El equilibrio
Estimado Raúl aquí en tu país todo, pero todo gira en
torno a las elecciones. Exageramos. Si bien tiene su lado positivo, el interés
de los ciudadanos por darse un buen gobierno, hace falta equilibrio. Por
ejemplo, AMLO. Suena a broma su anuncio de patentar las propuestas. ¿Y qué que
se las roben? Fox le robó la idea de darles una lanita a los viejos. ¿Por qué
el próximo gobernante no pondría en práctica las buenas propuestas, sean de
quien sean? Sería mezquino. ¿Recuerdas las obras dejadas inconclusas por los
gobiernos priistas para hacer quedar como incumplido al anterior gobierno
priista? La mezquindad es defecto del ser humano, priista o no.
Respecto a Peña Nieto el desequilibrio es extraño, por
no hallar mejor palabra. Se le ve insustancial. O maquilla sus intenciones o se
preocupa en subrayar que él es el galán de mayor audiencia. Entonces ¿dónde
está el desequilibrio? En su partido o en sus asesores cuando actúan de modo
subterráneo. Ese candidato propició con su actitud priista descalificadora el
movimiento “Yo soy 132” y en lo oscuro patrocina reacciones violentas en contra.
Manadas de gorilas atacan a los jóvenes y además tratan de dividirlos y segregan
una fracción de diez holgazanes pues a las convocatorias nomás acude uno. La
organización de membretes les ha funcionado como siempre, o así lo creen. Inventaron
la confederación de cibernautas, o algo semejante. Hicieron su acto masivo y en
lugar de matracas blandieron lap-tops, y de las caras, Raúl.
La señora Josefina cambia de asesores y por lo mismo
de estrategias. No le halla la cuadratura a las ciudadanas. Ha hablado de jefas
y de faldas, y lo reciente fue el exhorto al voto del varón o que la ciudadana
se abstenga de hacerle cuchi cuchi. De inmediato la llamaron candidata de
caricatura.
En el segundo debate, Quadri se la creyó y se puso a
interrogar, desequilibrado del todo, a los otros candidatos. ¿Nadie le dijo que
las preguntas estaban en una urna y que habría un moderador encargado de
accionarles el pico? Debe reconocerse que aprende pronto, diciéndose
apartidista y con profesión honesta, cosa que según él nadie más de la fauna política.
Faltó la frase del clásico, el orgullo de mi nepotismo, pues el junior Quadri está
ya colocado en la lista de las diputaciones, obsequio a cada partido, para que
siga ¡el plan de papi! Sobre el ladrillo, perdió el equilibrio.
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