4 de noviembre de 2014

La proeza de Gustavo Gonzalí Mayoral

TURBOCRÓNICA
La proeza de Gustavo Gonzalí Mayoral
MARCO AURELIO CARBALLO


Estimado gusgús sería otra hazaña si editas tu libro, el de ensayos. Ese de ciencia vs, religión, “¿Ensayos satánicos?” No, ¿verdad? Pues, en este oficio de mulos, según el Gabo, de galeotes, de condenados etcétera, todo puede suceder. “Lo que sucede cuando acontece”, afirma GGM, el filósofo vecino del legendario Barrio Nuevo. Edítalo y véndelo 4 veces más caro de lo invertido, como hacen los editores, escuché tiempo ha. Monta una librería, ponte falda de escocés, sin gaita, pero sí tu guitarra, con todo respeto para tus piernas bigotudas y ofrece el libro a los peatones, mientras entonas sentido bolero y pulsas diestro tu lira.  Es lo que falta hacer a los escritores, si no lo hacen ya. La idea de cómo vender está extendida en la gran urbe del D.F., donde incluso los niños padecen el mal del tiempo debido al estrés. Chicas en minifalda bailan salsa o rock a lo largo de División del Norte, incluso donde venden retretes último modelo para clasemedieros pomposos. Prueba el sistema de venta del capitalismo salvaje y consumista, transformado en turbocapitalismo. Volviendo al asunto, Salman Rushdie, el colega anglohindú, dijo: “Si no te publican un libro, porque la burocracia nativa resulte contumaz obstáculo como ha sido el de muchos,  escribe otro y otro y otro. En efecto, es de mulos este oficio nuestro, de mulos maiceros. colegas que soportan pujantes mayor carga, supe. Si bien es igual el más lindo del mundo, dijo el maestro de maestros, tu tocayo de siglas. Vi cuando hiciste un tu libro cual dicen allá en la querida tierruca. Permanecí totoreco buen rato, como si hubiera descubierto los brazos perdidos de la venus de Milo o las manos cercenadas del che Guevara, sin comparaciones odiosas con tus brazos o manos. Vi cómo planchabas, por decirlo así, los pliegos de tus libros. ¡con las uñas! Uñas poderosas, observé. Claro, las de un trovador. las  ganaste, sé,  rasgueando virtuoso la lira en días de bohemia a tope.

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