno de los tejocotes y se lo aproximé a Petunia. Ella se echó para atrás como si en lugar del preciado fruto le ofreciera una cucaracha cristalizada. No me gustan, dijo. Nunca me han gustado. ¿Qué que qué?, pregunté patidifuso. No soporto el rechazo, pero esta reacción suya iba más allá.

En el otoño, desde hace dos o tres sexenios, descubrí los tejocotes en dulce cuando la acompañé al mercado. Le pregunté por qué nunca los había comprado. Contestó con un ademán incomprensible. En la tierruca los llamamos “manzanitas”.

Desde entonces, si hay oportunidad, compro un cuarto de kilo, seis o siete pulposas esferas doradas. Le ofrecía y aceptaba uno y hasta dos. Se trata del tercer postre exquisito para mí, enseguida del higo y de la duquesa, la oblea rellena de clara de huevo.

Dos o tres sexenios después, Petunia lo rechazaba con aquella atroz confesión. Debía ver el asunto en positivo. El cuarto de kilo costaba diez pesos, después doce, dieciocho y veinte y veintidós. Ahora, treinta.

Nunca es tarde para ir fijando posiciones, concluí. Serán todos míos. Cerré los ojos y me concentré en el paladeo. Estaba ya en condiciones de aceptar sólo media pila de pasta y de rechazar el salpicón, el pozole de pollo, los bisteces insípidos y la lechuga sin aderezo.

25 de octubre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Viñetas del otoño

Chicas de hoy: Las tres adolescentes suben risa y risa al micro y poco a poco llegan hasta la parte trasera. En la siguiente parada, dos de ellas, güeritas granujientas, consiguen sentarse en la banca a lo largo del vehículo. Han estado lanzándole pullas a la tercera, una morena obesa de gafas graduadas. ¡Pero, Mayeli!, grita una de las güeras con erupciones de acné por doquier, ¡¿no te sientes mal de haber perdido la virginidad?! Los hombres se vuelven a ver a Mayeli. Las mujeres parpadean. La verdad, la verdad, contesta Mayeli, me sentía mal pero cuando era virgen.
*
Virus: Voy entrando a La Habana y un tipo gira el cuerpo hacia la salida y se inclina como para ejecutar un genuflexión súbita, como si le hubieran propinado un garrotazo al lomo. Al mismo tiempo estornuda. Estresado, no puedo detener mi marcha y atravieso el rocío de virus. La llovizna de bichos alcanza cuatro metros, acabo de escuchar. Dieciséis metros, leí hace tiempo. El tipo, veo, es un mesero nuevo. Días antes, entré al Sanborns de Coyoacán y mientras caminaba hacia las mesas del fondo, un capitancillo estornudó hacia mí, a unos dos metros de distancia. Capitancillo porque recién había salido de la adolescencia. Llevaba los pelos duros y negros encerados y hacia arriba. Al poco rato lo encontré ante la caja y volvió a estornudar. Para cubrirse la boca usó la mano. En esa mano tenía mi tarjeta de débito. En casa le pregunté a Petunia si era posible hervir el plástico sin que se le borrara nada. Habituada a tales preguntas, ella no contestó.
*
Mamá perra.- Entré al avión-puro de dos filas de asientos con dos asientos en cada fila. Qué pequeño, le dijo una mujer a su pareja. Nos mandaron meritito atrás, dijo otra. Una mujer se sienta con su hija como de cuatro años. La mujer empieza a contarle, a explicarle como si estuviera en la sala de su casa, todo lo relacionado al avión y al vuelo, el despegue y el aterrizaje. Aunque la niña no pregunte. Los pasajeros en varios asientos a la redonda quieren dormir o leer, pero la voz estridente lo impide. Se vuelven a verla con miradas de reproche. La mujer peina con las manos a su hija, la mima. La recuesta bajo su brazo si la niña bosteza. No consigue dormirla. Sigue hablándole. De pronto, la hija le dice, en el silencio apenas roto por el ronroneo ensordecido de las turbinas: “Hueles a perro, mamá”.


GARBANZOS DE A LIBRO

José Emilio Pacheco
“Para que un texto te salga bien
hay que escribir 50 malos”



A la memoria de Amalia Frías Santillán.

José Emilio Pacheco (70 años) dijo que el poeta tiene la intuición de cuándo un poema está bien, pero es una intuición provisional porque ya publicado “sigo corrigiendo”. “Soy un horror para los editores”, agregó. Nunca se tiene la certeza ni el conocimiento porque siempre es la primera vez. “Además, la mayoría de las cosas salen muy mal”, comentó. “La mayoría de los textos que haces son malísimos. Para que uno te salga bien necesitas hacer cincuenta muy malos”. Respecto a la crítica dijo que nadie la admite ya. “Si yo ahora le digo a alguien oye no me gustó, no lo acepta. Eso es impensable ahora”. Reconoció la importancia de Max Aub (1903-1972) en México y recordó esta frase suya: “El hombre orquesta nunca alcanza la notoriedad del solista”. También dijo que le gusta mucho leer entrevistas, pero que él, cuando le preguntan qué quiso reflejar con tal o cual poema, no sabe qué responder. José Emilio pacheco recibirá el Premio Sofía de Poesía Iberoamericana el 17 de noviembre y coincide con la aparición de su poemario “La edad de las tinieblas”. Lo entrevistó Pablo Ordaz para el suplemento Babelia de El País.

LOS GARBANZOS
Habla Ismaíl Kadaré (73 años), Premio Asturias de Letras 2009: “La relación entre vida y literatura es conflictiva. No hay idilio, sino casi una guerra oculta entre ambas”... Sam Savage (66 años), escritor norteamericano, autor de “El lamento del perezoso”, (Seix Barral), reveló que él tiene los libros en capas dentro de su cabeza, uno encima de otro y sólo tiene que irlos escribiendo para llegar al “buen libro que sé que hay allí en el fondo”... El poeta chiapaneco Juan Bañuelos fue condecorado con la Distinción por la Cultura Cubana, impuesta por Miguel Barnet, presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de la isla (UNEAC), en la residencia del embajador cubano, Manuel Aguileras. Estuvo presente el director del Centro de Literarias de Casas de las Américas, Jorge Fornet... Sobre el poeta Juan Bañuelos, su colega Marco Antonio Campos escribió en “La Jornada Semanal”: “Para mí Juan es el mejor maestro de taller de poesía que ha habido en México. Ahora que los talleres, tengo la impresión, han dejado de cumplir con su función. Y yo tuve la suerte de estar con él en su mejor momento”...

22 de octubre de 2009

CRISIS IX

Viernes 23 de octubre del 2009
La secre del jefe habló para decirme que debía pasar a firmar nuevo contrato. Mañana mismo, dije con entusiasmo reprimido. Había pedido aumento de sueldo, después de tres años cobrando con recibos de honorarios. ¿Iban a dejar de descontarme el IVA? No hice preguntas. Esto es algo parecido al melate. Compras el billete y mientras confirmas tú pésima suerte, sueñas. Deudas, primero. Viaje después. Uno de tres meses. En tren y en barco. Donde los haya. Aquí sólo queda el trenecito de Chapultepec, aunque descarrile, y las trajineras de Xochimilco.

Primero pasé a la caja. Una señorita amable. En cuanto me ve, cada dos meses, busca mi cheque. Ahora lo hace dos veces. Empiezo a sudar. Disculpe, dice la señorita, amable pero ominosa. Olvidé su apellido... Mal síntoma. ¿Qué me esperará con el contador? Él está más amable todavía. Pregunta cuánto tiempo tengo de colaborar. Como tres años, digo pensando que ese no es mal síntoma, es pésimo. Mientras explica las razones del nuevo contrato, oigo sin escuchar alusiones al fisco, a la situación de las empresas, etcétera. Veo que la cifra a cobrar seguirá siendo la misma.

Eso es más o menos, concluyó el contador bien peinado, afeitado a ras, oloroso a loción facial sin duda, sonriente, cincuentón. Puede leer el documento, dice. Claro que no, pienso. Estoy picado con Diarios 1984-1989, de Sándor Márai. Olvidaré los dos cafés de la celebración. Buscaré una banca en la Alameda y avanzaré treinta páginas. El contador murmura algo así como gracias por la confianza.

19 de octubre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Apocalipsis sarnoso

Estoy harto de poner la cubeta bajo la regadera y usar el agua en el excusado, le dije a Petunia. Ya no había emergencia. Nada, dijo ella. Es para siempre. Nos falta la “luz” a cada rato y el agua. Entonces prendemos la bomba de la cisterna. Cuando coincida la falta de los dos servicios estará del nabo. Hace poco, tras media hora, no subió una gota. La bomba se quemó. Compramos otra y pagamos el plomero. Nunca hemos podido levantar la tapadera de la cisterna. El tinaco está en la azotea y ocupa cierta parte elevada del techo. Para alcanzarlo hay una tembleque escalerilla. Siempre veo el techo tan delgado como una pizza. Cuando llueve temo que se agriete y, mientras leo en la sala, el tinaco me caiga encima.
El tanque de gas está a metro y pico del tinaco y, si el empleado gasero sube, manguera en mano, botas en pies y corre sobre el techo, la lluvia de yeso en polvo me encanece más. Así que nadie sube a “checar”, del verbo “to check”, el nivel del agua. Los dos semillones pesan tanto como el tinaco y yo le temo a los travesaños apolillados de la escalera, bajo el sol y la lluvia mañana tarde y moda. Si quiero bañarme a gusto pago, le digo a Petunia, como sucede con la luz. Ella calla.
Leemos los amagos antes y después de las lluvias. Las presas aún no se llenan, informó el burócrata servipoderoso. Pocos publicaron que treinta por ciento del agua se va en fugas. ¿Y si hay ordeña como sucede con el petróleo?
Intensificaron los cobros del agua. El medidor estaba descompuesto y calculaban al tanteo. Protestamos. Llegó un inspector. El aparato funcionaba bien. El contrataque fue el cobro de un adeudo de hace tres sexenios. Lo renegociamos en varios pagos. Hay agua para seis meses, anunciaron. El servipoderoso a cargo iba de un “medio” a otro y convocaba a ruedas de prensa para anunciar el Apocalipsis sarnoso.
En los últimos seis sexenios, siendo miembro de un deportivo, reía ante la falta de agua. Pero tengo dos meses sin pagarlo. Me asusté. Los soconusquenses nos bañamos dos veces al día. Nos odian en Europa. Correré a pagar.
Se nos juntaron las alzas del aguayón y del agua, dijo Petunia. Resiste, dije. Fue cuando ella determinó lo de la cubeta bajo la regadera. Pugna por abatir el cuarenta por ciento del agua que se gasta en los excusados. Quién sabe si los dos semillones cumplen. Pero a quien vigila es al de la tecla. Mi triste fama ha llegado a lo más íntimo de la casa.


GARBANZOS DE A LIBRO

Herta Müller, Nobel 2009
“El lenguaje estatal es nauseabundo, repelente, estúpido e infecto”

La Nobel de Literatura 2009, Herta Müller (1953, Rumania), escritora alemana de origen rumano, declaró que está feliz por el premio, pero que trata de controlar sus sentimientos porque aprendió a controlarlos por mucho tiempo. En 1987 llegó a Berlín tras pagar unos 50 mil pesos al gobierno dictatorial de Ceausescu. En 1984 publicó un libro de crónicas “En tierras bajas” (Siruela), la vida en un pueblo de habla alemana donde reina la corrupción, la intolerancia y la opresión. Bajo las dictaduras, dijo ella, se crean fronteras entre las propias personas y el régimen recluta incluso a niños para que espíen a sus amigos. Perfeccionan el espionaje, agregó, de tal manera que miles se dedican a producir nada más miedo. La industria se convierte en depósitos de chatarra y la agricultura se destruye. Escribe en alemán, explicó, pero su estructura es rumana y trabaja más con la imagen rumana. Precisó que se refiere a la lengua nacional, porque el lenguaje estatal era estéril, estúpido, repelente, nauseabundo. “Algo que odias”, dijo, “y que al escucharlo te enfureces...” Ese lenguaje infecta el idioma, pero siempre queda “una parte incólume”. De Herta Müller hay dos libros en español, el de crónicas y la novela “El Hombre es un gran faisán en el mundo” (Plaza y Janés). La entrevistaron Yaotzin Botello y Carlos A. Aguilera para el Reforma.

LOS GARBANZOS
Hernán Lara Zavala recibió el Premio Iberoamericano de Novela “Elena Poniatowska” de la ciudad de México 2009 por su libro “Península, Península” (Alfaguara), de la que se han vendido ya diez mil ejemplares... La biografía “Gabriel García Márquez, una vida”, de Gerald Martin, fue presentado por el autor, Elena Poniatowska, José Agustín y Gonzalo Celorio en Bellas Artes... Rafael Pérez Gay dijo que su novela “Nos acompañan los muertos” (Planeta) “es una memoria familiar y en ese sentido he practicado el nudismo literario”... Acuse de recibo: “Revista de la Universidad de México”, que dirige Ignacio Solares, número 68, octubre 2009, con las firmas de José Narro Robles, Francisco Bolívar Zapata, Carlos Monsiváis, María Baranda, Jacobo Zabludowsky, Myriam Moscona, Daniel Cazés, Concepción Company, Vicente quirarte, Guadalupe Loaeza, Carlos Martínez Assad, Adolfo Castañón, Gonzalo Celorio y Joaquín- Armando Chacón, entre otros.

17 de octubre de 2009

Sábado 17 de octubre del 2009

CRISIS VIII
Replantearé el hecho de sentarme en un extremo del vagón del Metro. Lo escojo para tener donde apoyarme en las bruscas frenadas. Son esos asientos de palangana. Uno se escurre... Ahora tengo a mi izquierda, de pie, a una pareja. Quiero leer los Diarios 1984-1989, de Sándor Márai. No puedo. El tipo besuquea a la mujer. Besos “tronados”. Una y otra vez. El tipo está exultante. Ella arrinconada, sometida. Él lleva una mochila con una botella de a litro y medio de un líquido blancuzco, veo de reojo. Es agua de coco, podría jurar, ¿con vodka? A ella le veo unos zapatos blancos de piel delgada y sin tacones.

En Portales, él corre hacia la puerta. No es aquí, dice ella. El tipo, que debe tener veintipico, sonríe, bobalicón. Ya sé, dice. Ya sé. Ha dejado su mochila en el piso. Veo una bolsa de pan de caja. Son emparedados. ¿Van de día de campo? Vuelve junto su amada en cuanto la puerta empieza a cerrarse. Continúan los besuqueos. Rechinan. Suenan como si estuvieran bombeando algo tapado.

Llegamos a la estación Nativitas. Aquí es, dice ella en un murmullo. No, dice él. Vamos a otro. Es más barato. Me lo recomendó Pepe. Es un... Aquí bajó la voz. Pero si no tienes coche, dice ella. Él dice algo menos audible.

En Portales abandonan el vagón. Él la abraza. Camina sobre la punta de los pies. Le habla al oído. La apretuja. Ella se hace chiquita. El trasero... Oh, el trasero.

16 de octubre de 2009

CRISIS VII
Viernes 16 de octubre del 2009
En el vagón del Metro, sentado, releo Muerte en Venecia, de Thomas Mann, novela cuajada de adjetivos. Frente a mí un muchacho dormita, doblado sobre sus piernas. Mal síntoma. Una pareja de jóvenes toma asiento a un lado. Se beben los alientos.
El muchacho adormilado está ya en la puerta. Junto a él, yo. Sigue la estación Portales. De súbito oigo un chasquido estruendoso como estornudo. Ha lanzado un chorro bucal vs. la puerta.

Me preocupa el blazer que llevo sobre el antebrazo izquierdo. La bolsa está demasiada abierta, observo. Veo el piso. Jugo de naranja. Contraindicado en la cruda pues lo rechaza la gastritis alcohólica.

El joven con su novia saca de la mochila un rollo de papel de baño. Delgado y alto. Enormes lentes oscuros. Barba rala de tres días. Corta un pedazo largo, lo dobla en tres y se aproxima al enfermito, y le extiende el papel. Toma, le dice.

La pareja me ve con reproche. ¿Porque estoy más preocupado por mi saco? Meteré la mano en la bolsa ya en casa. Es el único, digo, mostrándolo, y se me acabaron los klínexs. Sonríen. No es una sonrisa de desprecio, tampoco de comprensión plena.

15 de octubre de 2009

CRISIS VI
El niño como de cinco años tiró de las faldas de la mamá, sentada en una banca de hierro del jardín, veo a mi paso. Mami, mami, dijo, con una bolsa de maíz palomero en mano. ¿Y las palomas? La mamá tejía. Echó un vistazo alrededor. Hay mucha gente, dijo ella. Esperemos. Veo grupos de parientes de casamenteros o reducidas manifestaciones de comerciantes. También ujieres cebados, picoteándose la dentadura. La Biblioteca siempre está vacía. Morboso, asomo la nariz. Nada.
Una fila como de treinta se desplaza ante la tienda de pollos rostizados a las trece diez horas. Tropiezo con una tropilla de adolescentes, entre dos coches estacionados. Seis chicas y dos chicos. Parecen de la Prepa 6, pero podrían ser de la secundaria 33. Chaparritos. Seis llevan gafas de miope.
Al frente, una lleva la bolsa encerada con el pollo. Cinco buscan meter mano. Dos devoran sendos muslos. Esperen, dice la del pollo... Cuarenta pesos del ave gallinácea, entre ocho, a cinco pesos por peludo. Con el costo de ocho tortas de tamal hubieran tenido para tres pollos.
¿Serán tamaño paloma? No, se les ve hinchado el huacal. A menos que... Sólo observo y asocio. No insinúo nada. Se me hace la boca agua.

12 de octubre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Llámenme Cheque

Al Cheque lo quiere todo el mundo, dijo Carlos, compa de equipo de mi hermano Enrique. Equipo de fut y de empinar el codo, luego del partido como sucede en Inglaterra y en Barcelona. Carlos y Enrique son personas sencillas. Ya quedamos pocos, je je. Hasta quienes no quieren al alcalde lo quieren, me dije al imaginar a sus adversarios políticos del mismo partido. Sucede igual entre panistas y perredistas.
Les había platicado a Enrique y a Carlos que Gustavo Gonzalí celebró su libro “Duro de olvidar... ¡me cae!” con “un borreguito”. En la tierruca feraz nacen enormes, y alcanzó para siete hijos y siete nueras y nietos y media redacción de “El Diario del Sur” y para el colega Francisco Solares. También para el recalentado. Gusgús lucha en el “El Diario...”, porque al Soconusco se le quite el artículo pues le parece majadero, sin que le importen las razones gramaticales. En la polémica Enrique García Cuéllar, el director, propuso las mayúsculas: El Soconusco. ¿Por qué no pedir el arbitraje de la Real Academia Española de la Lengua?
El alcalde Ezequiel Orduña llegó al banquetazo del borreguito, manejando una camioneta abollada y de vidrios polarizados. Sin guaruras. ¿O estaban en las azoteas como zopilotes en remojo pues caía un pijazo de agua? Llamado Cheque por sus cuates y por el pueblo, le entró al colocho mamífero rumiante aunque tenía otra comida. Sentado le observé al funcionario un vientre de regular expansión. Debe ser porque no es muy alto. De tez blanca y lampiña y labios abultados, peina con gel y hacia atrás su cabellera lacia y negra.
Parte de su niñez narró el próximo gobernador nacido en Tapachula. Cuando su padre los animaba a él y a sus hermanos a que aprendieran el negocio del transporte de pasajeros. Pronto aprendieron y ningún chofer se atrevió a engañarlos. En la juventud, les aconsejó no manejar semibolos y pedir un taxi. Esto es, educación civilizada, ajena para la mayor parte de los padres soconusquenses. Amorosos coscorrones, dulces cachetadas, pitutazos al lomo.
En la presentación del libro, el alcalde había leído un texto, engargolado, la tendencia. Mi hermana María Eugenia preguntó extrañada si leyó porque una cortina de pequeños ramilletes de flores frente a él le impidió darse cuenta. Ese no es problema, dije. Siempre les escriben los discursos. Pero este alcalde lee mejor que el presidente angloguanajuatense, para quien Borges debe pronunciarse Borgues.


GARBANZOS DE A LIBRO

René Avilés Fabila
Cada uno trae y lleva dentro
su propio Demonio

En una sala llena, con gente de pie, René Avilés Fabila (1940, DF) presentó su libro “El evangelio según René Avilés Fabila” (La Mosca Muerta, Plan C Editores). Confesó que como la mayoría de los mexicanos tuvo una educación religiosa dentro del catolicismo, pero que la lectura de la Biblia lo atrapó y al paso del tiempo lo llevó a escribir este libro. Desde luego, no se trata de un texto religioso. A partir de acontecimientos narrados en los textos bíblicos, el autor ha hecho reflexiones la mayoría cargados de humor. En la Sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes, lo acompañaron en la presentación Óscar de la Borbolla e Ignacio Trejo Fuentes, así como el editor Bernardo Ruiz que actuó de moderador. René Avilés dijo que “no hay un Demonio para todos”, que esté lo mismo en Viena que en París o en Tapachula. “Lo que tenemos es un demonio personal, uno que va dentro de uno mismo”, afirma. El texto titulado “Una razón para no creer en Dios”, Avilés Fabila escribe: “Si el Cielo o el Paraíso es el lugar sublime, hermoso por excelencia, y Dios la perfección de la belleza, la bondad y la sabiduría, ¿por qué los creyentes se resisten a morir?”

LOS GARBANZOS

A propósito de su nuevo libro “Ficciones de la Revolución Mexicana” (Alfaguara), Ignacio Solares declaró: “La ventaja del novelista es que puede llenar con la imaginación los huecos que deja la historia. A la historia también hay que ponerle imaginación para entenderla y enriquecerla”... El escritor turco Orhan Pamuk (57 años), Nobel 2006, dijo que la escritura de su libro “El museo de la inocencia” (Mondadori) lo ha acompañado en momentos importantes y otros muy difíciles. “Me ha hecho feliz”, dijo. “Me ha ayudado a sobrevivir y gracias a ello soy mejor persona”... “Una de las características de los editores independientes”, declaró Jorge Herralde, director de Anagrama, “es que apostamos por el fracaso, aunque a veces nos llevamos sorpresas. A mí me ha pasado con Patrick Modiano. Fue publicado por buenas editoriales y tuvo buenas críticas, pero pasó sin pena ni gloria. Leí ‘Un pedigrí’ y me gustó mucho y lo publiqué, aun sabiendo que no vendería. De la siguiente ‘En el café de la juventud perdida’ vendimos 12 000”...

10 de octubre de 2009

CRISIS V

Sábado 10 de octubre del 2009
Al ver que en aquel pequeño puesto había duquesas me fui de boca. Junto con los higos son los dos postres más exquisitos paladeados en mi vida hedonista. La tortilla de coco dorado y la blancura, consistencia y sabor delicados de su contenido me producen una especie de éxtasis. Era sábado. Entre semana, desaparecen de Coyoacán.
Doce pesos, contestó la chica a cargo. ¿Ya subieron?, pregunté, babeando. Es que son muy difíciles de hacer, dijo encantadora, a pesar de su dentadura blindada. Costaban seis, dijo Petunia cuando le platiqué. Hace seis años, le dije, y no las hallo si no es sábado o domingo. Te vieron la cara... de turista, dijo ella. Pues turista de la Del Valle o de la Portales, me defendí.
Al siguiente sábado caminé a paso redoblado al puestecito, a una entrada del mercado. Estaba un joven. Hermano de la chica, me dije. Pagué con un billete de a veinte. Me devolvió diez. Te lo dije, dijo Petunia. La mujer esa te vio como de San Ángel.
Hace tres sábados que veo a cargo a la chica y no me atrevo ni a regatear ni a discutir con ella. Me aguanto y entro al mercado y compro higos, que siempre hay. Ni sé si me transan o no. Ya no vuelvo a preguntar de antemano.

9 de octubre de 2009

CRISIS IV

Viernes 9 de octubre del 2009
Después de un sexenio, reencuentro a un viejo colega. Trabajé para él dos años. Me despidió porque no podía pagarme el sueldo merecido, dijo él. Nos dimos un abrazo. Los ricos son muy herméticos, me dijo cierta vez. No les gusta hablar de su dinero. ¿Por qué los jodidos sí hablan de su jodidencia?, sigo preguntándome. ¿Porque sabemos manejar mejor la pobreza, como los boxeadores? Olvidé por qué el colega habló de los ricos, pero sí recuerdo que pensé un argumento trillado. Detrás de una gran fortuna, dice la frase hecha, hay grandes crímenes. Ni modo que hablen de eso.
Ahora mi colega dice, antes de otra cosa, que perdió todo, no tiene un quinto y por eso no ha podido comprar mi libro “Morir de periodismo” (Axial). ¿Por qué la confesión? Si me quedó a deber colaboraciones, ya lo olvidé. Le estoy agradecido porque tras un centenar de Turbocrónicas publicadas en su revista, adquirí el oficio y la disciplina para teclearlas. En aquella ocasión le pregunté si seguía escribiendo poemas. ¿Cómo crees?, respondió, molesto. Estoy haciendo empresa.

8 de octubre de 2009

CRISIS III

Jueves 8 de octubre del 2009
Observo la mañana de ayer que le rebajaron un peso, de seis a cinco, a la pieza del pan chino. Compro un bísquet. Me siento satisfecho por su sabor y por la descarga de cierto peso en mi estómago y porque ahorré un pesote.
Por la tarde, Petunia recibe una llamada del Semillón 2. Le ha dado un aventón a dos amigos al Metro Viveros. Uno de ellos le invita un refresco. Cuando vuelve al compacto 1998 que comparte con Semillón 1, la grúa se lo ha llevado. De los mil pesos en su tarjeta de débito, ahora le quedan cuatrocientos.

7 de octubre de 2009

CRISIS II

Semillón 1 ha empezado a buscar trabajo. Estudia física de tarde en su primer semestre. Es del todo distinto a Semillón 2, obvio. El hermano mayor ha trabajado en vacaciones. De lavaplatos en un restaurante chino y vendiendo entradas en la calle para un parque de diversiones.Nadie lo ha presionado y el sueldo ha sido para él íntegro. Petunia no le ha pedido su porcentaje, pero sin duda confía en que "salga de él".

Ahora el cazaempleos dispone de más información. Puedes entrar a Internet y preguntar lo que quieras. Semillón 1 preguntó qué onda con la chamba en cierto restaurante de plástico. Encontró el relato de un ex empleado. El cocinero echó a la basura un gran trozo de carne en mal estado. El gerente ordenó que se recuperara, que le echaran suficientes condimentos para evitar malos olores y sabores y se sirviera así.

Hay un empleo sabrosón. Se trata de hablar por teléfono a clientes morosos y amagarlos con que, si no paga, su cuenta "pasará al jurídico". Petunia y yo brincamos. Ahí sí que no, le dijo ella a su hijo. Recuerda lo que sucede cuando nos atrasamos en el pago de la hipoteca.

