21 de abril de 2015

FRAGMENTO 73

Turbocrónicas

FRAGMENTO 73
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

Necesitaría semanas de plática, lic, Armando García Corral para darle el panorama completo y con detalles, que los tengo. No sólo estos dos días… Pero mi vida no importa, ¿ajá? Soy consciente aunque hablo mucho… Importa la vida muerte de Leo y sus antecedentes y obsesiones. Usted dirá… Ampliaré cuanto merezca ser ampliado. Gracias… Le sigo…
Qué bonito cuadro es ése... Es un Miró, ¿verdad? Qué mujer tan agradable con sus trenzas como pies o con sus pies como trenzas…
Haré esfuerzos para no desviarme. Sé como trabajan ustedes y sé que hay de abogados a abogados. Pinche país rejodido, decía el difuntito. Cuando cobre por hora, como en el primer mundo, te compro un palacete, mi Rous, ofrecía, ebrio....
Era su obsesión. Un palacete con bar para nosotros y ¡discoteca! para las muchachas. La disco, insonorizada, iba a tener un circuito interno de tv para vigilar a sus hijas desde la cama, je. Sólo por joder, decía Leo, comodino  tendré un enorme switch en el buró y, al menor intento de los puñeteros güeyes de meter mano a las pendejitas, lo bajaré… Unas potentes luces blancas como esas que se usan para anunciar un grandes estreno o grandes espectáculo se encenderán, y una sirena chillona y la grabación a todo volumen de metralletas rociando plomo y de sirenas ululando, ¡ja! ¡ja! ja!…
Leo y yo íbamos a Las Lomas y rematábamos en el Loma Linda. Ya se lo conté, ¿ajá? Él buscaba la mejor casa y el mejor chorizo. Nomás tuvo el chorizo, ¡jo! ¡jo!
––¿Por qué no te vas a Estados Unidos? ––le pregunté antes del nacimiento de Alba Lilia––. Yo te sigo. Podría hablarle a Frank y a…
––Gringolandia es el refugio de los medrosos, Petacona ––me interrumpió––. Mi reto es hacerla aquí… No me chingues.
Él quería permanecer en la fuente directa de sus obsesiones para escribir el libro del siglo. Uno solo. Buscaba prestigio. La fama era para los frívolos.
––El título tentativo es Fenomenología y dieta del espíritu mexicano ––dijo entonces.
––Me suena conocido ––le dije––, me suena como a…
––Ten-ta-ti-va-men-te ––me interrumpió––. ¿Qué no entiendes?

Sexenios iban y sexenios venían y partió a la tumba sin legarnos su gran obra.

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