Turbocrónica del 22 DE AGOSTO
MARCO AURELIO
CARBALLO
TURBOCRÓNICAS
EL OSADO JOSÉ AGUSTÍN
Se
cree que para contrarrestar a la mafia literaria de los años sesenta del siglo veinte
había que ser osado no timorato ni modesto ni humilde. Sino asumir una actitud
como la del pintor José Luis Cuevas. Quizá por eso, José Agustín le dijo lo que
le pidió al editor de Joaquín Mortiz, Joaquín Diez Canedo, que le editara su
segunda novela “De perfil”, tras el éxito de venta de su primera historia de
adolescentes, “La tumba”. El editor le ofreció tres mil pesos de adelanto a
cuenta de regalías por derechos de autor, como es costumbre en el ambiente
editorial. José Agustín le dijo que necesitaba cinco mil, el costo de la máquina
eléctrica de escribir portátil que él deseaba comprar. Algo semejante a poseer hora
una compu portátil. Esa cantidad se la damos pero a Carlos Fuentes, dijo Diez
Canedo. “Yo soy mejor, replicó irreverente, como era de esperarse, José
Agustín. El editor de Joaquín Mortiz modificó, sonriente, el cheque de tres mil
a cinco mil pesos.
Años después le pudo haber ido mejor a un escritor
tamaulipeco, si no fuera porque durante una conferencia de prensa declaró que
él era mejor escritor que Juan Rulfo, autor de una de las mejores novelas
mexicanas “Pedro Páramo” y del libro de cuentos “El llano en llamas”. Medio
mundillo editorial se le vino encima, es probable que no por desparpajado sino
que, aunque muchos lo duden, pocos toleran el elogio en boca propia, no por
cínicos, sino por malcriados.
Sin embargo Antonio Delgado, escritor tamaulipeco, dijo una
frase, que le ha sido útil a más de un
escritor principiante que lee las declaraciones de los escritores en busca de
orientación, de tips. Esa frase de Antonio Delgado fue: “Hasta cuando no
escribo, escribo”. Suficiente para que, en la búsqueda de su significado,
hallar caminos.
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