Semillón 2 permenece "contectado" todo el tiempo si no está en la prepa. Es increíble. A sus espaldas tiene la tele encendida. Le he propuesto ponerle la tele a la derecha para que tenga un ojo al gato, etcétera. Se niega, rotundo. Con esos hábitos perniciosos ¿dónde podría emplearse? Es cuestión de esperar. Sin duda hallará algo. Por lo pronto me cobra cinco pesos por cada canción que me baja. Debo medirme. De otro modo pronto escogeré entre café o canción.

Aquí me tocó.

6 de octubre de 2009

CRISIS I

Esta mañana, Petunia dijo que debíamos olvidar el deportivo. Tenía una deuda urgente y estaba sin dinero. Resiste,le dije. Pero ya se lo he dicho tantas veces... La palabra debe carecer de significado para ella. No se me ocurrió nada más. De los cuatro inscritos, vamos sólo dos: Semillón 1 y yo. A ella le da igual ir o no ir. Más bien escoge no ir si de por medio están los bilimbiques faltantes en su presupuesto.

Semillón 2 me preguntó hace días por qué ¡no busco un trabajo! Resistiendo, le dije que escribía tres columnas periodísticas a la semana y una al mes. Ya no escribas libros, dijo. No se venden.

Ahora Petunia me asestó el golpe de gracia. Tú eres la única persona del mundo que va al deportivo a asolearse sin que le tema al cáncer..., dijo, pero no caí en la provocación. Nomás le eché un vistazo a un lunar oscuro que tengo en el antebrazo, cada vez más grande.

4 de octubre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Viñetas del estío

Integrados.- En el restaurante descubrí a una familia de raza oriental. El jefe desayunaba en silencio, de espaldas. La jefa le sonreía a sus dos hijas como de cuatro y seis años, una a su lado y la otra junto al padre. Ellas veían a derecha y a izquierda, y atrás. Parecen bien integrados, le dije a Petunia. ¿Por qué lo dices?, preguntó ella. Bebíamos café y leíamos. Porque los padres han pedido huevos rancheros, dije. Ah, mira qué observador. La mamá había capturado mi atención cuando llevó al baño a una de las niñas. Diosas mías, me dije. La mujer caminaba como supermodelo meneando un “derriere” del corte de Valeria Maza, o de Claudia Schiffer, contoneándose en la pasarela. Cuando volvieron, la niña grande le dijo algo a su mami guapa. “¡Ólale!”, exclamó la señora sonriéndole. Comprobado, le dije a Petunia. Se integraron del todo. Mi vieja siguió leyendo, ignorándome.
*
Maneras.- La cosa empieza con la señora de gafas de los tlacoyos, luego con la familia de los tamales de chile guajillo, el dueño rapado del puesto de periódicos, el señor de los tacos de canasta itinerante pues coloca su bici aquí y allá, los organilleros a la puerta del restaurante que le suben al volumen si niegas la diaria alcabala, el pelirrojo vigilante con su frijolito encajado en el oído, la chica barriendo la escalera idéntica a una de las Meninas de Velázquez pero en guapa, a la recepcionista trabalenguas, a la cajera incapaz de sonreír, a dos o tres meseras de mejor ver con trenzas y, luego de desayunarme, al señor de los baños, corrigiéndome siempre. Tardes, dice él, no días.
Así que cuando llego ante las chaparritas de las petacas y de los perfumes, cuchicheando de abortos, pregunto si ahí pago el teléfono. Una con cabellos de puerco espín contesta buenos días, frunciendo la boca. A las doce meridiano, le digo a la otra de casquete de pelo negro, la de los perfumes, estoy harto de saludar medio mundo. Además ni modo de decirles buenas doce meridiano... Es que hay unos clientes mal educados, dijo Casquete Negro. Lo peor es estar bebiendo el café, le dije, y que alguien bostece sin cubrirse la boca. Me repugna ver muelas con residuos de molletes y no soporto las caras de chango. Bueno, dijo la empleada del Sanborns de Coyoacán, no es por justificarlos pero algunos compañeros llegan aquí a las cinco de la mañana. No me refiero a ellos, sino a los clientes. Casquete negro enmudeció.



GARBANZOS DE A LIBRO

Martín Amis
Los gobiernos son como gánsteres:
no quieren la verdad, quieren respeto

El escritor inglés Martin Amis (58 años) declaró que los gobiernos están cada vez más sensibles con su historia y obsesionados con su imagen. “Son como gánsteres”, dijo, “no quieren la verdad, quieren respeto”. Agregó que la literatura está ya bastante politizada, pero “escribir sobre política es como entrar en un río de pirañas”, y precisó: “La literatura es un juego. La política es la batalla de verdad”. Sin embargo rechazó que fuera un disidente. “Sólo aplico el sentido común que se ha vuelto subversivo”. Respecto a Afganistán, por ejemplo, dijo que sería un error abandonar ese país, aunque se perdió una oportunidad. “Con los talibanes derrotados era el momento de construir escuelas y hospitales”, comentó. “Nadie lo hizo”. Martin Amis acaba de publicar “El segundo avión” (Anagrama), artículos sobre el 11-S. “La viuda embarazada”, novela, aparecerá en el 2010 y trata sobre la revolución sexual de los años 70. Lo entrevistaron para El País.

LOS GARBANZOS
Isabel Allende (67 años) sigue en la promoción de su novela “La isla bajo el mar” (Plaza y Janés): “Soy intrusa, dominante, curiosa, habladora, indiscreta, impertinente... Le haría magia negra a todos los torturadores y enseguida a los banqueros... Después de los sesenta da igual que tengas caderas o no tengas. Ya eres invisible. Podrías andar en pelota en la calle y nadie te va a mirar...” Habla el escritor cubano Leonardo Padura (54 años): “Cuba trató desde el principio de crear su propio modelo, y en buena medida lo logró. Sólo así se entiende que haya desaparecido el socialismo soviético y que Cuba, sola y con el embargo norteamericano, haya mantenido su estructura política y social”. Leonardo Padura acaba de publicar su novela “El hombre que amaba a los perros” (Tusquets), que trata de la muerte de Trotsky a manos de Ramón Mercader... “La cultura pop aplicada en política (que prevalezca la imagen por encima de todo), es horrible”, declaró el escritor italiano Claudio Magrís (1939, Trieste), autor de “El Danubio azul”... Acuse de recibo: “Arbolaria”, de Wilber Sánchez, editado por Coneculta-Chiapas. Son 25 textos narrativos. “Variadas hojas tiene este arbolario: las del relato fantástico y el divertimento, las del aforismo y la greguería, y en medio una emergente voz literaria que con originalidad y buen tino entrecruza emotividad, humor e ironía”.

