30 de junio de 2015

fragmento 80

Turbocrónicas
FRAGMENTO 80
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)
Llegó al punto en el cual no se le ocurrieron otras injurias, o no le valió la pena a él ser un fastidio de tiempo completo, o se cansó de tundirle al punching bag… ¿Así se llama? Como si hubiera comprado un perro a quien de buenos días le da una patada y tres al irse al trabajo. El perro huiría gimiendo a un rincón en lugar de volarle a su cariñoso amo, de furiosa tarascada, una de sus patas miserables.
Él odiaba a los animales. Incluidos los animales humanos…, que para Leo era la humanidad entera con una o dos excepciones. Yo era su perra a quien le propinó cientos de puntapiés metafóricos. ¡Perra bastarda!, fue lo peor que me gritó en parecidas circunstancias… En circunstancias según las cuales él sentía ganas de propinarme de puntapiés.
Aparte, el hijo de su madre no le permitió a las niñas tener mascotas, y mandó de regreso las ollas de barro, obsequio de mi madre.

Incapaz de escribir ensayos, lic, escribiré mis memorias, o las confesiones de un ama de casa y poeta frustrada. Sobra decir que intentaré darles calidad literaria porque, ¿a quién le interesa la vida de un ama de casa que ni en su casa es ama? ¿Tendrían valor esas memorias? Seré autocrítica. Sin autocomplacencias. La oferta de libros es cuantiosa. Lo he constatado en mi trabajo. Le entraré a la competencia encarnizada con la desventaja de ser una desconocida en un país donde no se lee, y si se lee ¿qué se lee? ¿O vuelvo a la poesía? Haré pruebas.

¿Por qué retomar la vocación veinte años después?, podría preguntarse usted. Lo ignoro, y si mi oportunidad quedó muy atrás, si debo darle por perdida, entonces seguiré de lectora. Semejante adicción es un privilegio y mis hijas tienen esa necesidad espiritual, he observado, fácil de satisfacer y con efectos secundarios saludables, je je. Ellas leen novelas y biografías por encima del promedio de la gente de su edad, y que las leídas por su papi...

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