El anarquista neurótico
A ver, se dijo, Feldespato, si
soy perredista o priista, sin pensar en los partidos de juguete, ¿qué diablos me
interesa cuanto hagan los aspirantes a la candidatura panista? Si ellos disponen
de un sistema particular según el cual seleccionan a su candidato, ¿qué pitos
tocamos los demás en esa fiesta? ¿Por qué habrían de ser de interés general sus
actividades? A mí, ¿qué me importa el blablablá de la señora con voz de
locutora monocorde o el güerito desangelado o quien carece de todo como para
ocultar lo desagradable que dice en las fotos o en la tele? Ni siquiera tienen
la gracia o desgracia de cometer disparates a lo Truman Copetes. Es como oír el
parloteo de los cretinos cuando tratan asuntos personales por el teléfono
celular.
Feldespato se preguntó
cuántas y cuáles notas informativas se desechaban para darle cabida a las inanes
propuestas o a los ataques pueriles del trío de grillos brincando de un lado a
otro. Él sospechaba que tales expectoraciones no eran reducidas a su mínima
expresión, sólo para lectores o espectadores panistas deseosos de enterarse de
las tediosas actividades de sus tres precandidatos. Sí, suena justo, y a
Feldespato le habría importado un diputado matraca. Serían noticias desechables
así como desecha otras que no lo hacen vibrar ni con electrochoques. Sí, las ha
venido desechando aunque ya lo colmaron de humores negros el plato.
También rehúye enterarse de las
etapas por venir. De reojo lee o apenas si oye sin escuchar a los voceros del
organismo burocrático provistos de sueldazazazos cuando divulgan las reglas grotescas
para los candidatos. O actúan así o asá y en un tiempo tal o cual y sin la menor
posibilidad de hacer esto o lo otro, so pena... Sin frescura. Sin creatividad.
¡Sin golpes bajos!
Pinche país, se dijo
Feldespato. Un posible volado estaría sujeto a que no se cumpliera la profecía del
fin del mundo. Cierto, el mundo aún no se va a acabar, según los científicos
aguafiestas, pero ¿quién nos asegura que nuestro mundillo correrá igual suerte
de sobrevivencia? ¿Nuestro mundillo el de la democracia incipiente encasquillada
por dos gobiernos de persignados?
Toco madera, se dijo Feldes, un anarquista neurótico limítrofe, pero anarquista
neurótico esperanzado, y se infligió dos cocos en la tostada y llovida coronilla.
Hay algo peor, se dijo. Después de las elecciones, ¿habrá alguna copa mundial
de fut?
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