Esta mañana, Petunia dijo que debíamos olvidar el deportivo. Tenía una deuda urgente y estaba sin dinero. Resiste,le dije. Pero ya se lo he dicho tantas veces... La palabra debe carecer de significado para ella. No se me ocurrió nada más. De los cuatro inscritos, vamos sólo dos: Semillón 1 y yo. A ella le da igual ir o no ir. Más bien escoge no ir si de por medio están los bilimbiques faltantes en su presupuesto.
Semillón 2 me preguntó hace días por qué ¡no busco un trabajo! Resistiendo, le dije que escribía tres columnas periodísticas a la semana y una al mes. Ya no escribas libros, dijo. No se venden.
Ahora Petunia me asestó el golpe de gracia. Tú eres la única persona del mundo que va al deportivo a asolearse sin que le tema al cáncer..., dijo, pero no caí en la provocación. Nomás le eché un vistazo a un lunar oscuro que tengo en el antebrazo, cada vez más grande.
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