24 de febrero de 2015

FRAGMENTO 65

FRAGMENTO 65
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

––No quisiera oír que le dices a la Verguini lo que vos gustes y mandes, che, o al tipo de los camotes... ––agregó Leo––. Dices otras cosas enervantes pero es suficiente por ahora.
––¿A manera de cátedras? –– pregunté.
––¿Te burlas? ––preguntó pestañeando.
––No, no… Me parece bien. Podemos ayudarnos. El matrimonio confronta hábitos y está en nosotros desechar los malos no los buenos.
––¿De qué hablas?, Petacona. Olvida eso de “lo que gustes y mandes”. Esfuérzate. He pedido otras cosas y ni caso..
Papito Leo estaba leyendo en el sofá. Recién cenados. Alba Lilia y Yolanda dormían. De niñas cenaban temprano. Papito Leo me había dado una orden sobre sus trajes y camisas. Para cumplirla iba a levantarme temprano, dije pensando en voz alta.
––Hazle como quieras ––dijo––, no me interrumpas.
Fue cuando dije como gustes y mandes.
––Es de espíritus débiles ­­––agregó, fastidiado––. Abolieron la esclavitud siglos ha. Es difícil erradicarla de mentes como la tuya. Olvida tu esclavitud mental, joder. ¿Me explico, Petacona?
Asentí
–– Claro ––dijo––, Nadie está obligado a lo imposible.
Lo de Petacona anunciaba el tono de una enseñanza de vida. El doña Petacas precedía una burla chistosa, según su idea de chistoso. Porque Papito Leo se consideraba irónico, sarcástico, no chistoso. Chistosos los payasos, decía… Un comienzo con Fundillona, cuando él resentía ataques de neurosis, anunciaba tormenta, norte, como lo llaman en su puerto, Veracruz.
Al principio me fastidió y terminé por habituarme. Respiraba hondo y ¡a lavar platos!, chorro de agua bien abierto mientras Leo seguía parloteando. Se desahogaba según el tamaño de la carga de neurosis que la ciudad inhóspita le arrojaba encima, según él. Exigía mirarlo a los ojos y acusar de recibido si yo no estaba lavando platos. Dime, ¿escuchaste bien?, inquiría puños a los lados de su cintura cada vez más ancha, je je, el periódico arrugado… Procuraba atender la orden porque si no la secuencia era desgastante. Cumplía en un primer intento y no en tres como sucedió con sus cubas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario