21 de marzo de 2012

TURBOCRÓNICAS



Los correctores

Mi solidaridad para Omar Escamilla,
director del Diario del Sur,
asaltado a las puertas del periódico.

Cuando un editor dijo que en su editorial no había correctores de estilo como en los periódicos terminé por redondear mis conocimientos al respecto. Es exacto lo que compramos, agregó, el estilo de cada autor. Los correctores de los diarios son uniformadores de estilo. Excepto el estilo de los articulistas. En el semanario Siempre!, durante la época de puros opinadores y analistas, no había corrector. Los correctores de periódicos, diarios o revistas, tienen la consigna de quitarle a la redacción de la nota informativa el estilo personal del reportero, a fin de que los textos sean accesibles para el universitario, el obrero, el oficinista. Según Hemingway el estilo son los errores del escritor.
Salvador Elizondo (1932-2006) renunció al diario unomásuno porque le habían quitado la “p” a la palabra psicólogo. Por la ignorancia del corrector el estudioso de la mente devino estudioso del higo, ese fruto delicioso. Cuando le dijeron a García Márquez que iba a corregirle una palabra por incorrecta gramaticalmente el costeño Nobel dijo en colombiano el equivalente al mexicano ¡ni madres!, pues la frase iba a perder ritmo. A una escritora le sustituyeron las palabrotas a personajes de su novela y ella le mostró a la correctora frases de “El Quijote” y algún texto de Quevedo para que reculara en las absurdas, groseras, esas sí,  enmiendas.
Si alguien no sabe reportear y menos redactar hallan colocación de mensajero o de corrector. Óscar Sumuano, Premio Nacional de Entrevista “José Pagés Llergo”, la pidió de vigilante en el “Diario del Sur” y se la dieron de corrector gracias a su buena ortografía. Se necesitan algunas luces, no muchas, y sentido común y de la lógica para ser buen corrector. Los conocimientos ortográficos y de sintaxis se dan por descontado.
Si un corrector ignorante le consulta al autor lo convence o aprende sobre la marcha. También debe repasar el libro “Ortografía de la lengua española” o consultar el Diccionario de la Real Academia en línea (rae.es/rae.html). Ahora circula por la red esta lección exprés: “Haber” es un verbo, “a ver” es mirar, “haver” no existe.  “Hay” es haber, “ahí” es un lugar, “ay” es una exclamación y “ahy” no existe.  “Haya” es haber, “halla” es encontrar, “allá” es un lugar y “haiga” no existe.  “Iba” es de ir, “IVA” es un impuesto e “hiba” no existe.  “Valla es una cerca, “vaya” es ir y “baya” es un fruto.


2 comentarios:

  1. ¿tienes idea acerca de quién podría darme una foto de Alejandro Íñigo o dónde podría conseguirla? Estoy escribiendo sobre "La revolución invisible"

    gcabrera@unam.mx

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  2. Lo que se me ocurre ahora mismo es que sin duda debe haber fotos de él en el archivo de Excélsior y menos, una o dos, en Grijalbo. Saludos: MAC.

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