19 de agosto de 2010

TURBOCRÓNICAS
De fiesta en Boca del Río

A la memoria de Fidel Samaniego, colega.

La visita a Veracruz estuvo de lo mejor, maestro Esquinca. Uno es viajero contumaz. Rulfo recomendaba ir a todos. Quizá haya implicaciones psicológicas, huyes de algo. Eso importa un diputado-corneta. El acto de entrega de reconocimientos (diplomas) fue antisolemne, sin discursos, pero con poeta, Tomás Segovia, y cantante de baladas.
Casi un centenar de personas de la cultura de Boca del Río ocupó la sillería del vestíbulo de un centro cultural. Al frente, Marcial Fernández, Tayde Bautista Lozano; la directora del DIF, Patricia Lobeira de Yunes; el de la tecla, y Agustín Ramos.
Marcial Fernández a nombre del jurado del Concurso Nacional de Cuento “Juan Vicente Melo” y Agustín Ramos a nombre del jurado del Concurso Nacional de Novela “Luis Arturo Ramos”, explicaron las razones por las cuales otorgaron el triunfo al libro de cuento “De lo que sucede en los vestíbulos de hotel y otras cosas”, de Tayde, y a la novela “Diabluras”, de quien esto escribe. En ambos casos sugirieron cambio de títulos.
Me los han cambiado. Por ejemplo mi novela “Palomita” por “Vida real del artista inútil” (Colibrí) y varios colegas pidieron el cambio de “Polvos ardientes de la Segunda Calle” (Mortiz), pero logré hacerme el desentendido. Elena Garro escribe en el libro “Elena en la intimidad” que le gustaría robar el título “La tarde anaranjada”. Sentí el ego tundido porque la gran escritora no menciona que es el título de un relato mío.
El subdirector de Cultura, Daniel Domínguez, excusó la ausencia de Luis Arturo Ramos (LAR), profesor de literatura en Texas. Por teléfono, LAR le dijo que ahora él quisiera ganar un premio con... mi nombre. Risas del público. Patricia Lobeira de Yunes excusó la ausencia del alcalde, Miguel Ángel Yunes Márquez.
El premio es que Ficticia Editorial publique la novela, con dos significados para mí, dije en mi turno. Primero, reduje a tres el empeño de concluir cuatro novelas. Segundo, me aporta dosis de seguridad. No era amigo del jurado: Eduardo Milán, Agustín Ramos y Pedro Ángel Palou, escritores de fuste. ¿Y si escogieron la menos mala?, me pregunté. ¿Y si eran tres novelas no 23? ¿Y si hubo decisión dividida no unánime como releí en el acta?
Lo felicito por su sencillez, me dijo una dama porteña al término de la ceremonia. Ya quedamos pocos, le contesté. ¿Habrá reparado en el tono festivo y guasón?



GARBANZOS DE A LIBRO

Elena Poniatowska
“La única voz que se escucha
es la de las armas”
Habla Elena Poniatowska (EP): “La medalla Rosario Castellanos, con la que hoy me honran en este recinto, no es sólo una distinción, sino un compromiso que invita a ser el árbol de los pájaros que ya no cantan, porque en nuestro país la única voz que se escucha es la de las armas. Rosario las condenó en su ‘Memorial de Tlaltelolco’ y las condenaría de nuevo en esta época oscura en la que la luz más frecuente es la de los fogonazos. Rosario, que vivió entre estudiantes, hoy se quedaría fría ante las cifras que confirman que 10 millones de jóvenes de entre 19 y 23 años no estudian ni trabajan, y ante la falta de oportunidades les pediría no dejarse vencer, erigirse en jueces inapelables de sí mismos, de su sociedad y de su país y mirar de frente al sol, porque “después de todo, amigos, esta vida no puede llamarse desdichada”, y porque los muchachos son nuestra esperanza y sólo ellos pueden enseñarnos ese “otro modo de ser humano y libre” que tanto anheló la gran escritora chiapaneca”. EP habló en el congreso chiapaneco en presencia del gobernador Juan Sabines.

LOS GARBANZOS

Al cumplirse 50 años de la publicación de “Matar un ruiseñor”, Premio Pulitzer, del que se han vendido 33 millones de ejemplares, recordaron esta frase de su autora Harper Lee (EE. UU. 1926): “Creí que la novela no iba a tener éxito, pero más bien ocurrió todo lo contrario. En cierta medida el éxito me dio el mismo miedo que me producía la muerte rápida que esperaba en manos de unos cuantos críticos”. La autora ha publicado sólo ese libro y se ha mantenido alejada de la fama... “Cuando me decido a escribir una crónica o un reportaje, no estoy pensando si es una crónica o un reportaje”, declaró el escritor J. M. Servín (57 años), autor de “D.F. Confidencial” (Almadía), “lo que estoy pensando es que voy a contar una historia y que la voy a contar con mis mejores herramientas narrativas para que pueda leerse como una gran historia”... Acuse de recibo: “Olvidar el futuro” (Tusquets), novela de Agustín Ramos (Hidalgo, 1952). En la contraportada, se lee: “... cuando el empresario más rico del mundo ––un mexicano de origen libanés–– lo invita a visitarlo en su oficinas, el escritor cree estar ante una inesperada disyuntiva, ante la peligrosa oportunidad de vivir una experiencia extrema y potencialmente enriquecedora: ¿asesinar o no al millonario?”.

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