Rápido pero sin furia
Mi hijo veinteañero abrió la
puerta de la recámara y dijo que fuera estaban dos policías y preguntaban sobre
un robo con violencia en nuestra casa. Viernes santo. Una y media am. Salté de
la cama mientras decía ¿dónde afuera? Entonces una luz blanca me deslumbró sin
enceguecerme. Eran dos y dentro de la casa, rectangular, angosta, dos recámaras
al fondo. Adormilado pero igual con la fuerte descarga súbita de la adrenalina
pregunté qué pasaba… Alguien había reportado un robo con violencia en San Lucas
y se habían llevado un Chevy, pero el Chevy de Petunia estaba en la cochera. Uno
de ellos sostenía la lámpara en lo alto, y el otro, joven, bien rasurado y de
ojos redondos afirmaba que, como podía verse, llegaron en minutos. Fuera había más
patrullas. Vi las luces con el portón abierto de par en par.
Pero ahí veo el coche, les
dije. Nos vieron llegar y corrieron, o se metieron y andan por ahí. Miremos... De
reojo veía a mi hijo. Qué susto despertar por un fogonazo de luz y ver a la
poli al pie de tu cama. La puerta de la cocina estaba abierta, pero a veces
queda así. En el comedor y en la sala, nada. En el estudio, mi compu en su
sitio. El de la lámpara le ordenó al joven que subiera a la azotea y nada,
tampoco.
Petunia y yo habíamos llegado
ocho y media pm, pensé, asimilando la adrenalina, respirando profundo. Cenamos.
Trabajé un rato, leí y me acosté. Yo había abierto el portón y ella metió el
coche, pero ¿lo cerró? Cuatro horas y media después vi que no. Cuando su hijo lo
abre también lo cierra. Pero yo no soy tu hijo, le recordé, y si abro y entro es
porque llevo ya dos litros de café en el buche y no puedo volver porque no
quepo, ni arrastrándome pecho a tierra bajo el coche. Uno o dos días antes Petunia
Flowers lo había cerrado, luego de que yo lo abrí. Ella es intelectuala y
distraída, pero ¿permaneció el portón abierto cuatro horas y pico? El poli de
la lámpara habló por radio para informar (?) y enseguida le dijo a su pareja ya
estuvo, que salgamos, dice.
Sin sueño y con la
adrenalina esparcida le pregunté a mi hijo si había visto el número de la
patrulla. ¿Cómo, si andaba en trusa? Pues yo igual y cerré el portón. Pero en
lugar de anotar nada traté de ver a la vecina en la ventana de enfrente para
preguntarle si ella había llamado a la policía. Ahora ¿cómo citar ese número a
manera de reconocimiento?
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