La dudosa fama
Las novelas se escriben
gracias a la asociación de ideas y no por una poderosa memoria o a una
imaginación desaforada, decía el desaparecido Roberto Bolaño, autor de “Los
detectives salvajes”. Truman Capote le contó sus experiencias homosexuales a
Marlon Brando y este cayó en la trampa y contó alguna suya y el autor de “A
sangre fría” reveló el episodio al publicar la entrevista y Marlon Brando se la
juró bien jurada. Truman Capote murió primero sin reencontrarse con el actor.
Por eso cuando Henry Montagne escuchó en un restaurante de plástico que
aparecer en la portada o en la contraportada de La Prensa redituaba una fama de índole dudosa, como víctima o
victimario, recordó al tío homicida.
El tío había matado a tiros
a un Sancho porque, cínico, éste le reveló que era novio de la esposa. Qué
novio ni que la tostada, amante. Pero ¿cómo? A Sancho se le hizo fácil, ebrio,
contárselo al marido. Se sintió Casanova o don Juan de barriada o de mercado.
Es como el trago hace sentirse a supermanes, por ejemplo, a quienes se lanzan al vacío desde la
azotea bien zocotropos sin planear siquiera antes de estrellarse en el
pavimento.
Los disparos habían sido en
defensa propia, según demostró el abogado del tío de Henry Montagne. El rival
en amores iba y venía por la vida con un fulgurante cuchillo de carnicero. Así
que el victimario estuvo tras las rejas sólo un año. Desde luego, la
mancornadora quedó desterrada de la vida del esposo y del negocio.
¿El negocio? Sí porque ambos
contrincantes poseían locales de embutidos y de carnes frías en el mercado de
la colonia. El local de uno junto al local del otro. ¿Se había metido la señora
con la competencia? Metida y bien metida. ¿Le preguntaron al tío qué le había
indignado más, si la traición conyugal o la traición con el competidor? Ella ni
siquiera escogió para sus retozos extramatrimoniales al compa de los chiles
diversos.
Henry Montagne, acaso como
Marlon Brandon, había hablado demás, debió de pensar. Frente a él tenía ya unos
huevos revueltos amarillo pollito y un huarache aséptico asado, no frito en
manteca, cual debe ser, y frijolitos no leaunque de lata y de ese queso como de
harina, espolvoreado. Lo peor para el tío fue aparecer en la contraportada de La Prensa y su foto en medio del trazo
de un triángulo simbólico. Si la esposa hubiera estado junto al ebrio
competidor, el tío, ¡Bang!, ¡Bang!, hubiera tenido portada.
GARBANZOS DE A LIBRO
Francisco Segovia
De cómo, con tres llamadas,
Alfonso Reyes lo borró por… dos años
Habla el poeta Francisco
Segovia (2011): “Justo cuando entré a la ‘Revista Mexicana de Literatura’ había
estado excluido de la literatura mexicana por un par de años, porque Alfonso
Reyes decidió anamatizarme. Me excluyeron durante dos años enteros. Hicieron
sin mí la ‘Revista Mexicana de Literatura’. Mi generación ––por eso digo que yo
no tengo generación––, era esa pero yo no estaba. Eran Carlos Fuentes, Jaime
García Terrés, Emmanuel Carballo, Fernando Benítez, Tito Monterroso. En fin,
era la generación de los cincuenta o bien un poco antes. Escribí un artículo
sobre un libro de Reyes que no le gustó y entonces cogió el teléfono. Fue sobre
‘Trayectoria de Goethe’. Hizo tres llamadas y yo estaba ya borrado para
siempre”. La entrevista publicada en La Jornada Semanal es de Raúl Olvera
Mijares.
LOS GARBANZOS
Paco Taibo II declaró que
intelectuales y artistas trabajan en la conformación de Morena Cultural, como
parte del movimiento en favor de Andrés Manuel López Obrador, candidato de las
izquierdas a la presidencia de la República. Taibo II acaba de presentar su
libro “Tony Guiteras, un hombre guapo y otros personajes singulares de la
revolución cubana de 1933”, (Planeta)… “Fue un episodio (la guerra civil
española) que no debía haberse producido, a mi generación se le hizo una
putada”, declaró el poeta y narrador español Juan Eduardo Zúñiga (82 años) al publicar
“Largo noviembre de Madrid” (Galaxia Gutemberg/Círculo de Lectores), “y no
distingo bandos políticos, fuimos heridos para siempre”… El rector José Narro
ratificó a Sealtiel Alatriste en la coordinación de Difusión Cultural de la
UNAM. Ex director de Literatura, acaba de publicar su novela “Ensayo de la
ilusión” (Alfaguara)… Dos acuses de recibo: 1) El Búho, que dirige René Avilés
Fabila, número 134. “Con este número de El Búho, correspondiente a diciembre
del 2011, dejamos de aparecer en forma impresa para convertirnos en una revista
más en Internet”, se lee en el editorial. “Por trece años la sostuvimos, a
veces con alguna publicidad generosa que provenía más de amigos que de
instituciones, casi siempre con nuestros recursos. Nuestra peor desgracia fue
la de vivir bajo dos gobiernos panistas y dos, en el DF, perredistas”. Y
concluye: “Nos vemos en Internet: www.revistaelbuho.com”… 2) “Con la máquina al
hombro”, de Manuel Mejido (Siglo Veintiuno Editores), enviado por el licenciado
Julio Camelo Martínez. “El periodismo heroico se hacía en el mundo,
especialmente entre 1940 y la caída del Muro de Berlín en 1989”, se lee en la
contraportada. “Representa una era en la que los reporteros tenían que
desplegar inteligencia, audacia y valor para cumplir con sus cometidos, lo
mismo en la selva que en el salón de recepciones; igual en una guerra que en la
conferencia de paz”.
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