11 de febrero de 2014

FRAGMENTO 19

TURBOCRÓNICA
FRAGMENTO 19
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)


En efecto, lic, ¿por qué me llamo Rosacruz?, Le pregunté a mi madre. Las burlas en la secundaria eran cara a cara. Ya en primero de prepa cuchicheaban a mis espaldas:  “qué amolada”. En segundo fui Rosa porque lo divulgué yo. Mi nombre completo está en los papeles oficiales. Fue idea de mi padre y, aun cuando estuvo ausente en mi registro, mamá confiaba en que nos alcanzaría. Si ella viajó al DF con esa promesa, y él la incumplió.
Leo actuó enfermizo con los nombres de sus hijas. Ni siquiera opiné.
––¿Por qué Alba Lilia? ––pregunté.
Ella es morena, de cabello lacio, nariz respingona y labios delgados.
––Por mi primera novia ––dijo, altanero, don Superbuenasmaneras––. Es un homenaje. No quisieras ponerle el tuyo, ¿verdad?
Nació la segunda. De tez clara y de cabello castaño ensortijado. Colocho, diría mamá. Ojos redondos, nariz recta y labios carnosos. Pregunté el nombre de su segunda novia.
––Yolanda ––dijo, sonriente––. Ah qué doña Petacas.
––Si hubo otras hasta aquí llego ––dije––. Busca quién te dé más hijas.
––¿Qué dices?
––Tranquilo… Dime, ¿cómo sabrán que cumpliste tu promesa?
––Tranquila, tú. Promesas de chamaco pendejo. No volví a saber de ellas. Se casaron, parieron como conejas y ni matriz tienen ya...
 ––No entiendo ––dije, aunque iba a decirle estás enterado del fin de sus matrices y no del fin de ellas––. ¿Qué sentido tiene?
––No busques el sentido ––dijo––. Es el único buen recuerdo, los nombres. Siguen gustándome. Agrégales el tuyo y las pendejitas lo desecharán de adultas ¿Apuestas?
Les hablaré a mis hijas de mi verdadero nombre cuando lo crea oportuno. Ellas se sienten bien llamándome Rosa. Un derivado de Rosacruz, diré. No extrañaron que Papito Leo me llamara Rous en casa, y parecieron habituarse a lo de petacona… Cuando les cuente el origen del nombre de  cada una de ellas, reirán, espero.


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