19 de octubre de 2009

TURBOCRÓNICAS
Apocalipsis sarnoso

Estoy harto de poner la cubeta bajo la regadera y usar el agua en el excusado, le dije a Petunia. Ya no había emergencia. Nada, dijo ella. Es para siempre. Nos falta la “luz” a cada rato y el agua. Entonces prendemos la bomba de la cisterna. Cuando coincida la falta de los dos servicios estará del nabo. Hace poco, tras media hora, no subió una gota. La bomba se quemó. Compramos otra y pagamos el plomero. Nunca hemos podido levantar la tapadera de la cisterna. El tinaco está en la azotea y ocupa cierta parte elevada del techo. Para alcanzarlo hay una tembleque escalerilla. Siempre veo el techo tan delgado como una pizza. Cuando llueve temo que se agriete y, mientras leo en la sala, el tinaco me caiga encima.
El tanque de gas está a metro y pico del tinaco y, si el empleado gasero sube, manguera en mano, botas en pies y corre sobre el techo, la lluvia de yeso en polvo me encanece más. Así que nadie sube a “checar”, del verbo “to check”, el nivel del agua. Los dos semillones pesan tanto como el tinaco y yo le temo a los travesaños apolillados de la escalera, bajo el sol y la lluvia mañana tarde y moda. Si quiero bañarme a gusto pago, le digo a Petunia, como sucede con la luz. Ella calla.
Leemos los amagos antes y después de las lluvias. Las presas aún no se llenan, informó el burócrata servipoderoso. Pocos publicaron que treinta por ciento del agua se va en fugas. ¿Y si hay ordeña como sucede con el petróleo?
Intensificaron los cobros del agua. El medidor estaba descompuesto y calculaban al tanteo. Protestamos. Llegó un inspector. El aparato funcionaba bien. El contrataque fue el cobro de un adeudo de hace tres sexenios. Lo renegociamos en varios pagos. Hay agua para seis meses, anunciaron. El servipoderoso a cargo iba de un “medio” a otro y convocaba a ruedas de prensa para anunciar el Apocalipsis sarnoso.
En los últimos seis sexenios, siendo miembro de un deportivo, reía ante la falta de agua. Pero tengo dos meses sin pagarlo. Me asusté. Los soconusquenses nos bañamos dos veces al día. Nos odian en Europa. Correré a pagar.
Se nos juntaron las alzas del aguayón y del agua, dijo Petunia. Resiste, dije. Fue cuando ella determinó lo de la cubeta bajo la regadera. Pugna por abatir el cuarenta por ciento del agua que se gasta en los excusados. Quién sabe si los dos semillones cumplen. Pero a quien vigila es al de la tecla. Mi triste fama ha llegado a lo más íntimo de la casa.


GARBANZOS DE A LIBRO

Herta Müller, Nobel 2009
“El lenguaje estatal es nauseabundo, repelente, estúpido e infecto”

La Nobel de Literatura 2009, Herta Müller (1953, Rumania), escritora alemana de origen rumano, declaró que está feliz por el premio, pero que trata de controlar sus sentimientos porque aprendió a controlarlos por mucho tiempo. En 1987 llegó a Berlín tras pagar unos 50 mil pesos al gobierno dictatorial de Ceausescu. En 1984 publicó un libro de crónicas “En tierras bajas” (Siruela), la vida en un pueblo de habla alemana donde reina la corrupción, la intolerancia y la opresión. Bajo las dictaduras, dijo ella, se crean fronteras entre las propias personas y el régimen recluta incluso a niños para que espíen a sus amigos. Perfeccionan el espionaje, agregó, de tal manera que miles se dedican a producir nada más miedo. La industria se convierte en depósitos de chatarra y la agricultura se destruye. Escribe en alemán, explicó, pero su estructura es rumana y trabaja más con la imagen rumana. Precisó que se refiere a la lengua nacional, porque el lenguaje estatal era estéril, estúpido, repelente, nauseabundo. “Algo que odias”, dijo, “y que al escucharlo te enfureces...” Ese lenguaje infecta el idioma, pero siempre queda “una parte incólume”. De Herta Müller hay dos libros en español, el de crónicas y la novela “El Hombre es un gran faisán en el mundo” (Plaza y Janés). La entrevistaron Yaotzin Botello y Carlos A. Aguilera para el Reforma.

LOS GARBANZOS
Hernán Lara Zavala recibió el Premio Iberoamericano de Novela “Elena Poniatowska” de la ciudad de México 2009 por su libro “Península, Península” (Alfaguara), de la que se han vendido ya diez mil ejemplares... La biografía “Gabriel García Márquez, una vida”, de Gerald Martin, fue presentado por el autor, Elena Poniatowska, José Agustín y Gonzalo Celorio en Bellas Artes... Rafael Pérez Gay dijo que su novela “Nos acompañan los muertos” (Planeta) “es una memoria familiar y en ese sentido he practicado el nudismo literario”... Acuse de recibo: “Revista de la Universidad de México”, que dirige Ignacio Solares, número 68, octubre 2009, con las firmas de José Narro Robles, Francisco Bolívar Zapata, Carlos Monsiváis, María Baranda, Jacobo Zabludowsky, Myriam Moscona, Daniel Cazés, Concepción Company, Vicente quirarte, Guadalupe Loaeza, Carlos Martínez Assad, Adolfo Castañón, Gonzalo Celorio y Joaquín- Armando Chacón, entre otros.

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