29 de septiembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
El Quijote del Soconusco
A la memoria de Jesús Romero, el Chiluca.
¿Qué habría hecho Cervantes si gobierna el Soconusco? Tengo una imagen. Cuando dormita en la hamaca y pasa una tonalteca de trasero vibrante, él despierta y le propina cariñosa nalgada con la mano buena. De ahí no paso. Otros temas me distraen. Todos sobre la libertad. Pero ya está entre nosotros, si no Cervantes, sí El Quijote, y es Gustavo Gonzalí. Podrían ambos haber reencarnado en él. Gustavo escribe y lo agita la ventolera de contribuir a la independencia del Soconusco. Eso sería respecto al Quijote y, respecto a Cervantes, ha publicado dos libros y tiene otros en mente. Los incrédulos se asombraron con el primero. Pero con este, “Duro de olvidar... ¡me cae!”, no hay duda de que tenemos a otro escritor.
A Gustavo lo conozco desde niños, y cuando edité los semanarios, “El Correo” y “Marimba”, intuí que él y Armando García Corral, podían ser articulistas. El poeta Alberto Elorza colaboró también.
El periodismo y su obsesión por la costa llevó a Gustavo a escribir “Los caminos torcidos de Soconusco”. Bestseller en Tapachula y no en la veintena de municipios costeños, porque hay más cantinas que librerías. Está bien. Hay quienes soportamos la realidad real nomás bolos. Estaría mejor una y una. Aquí, dado el desinterés, se presentan libros desde hace treinta años en La Mesa Redonda. Gonzalí es buen narrador y su segundo libro alarde del sentido del sarcasmo. Sus fantasmas y demonios, ensotanados a veces, recorren el volumen.
Hizo con sus propias manos el primer libro, justo cuando pasaron por aquí dos alcaldes de antifaz y sus secuaces, una cabalgata de codiciosos malandrines. ¿Cómo le hicieron para cargar la firulilla de los baños públicos? ¿Cuánto pesaron miles de monedas recaudadas dos o tres años? ¿Cuánto sumaba el monto del robo al sistema eléctrico de los arbotantes? ¿Están bien investigados los asaltos a la nómina? Son otras dos historias.
Temas para cien novelas y mil cuentos, mientras tenemos reportajistas. Los escritores de la costa podrían escribir las gestas y las catástrofes, desde la llegada de los guerreros aztecas hasta las tropelías impunes del siglo 21.
Con excepciones, el escritor no tiene el apoyo de las autoridades. Cuando Gonzalí necesitó explicarle a los regidores la utilidad de publicar libros, me fui de espaldas. ¿Qué clase de regidores eran esos? Por fortuna el alcalde Ezequiel Orduña tuvo la última palabra. El libro de Gonzalí y los otros dos en camino serán los primeros de cien, de mil títulos. El periodismo ha mejorado de manera ostensible en Tapachula. Sigue la literatura, proteína del espíritu.



GARBANZOS DE A LIBRO

V.S. Naipul
Gracioso, inteligente
y entretenido, pero cruel
El premio Nobel de Literatura 2001, V.S. Naipul (77 años), es un escritor distante, callado y observador, y tiene un lado “muy entretenido”, porque “es muy gracioso, pero cruel”, declaró Patrick French, escritor británico que platicó con el colega durante cinco años para escribir su biografía, “El mundo es así” (Duomo). Patrick French dijo que lo único que le interesa a Naipul como escritor es decir la verdad. Tiene mucha facilidad para pelearse con la gente, agregó, y es una persona solitaria que “vive en su mente” y que, gracioso y todo, no es feliz de manera natural. Naipul confiesa que él pudo haber causado la muerte de su primera mujer, (Pat) por un disgusto, pues “se iba de putas”, dijo Patrick, y se hizo amante de otra, de Margaret con la que se casó. Para éste la juventud de Naipul en Trinidad y Tobago y en Inglaterra fue dura por lo que “no es raro que buscara venganza”. Naipul es autor de “La pérdida del Dorado” y de “Un camino en el mundo”, entre otros libros.

LOS GARBANZOS
Habla el actor y dramaturgo Dario Fo (83 años), Nobel de Literatura 1997: “Berlusconi (primer ministro de Italia) está lleno de sí, de su prosopopeya, se cree sagrado e intocable. Ha perdido totalmente la cabeza... Está enfermo de sexo, de erotismo y de ganas de mandar. Insulta a todos, se querella contra todos. Es un caso clínico. Debería estar en una clínica”... Cinco millones de ejemplares del nuevo libro de Dan Brown, “El símbolo perdido”, se lanzaron al mercado inglés. Ahora los personajes son masones, pero la trama es una calca de “Código Da Vinci” (81 millones de copias vendidas y 758 millones de dólares recaudados con la película), publicado en el 2003. El libro cuesta 30 dólares pero Amazon lo rebajó a 16 en papel y a 10 para los libros electrónicos... Al presentar su libro de artículos “Sables y utopías”, Mario Vargas Llosa desenvainó la espada y criticó la cercanía de Octavio Paz con el PRI; a Borges por su desdén hacia las dictaduras no occidentales; a Cortázar, por sus veleidades marxistas, y a García Márquez su “sumisión beata” a la dictadura de Fidel Castro.
Acuse de recibo: El Búho,, número 111, septiembre del 2009, que dirige René Avilés Fabila. Las firmas esta vez son de Mario Casasús, Jorge Bravo, Hugo Enrique Sáez, Luis Fernando Escalona, Martha Figueroa de Dueñas, Marcela del Río, Guillermo Samperio, Miguel Ángel Muñoz, Roberto Bañuelas, David Figueroa, Roberto Bravo, Citlali Ferrer, Carmen de la Fuente, Elsa Cano, Patricia Zama, René Avilés Fabila, Rodolfo Bucio, Francisco Turón, Cheli de Haas, Martha Chapa, MAC, Por supuesto, Carlos Bracho, Miguel Bautista, Malcolm Lowry, y una entrevista de Luz García Martínez con el escritor Macario Matus recientemente fallecido.

21 de septiembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Abuso impúdico

Tiene usted razón, compa Bernardo Revueltas. También yo combato el abuso de las mayúsculas. Pero el caso que nos ocupa es de criterio editorial. A veces criterio absurdo. Los problemas surgen cuando el diario carece de libro de estilo. Entonces el criterio varía de un departamento a otro, de información general a deportes. Trabajé en un periódico en el que, tres años después, tres, aún no estaba listo el libro de estilo encargado por el director y prometido por los dos jefes de redacción, dos. Se guiaban por el libro de El País, el diario español. También es necesario aplicar el criterio. Ellos escriben “parquear” muertos de risa o permiten el ir “a” por un café... Llamar “bacon” al tocino jamás lo entendí.
De las gringadas viene el abuso de las mayúsculas en el cabeceo, en los titulares, sospecho. Cierta vez un argentino le reclamaba a una mesera de restaurante de plástico que se le llamara aquí pay a una torta. ¿Torta? ¿Torta en el DF? Tortas las de pierna.
Espero que usted sea el jefe de correctores, Bernardo, y erradique el abuso de las mayúsculas. En una revista semanal ya desaparecida publicaban la palabra Periodista con mayúscula. Me pareció honroso. Pero entonces los licenciados todos y los ingenieros en una docena de especialidades (en corte de cabello) reclamarían igual trato.
He leído Primer Mundo o Tercer Mundo, el caso que nos ocupa. La Wikipedia, confiable apenas, usa Primer mundo o Tercer mundo. Escribir Primer Mundo es cosa de colonizados y Tercer Mundo de agachones que admiten semejante clasificación denigrante. ¿Qué pensarán los del cuarto mundo? Proceden mil interpretaciones, como el de los grafólogos. Usar minúsculas en el nombre demuestra complejo de inferioridad, dicen. Mayúsculas, ego grandioso. Escribir cargado hacia la izquierda, inseguridad, etcétera.
Después está el combate a las siglas y a los eufemismos. El boletín de prensa llega trufados de unas y de otros. Pemex ya no se desata, Bien. Y ¿Pymes? ¿Y la DGP? ¿Hay policía en Conaculta?, pregunté. No, es la dirección general de publicaciones. Ahora los boletines son comunicados, como si así mejoraran, y los sordos y ciegos, seres con habilidades diferentes. Los niños pordioseros, “en situación de calle”. El riesgo es convertirse en fascista del lenguaje. Cuando hallen eufemismos para coño, joder y “juelachingá”, espero haber partido del valle. Por eso bebo.


