2 de diciembre de 2014

TURBOCRÓNICAS FRAGMENTO 55


TURBOCRÓNICAS
FRAGMENTO 55
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)


¿Mataría Hércules a un muerto?, lic, pregunto. No a un muerto en vida, parapléjico, sino ¿a uno muerto?, je je. Muerto de susto primero, a un muerto de un infarto al corazón antes del pelotazo?

¿Pugnaba Hércules por su nuevo amor y se abrió paso matando al estorbo?... Hércules salió de la cárcel para ajustarle cuentas amorosas a su Juana... Veinte años a la sombra, toda una vida, dicen. Sumar condena tras condena explica su temperamento. Contumacia, diría Leo, el sabihondo. Cuando Hércules no halló a Juana en el apartamento, sino a mí, ¿modificó los planes? ¿Le habló doña Juanita, su amante, de mí? Al parecer no.
La muerte de mi marido pudo ser defensa propia de Hércules no venganza. Usted lo aclarará, ¿ajá? tampoco fue venganza de Hércules ni mía, pues venganza ¿contra quién? ¿Contra uno mismo por habernos enredado en mala hora, él con su Juana y yo con Leo? Venganza contra nosotros mismos porque Hércules volvió a la cárcel y yo tendría mi primer ingreso, je. Toco madera.
¿Será el suicidio, lic, venganza contra una misma?... ¿Por qué le haré esta pregunta ahora?...
También me pregunto si la argentina impostora maquinó matar al boludo de Papito Leo haciéndolo beber y comer hasta el infarto. ¿Pudo provocarle el deceso al acercarle gratis pilas de asados, chistorras y pizzas de anchoas y galones de vino tinto? ¿Obedeció consignas de sus oenegés? ¿De la rama de mujeres asesinas a cargo de eliminar a todo precio al enemigo? Si no convertimos a la causa al atorrante, sumémoslo a  la pila de caídos en cumplimiento de su obcecada pertinacia, ¿sería la recomendación extrema?
En cuanto le hablé a Hércules de Leo, tras varias noches de tequilas y tuvo claro el abandono de su Juana. Debió pensar me desquito con este picapleitos Leonardo López de León, conocido en la editorial Universo como el esposo de Rosacruz Ruiz Ruiz y, en casa, como don Superbuenasmaneras y mister Google en pantuflas, je je, mas también como Leoncito Bubú para mis hijas. En la prepa lo  llamaron el Triple Ele. Bien mamón por cierto.
Respecto a nosotras, como usted sabe, lic, usamos el nombre de soltera en el trabajo. Pero ¿será por una conquista laboral de las oenegés afines a los propósitos de la argentina de a mentiritas?


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