FRAGMENTO 1*
*Se trata de
un fragmento de la novela con los
títulos provisionales de “EXTINCIÓN”
O “LIBERACIÓN”: El último protomacho,
creativo y perfeccionista en el país de las colas sin fin y de las narices de
mango”
MARCO
AURELIO CARBALLO
Retomo el hilo, licenciado
García-Corral… Me remito al lugar de los hechos… Quién sabe qué pensó Hércules
al ver por primera vez a Papito Leo. No porque lo viera chueco, deforme de la
cara. Peores caras debió ver en la cárcel… Hablo de qué pensó al enfrentarlo sin
que, al parecer le importara el peligro. Me pregunto si Papito Leo le recordó
al defensor de oficio tracalero y se apoderó de él un FURIOSO ánimo de venganza
incontrolable. ¿Se tentó el corazón para no atacar a su rival lisiado? ¿Decidió
el ataque al intuir que estaba en juego su vida o la mía? ¿Llevaba la pelotita
de hule macizo con la cual practica el tiro al blanco? Sí pero no fue esa el
arma arrojadiza, dado los truculentos resultados.
Me pregunto
qué pensó Papito Leo cuando Hércules, viejo y chaparrito, macizo y útil aún,
oxidado a medias, je je, le reclamó en su lenguaje carcelario ojetadas y
chingaderas. Perdón. ¿Lo tomó como sicario cual lo sospechó el Trepamadres, el
primo de a mentiritas de Papito Leo? ¿echó Leo pestes contra mí? ¿Insultó a Hércules
al sospechar en él a un ex convicto? ¿Se burló diciéndole abuelito ya no estás
para estos trotes, o le dijo persuasivo que podía echarle una mano para
jubilarlo de sus hamponerías? Enfermo y todo, descreo de que Leo se haya
asustado, curtido como estaba en el trato con judiciales y con pillos,
especializado en su profesión de leguleyo en la rama penal, lic, porque,
argumentaba para justificarse, que ahí caen los defraudadores en condiciones de
pagar altos honorarios, dijo y, con suerte, un buen asunto iba a, comillas,
sacarnos de la jodidencia, comillas, aunque él no crea en la suerte. Como
abogado, sus deseos no se cumplieron y la incredulidad, respecto a la suerte,
tuvo su origen en que jugó Melate durante años con cero fortuna.
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