25 de octubre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Viñetas del otoño

Chicas de hoy: Las tres adolescentes suben risa y risa al micro y poco a poco llegan hasta la parte trasera. En la siguiente parada, dos de ellas, güeritas granujientas, consiguen sentarse en la banca a lo largo del vehículo. Han estado lanzándole pullas a la tercera, una morena obesa de gafas graduadas. ¡Pero, Mayeli!, grita una de las güeras con erupciones de acné por doquier, ¡¿no te sientes mal de haber perdido la virginidad?! Los hombres se vuelven a ver a Mayeli. Las mujeres parpadean. La verdad, la verdad, contesta Mayeli, me sentía mal pero cuando era virgen.
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Virus: Voy entrando a La Habana y un tipo gira el cuerpo hacia la salida y se inclina como para ejecutar un genuflexión súbita, como si le hubieran propinado un garrotazo al lomo. Al mismo tiempo estornuda. Estresado, no puedo detener mi marcha y atravieso el rocío de virus. La llovizna de bichos alcanza cuatro metros, acabo de escuchar. Dieciséis metros, leí hace tiempo. El tipo, veo, es un mesero nuevo. Días antes, entré al Sanborns de Coyoacán y mientras caminaba hacia las mesas del fondo, un capitancillo estornudó hacia mí, a unos dos metros de distancia. Capitancillo porque recién había salido de la adolescencia. Llevaba los pelos duros y negros encerados y hacia arriba. Al poco rato lo encontré ante la caja y volvió a estornudar. Para cubrirse la boca usó la mano. En esa mano tenía mi tarjeta de débito. En casa le pregunté a Petunia si era posible hervir el plástico sin que se le borrara nada. Habituada a tales preguntas, ella no contestó.
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Mamá perra.- Entré al avión-puro de dos filas de asientos con dos asientos en cada fila. Qué pequeño, le dijo una mujer a su pareja. Nos mandaron meritito atrás, dijo otra. Una mujer se sienta con su hija como de cuatro años. La mujer empieza a contarle, a explicarle como si estuviera en la sala de su casa, todo lo relacionado al avión y al vuelo, el despegue y el aterrizaje. Aunque la niña no pregunte. Los pasajeros en varios asientos a la redonda quieren dormir o leer, pero la voz estridente lo impide. Se vuelven a verla con miradas de reproche. La mujer peina con las manos a su hija, la mima. La recuesta bajo su brazo si la niña bosteza. No consigue dormirla. Sigue hablándole. De pronto, la hija le dice, en el silencio apenas roto por el ronroneo ensordecido de las turbinas: “Hueles a perro, mamá”.


GARBANZOS DE A LIBRO

José Emilio Pacheco
“Para que un texto te salga bien
hay que escribir 50 malos”



A la memoria de Amalia Frías Santillán.

José Emilio Pacheco (70 años) dijo que el poeta tiene la intuición de cuándo un poema está bien, pero es una intuición provisional porque ya publicado “sigo corrigiendo”. “Soy un horror para los editores”, agregó. Nunca se tiene la certeza ni el conocimiento porque siempre es la primera vez. “Además, la mayoría de las cosas salen muy mal”, comentó. “La mayoría de los textos que haces son malísimos. Para que uno te salga bien necesitas hacer cincuenta muy malos”. Respecto a la crítica dijo que nadie la admite ya. “Si yo ahora le digo a alguien oye no me gustó, no lo acepta. Eso es impensable ahora”. Reconoció la importancia de Max Aub (1903-1972) en México y recordó esta frase suya: “El hombre orquesta nunca alcanza la notoriedad del solista”. También dijo que le gusta mucho leer entrevistas, pero que él, cuando le preguntan qué quiso reflejar con tal o cual poema, no sabe qué responder. José Emilio pacheco recibirá el Premio Sofía de Poesía Iberoamericana el 17 de noviembre y coincide con la aparición de su poemario “La edad de las tinieblas”. Lo entrevistó Pablo Ordaz para el suplemento Babelia de El País.

LOS GARBANZOS
Habla Ismaíl Kadaré (73 años), Premio Asturias de Letras 2009: “La relación entre vida y literatura es conflictiva. No hay idilio, sino casi una guerra oculta entre ambas”... Sam Savage (66 años), escritor norteamericano, autor de “El lamento del perezoso”, (Seix Barral), reveló que él tiene los libros en capas dentro de su cabeza, uno encima de otro y sólo tiene que irlos escribiendo para llegar al “buen libro que sé que hay allí en el fondo”... El poeta chiapaneco Juan Bañuelos fue condecorado con la Distinción por la Cultura Cubana, impuesta por Miguel Barnet, presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de la isla (UNEAC), en la residencia del embajador cubano, Manuel Aguileras. Estuvo presente el director del Centro de Literarias de Casas de las Américas, Jorge Fornet... Sobre el poeta Juan Bañuelos, su colega Marco Antonio Campos escribió en “La Jornada Semanal”: “Para mí Juan es el mejor maestro de taller de poesía que ha habido en México. Ahora que los talleres, tengo la impresión, han dejado de cumplir con su función. Y yo tuve la suerte de estar con él en su mejor momento”...

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