GARBANZOS DE A LIBRO

Carlos Fuentes
Obama no legalizará la droga

Carlos Fuentes declaró que no ve al presidente Barack Obama despenalizando la droga. Así que el gobierno de México debe crear empleos ahora que los Estados Unidos cerrarán más su frontera por la crisis. La opinión pública, explicó, no permitiría despenalizarla. Carlos Fuentes presentará aquí en noviembre su novela “Adán en el edén”, de 160 páginas, que escribió en un año, después de hacer lo mismo en Chile, Buenos Aires y Guadalajara. Es una novela con varios pisos, dijo, y el narcotráfico serían el piso subterráneo, pero “hay un pent-house”. Anunció también el libro que sigue, “Aquiles o el guerrillero y el asesino”, una historia situada en Colombia con personajes colombianos, terminada en noventa por ciento.

LOS GARBANZOS
El filósofo español Fernando Savater dijo que la gracia del libro es su capacidad transgresora permanente, porque la gracia de la lectura es “leer lo que no se debe leer”. Habló en el Congreso Internacional del Mundo del Libro, con el cual se celebró el 75 aniversario del Fondo de Cultura Económica... Los editores norteamericanos lanzaron el 15 de septiembre cinco millones de ejemplares de “El símbolo perdido”, el nuevo libro de Dan Brown. En octubre, Planeta tirará 1.5 millones de ejemplares en español.... Jorge Volpi informó que su novela “Oscuro bosque oscuro” (Almadía) trata de la matanza de 35 mil judíos a manos de 500 civiles, instigados por los nazis... Isabel Fonseca, de origen uruguayo y esposa del escritor inglés Martin Amis, con quien tiene dos hijas, declaró al publicar su novela “Vínculo”: “El oficio de escribir no es competitivo. Eso es una invención de la prensa en general. Porque en la realidad estás sola en tu habitación y realmente no importa con quién estás casada”... Acuse de recibo: “Revista de la Universidad”, número 67, septiembre 2009, que dirige Ignacio Solares. Las firmas son de Enrique Florescano, Emmanuel Carballo, Rosa Beltrán, Gonzalo Celorio, Javier Wimer, Alonso Cueto, Adolfo Castañón, Mauricio Molina, Arnoldo Kraus, Vicente Leñero y un reportaje gráfico de Oswaldo Sagástegui.

14 de septiembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Cabeza humeante de zanate viejo

Ese viernes me zampé un platón de arroz chino con pollo, en el Chow Min, amigo Guillermo. Sesenta y cinco morlacos, y una horchata. Me escamotearon el menú del día. ¿Será todo a la carta? Quería ese arroz para mí nomás, y apenas terminé la mitad. Al despertar de la breve siesta, oí el pijazo de agua. En taxi llegué medio seco a la entrada del ex palacio municipal, ¡a dos cuadras del hotel! El Taller de Narrativa estuvo excelente. Mientras llegan todos, leo tres capítulos de mi “Biblia del narrador”. Limito los comentarios, uno del compa que leerá su cuento. El tiempo vuela.
En Los Comales cenamos Hernán Becerra Pino (Premio Ydalio Huerta Escalante), Joel Arzola y yo. Ellos tortas y yo la mitad de un tamalón de mole. Bebí dos cafés porque no quería perder, debido al sueño, una sesión de trabajo. Apenas la segunda de cuatro en dos días. Hice la otra en el avión. Si no hago tres o cuatro soy infeliz. Ocupé un cuarto del tercer piso del Guízar. La regadera es mil veces superior a la del Victoria, de Oaxaca. Acababa de estar ahí. Te cuesta promediar el agua caliente con la fría y cuando lo consigues y estás abajo, aleteando, sale un chisguetazo repentino de agua fría o caliente. En el Guízar no quería salir del baño. Piaba como zanate viejo.
Secándamo veía CNN, y entonces lo miré de reojo. Gigantesco y enmarcado por un limpio cielo celeste. El Tacaná. No resistí el impacto y caí de rodillas y levanté los brazos. No recé porque a mi edad “trasvergo” las dos plegarias de la primera comunión. Ese día de la comunión, confieso, huí de pinta al Tescuyuapan. Mañana sí me saco el Melate, me dije sesenta años después. Arrojé la toalla y erguí el pecho, que ya no se yergue ni al paso de las ninfetas. Varias descargas verdiazules me cruzaron de cabo a rabo.
La segunda sesión, excelente. Hernán, Arzola, Gusgús y el tacanateco rematamos en La Mesa Redonda. La botana supo mejor. Zampártela con agua mineral resulta asqueroso. Debo pedir también una coca, me enseñó Arzola, tan sólo de verlo. Buche de una y buche de otra. Urge darme de alta. Olvidé pedírselo al Tacaná. Con su energía aguantaré lo necesario.
Amanecí moqueando. Había expuesto la cabeza a la lluvia, echando humo por el tecleo y por el Taller. Bebí el Tehuacán y las aguas del imperialismo yanqui en vasos copeteados de hielo. Temí el cerco sanitario. El Tacaná volvió a salvarme.



Isabel Allende
El realismo mágico quedó atrás

La escritora chilena Isabel Allende (66 años) dijo que el realismo mágico en la literatura quedó atrás y que ignora hacia donde “estamos evolucionado”, pero sabe que “existe una generación urbana de escritores que se reencuentra”. También dijo que nunca abandonará la literatura si bien escribirá ahora un libro cada dos años y no uno por año. Cada ocho de enero empieza una novela en la cual trabaja hasta doce horas diarias, desde las seis y media de la mañana hasta que su marido le llama a cenar. Sobre sus investigaciones históricas reveló que prefiere hacerlo en novelas de la época y no en Internet o en libros de texto. Luego de “La casa de los espíritus”, dijo, su vida cambió porque antes se sentía frustrada y “atrapada en un destino mediocre”. Su obsesión ha sido desde pequeña “ser independiente, que nadie me mandara, que nadie me preguntara dónde he estado”. A la autora de 16 libros, de los que ha vendido 51 millones de ejemplares, la entrevistaron para Babelia, suplemento de El País, a propósito de su nueva novela “La isla bajo el mar”, (Plaza y Janés).

LOS GARBANZOS
Habla el ganador del Premio FIL de Literatura y Lenguas Romances 2009, el poeta venezolano Rafael Cadenas (79 años): “Cualquier ideología es perversa, aunque esté guiada por la buena intención, porque separa a los seres humanos. Prefiero el sentido común, ajeno a carismas, redencionismos, a todas esas grandiosidades hipócritas, cuyos promotores nunca se han visto a sí mismos”. Lo entrevistó Claudia Posadas para Laberinto, suplemento de Milenio... El vicepresidente de Google, Vint Cerf, informó de que el acuerdo con las grandes editoriales norteamericanas permitirá vender en línea libros valiosos, para soportes electrónicos, que ya no se imprimen y de los que quedan un puñado de copias en el mundo. La empresa tiene ya escaneados 7 millones de libros... Acuse de recibo: Tinta seca, que dirige Miguel Ángel Muñoz, número 95, septiembre-octubre 2009, con firmas de Yoko Ono, Saúl Ibargoyen, Miguel Ángel Muñoz, Bernardo Ruiz, Albert Ráfols-Casamanda, José Antonio Marina, Adonis, Ana Flores Rueda, Darío Villanueva, Sofía Gamboa Duarte, Jesús F. Conde de Arriaga, Clara Sánchez, Luis Marcelo Pérez, Maria Cruz y Plinio Chain, y una entrevista con el jazzista Lee Koniktz, de Pablo Sanz.

6 de septiembre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Se venden epitafios
Por la realidad malhecha empecé a beber, querido maestro Raúl, y a escribir. Al principio fue un deseo y con el paso de los años necesidad apremiante. Escribir te aísla. Vives rodeado de tus personajes. Adecuas la realidad. Cuando consigues escribir noventa y nueve por ciento de lo planeado sientes un gozo inenarrable. Si Cara de niño decide mandar a la cárcel a los causantes cautivos, escribiría más y acaso mejor. Espero ser de los primeros para, como las bestezuelas, marcar mi territorio. Con tanto impuestos pagados exigiré “room service”.
Después de publicar mi séptimo mamotreto, “Morir de periodismo” (Axial) informo, a pedido tuyo, de que tengo casi listo un libro de relatos, cuyo título provisional, “Señoritas putas”, dudo de que sea aprobado. Le doy los penúltimos toques a mi octavo mamotreto. Ya tengo listos cincuenta por ciento del noveno y en treinta por ciento el último. Sin embargo hace un mes empecé e engendrar el que desplazará al último del décimo al undécimo sitio.
La temática es la misma. La libertad. Esa lucha del ser humano, mía en lo personal, para ser libre del todo. Imposible Así que ¿cómo sobrellevar esas cadenas invisibles aunque sujeten como si fueran reales? Será una búsqueda la vida entera. “Por fin libre”, podría ser mi divisa en la cárcel aunque sea un contrasentido, o para mi epitafio. Pero con la moda de las cremaciones, ¿dónde poner la inscripción? Le propondré a Hugo del Río un negocio de venta de urnas con mil posibles epitafios. Él está haciendo la lista de personas a quienes desea enviarles unos cuantos gramos de sus cenizas. ¿Qué tal las cenizas de veinte millones de peludos, de viejos y nuevos pobres, al jefe de la policía fiscal?
Da gusto que pienses escribir una historia de aventuras. Las leí gozoso durante la adolescencia. Para los chamacos de ahora es un imán, pero con un lenguaje moderno, de tal manera que no lo sientan ajeno. En plena época del lenguaje telegráfico el de reportero podría interesarles. Sin colesterol malo. Una aventura moderna, considero, es vivir en tu país capoteando a la llamada clase política, de derecha o de izquierda. Que el “resfrío” se convierta en “shock”, o te suelten a los furiosos perros negros de la policía fiscal. La ambición del político poderoso es la misma. El objetivo, ser nuevos ricos. Si cuando menos supieran vivir. Adolecen de equilibrio, de simetría, de sentido estético.


GARBANZOS DE A LIBRO

Eugenio Aguirre
Hidalgo, seductor y mujeriego,
reía del infierno y de los santos

El cura Miguel Hidalgo y Costilla era seductor y mujeriego y un blasfemo que se burlaba del infierno y de los santos, declaró el escritor Eugenio Aguirre (DF, 1944). Era una persona blanca, agregó, de ojos azules, alto y delgado gracias a su trabajo en el campo, lo cual echa por tierra la imagen que se tiene de él “de estampita” o de “esculturita de bronce”. El Padre de la Patria conocía a sus novias durante las presentaciones en su casa de obras de teatro Moliere y con una de ellas tuvo “dos de sus primeras hijas”. A juicio de Aguirre, Miguel Hidalgo y Costilla tuvo su parte oscura como fue que permitiera la matanza de españoles durante la Independencia, que le permitiera atrocidades al torero psicópata Joaquín Marroquín y que desoyera los consejos militares de Allende. Eugenio Aguirre acaba de publicar su novela “Hidalgo. Entre la virtud y el vicio” (Martínez Roca).

LOS GARBANZOS
La agente de escritores Carmen Balcells vaticinó que el libro electrónico le quitará el respeto que muchos le tienen a las bibliotecas y a las librerías, llegará a las aldeas, habrá más lectores y que los primeros beneficiados serán los estudiantes y los estudiosos, porque “es altamente cómodo y barato”... El mexicano Marco Lara y el español Frances Barata Villar acaban de publicar al alimón el libro “Nota (n) roja” (Debate), en cuyas páginas argumentan que la policiaca debiera llamarse página amarilla, por los datos inventados, por los adjetivos exagerados con que se redacta y por las violaciones a la ley que cometen... Ohran Pamuk, Nobel de Literatura 2006, inaugurará con una conferencia la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, del 28 de noviembre al 6 de diciembre... Acuse de recibo: “Duro de olvidar... me cae!, de Gustavo Gonzalí Mayoral, edición de autor con la ayuda del ayuntamiento de Tapachula que preside Ezequiel Orduña Morga. “Dejarse llevar por su texto gratifica”, escribe en la contraportada Enrique García Cuéllar, “y, además, reconforta, porque sabemos que no todo está perdido; nos queda nuestro pasado”. El libro “me hizo reflexionar, reír, me conmovió a ratos, me recordó mi infancia..”, escribe en el prólogo Víctor Manuel Camposeco. El libro reúne además en las solapas frases elogiosas de Omar Escamilla, Martha Vázquez Lacroix, Godofredo Rodríguez, Max Elnecavé Korish, Tana Barrientos Nettel y de MAC.