21 de julio de 2015

Fragmento 86

Turbocrónicas
FRAGMENTO 86
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)
De su tratado hablaba con los amigotes y con su oyente cautiva. En esas páginas iba a analizar los problemas políticos y económicos del país y las razones por las cuales permanecían irresolutos. También de la idiosincrasia del mexicano, de su cursilería y de su actitud de sabihondo no obstante el atraso cultural en el que nace, crece y muere, afirmaba. De lo chingón que se siente… El asno hablando de orejas, como dicen. La idea sencilla, planteada así, la supe desde el principio. Yo desconocía el propósito, si es que bullía una intención en su mente autodestructiva. ¿Qué perfil desconocido iba a estudiarle al mexicano tan estudiado?
––Falta el estudio de uno de abajo y desde dentro ––dijo––. Actuaré de conejillo de Indias… ¿Cómo pueden los exquisitos conocernos encerrados en su capillita, aplastados sobre su culo seco en la antiséptica torre de marfil?
––Así lo han hecho todos ––le dije––. Existe la introspección y se han de ver en el espejo.
––Sí ––contestó––. Pero falta el punto de vista desde donde estoy situado yo, en el mero centro... Además, ¿sabes qué?, analizaré la influencia del angloamerican way of life sobre el físico y la idiosincrasia de nuestras etnias. Imitamonos ridículos.
Ah, ta bueno, quise decirle, y darle el beneficio de, entre comillas, a lo mejor. ¿Me había casado con el Schopenhauer totonaca? Al Triple Ele le miraba la facha de un Nietzsche sin bigotes antes de que la sífilis lo llevara al manicomio. Siempre y cuando no lloviera. Siempre y cuando no se parara a ver la lluvia cayendo sobre las palmeras del camellón. Entonces Leoncito Bubú se apoderaba del Nietzsche jarocho.


No debe contarse nada de un texto inédito, dicen, porque el proyecto se frustra. Lo comprobé con Leo. Es una de las características del hablantín. Se les van las energías por la boca, se desinflan, lic. Otros anuncian la novela superior a El Quijote y jamás la escriben. Si los presionas, ya la han empezado, aseguran, y cuando les preguntas de qué va se excusan supersticiosos. Mueren y nada de nada. Sucedió con Leo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario