26 de julio de 2012

TURBOCRÓNICAS



La dieta del genio
Tú déjate querer por el editor, tío Hugo. Si te llama genio, lo eres. Cuando menos para él, que no es ningún despistado sino ¡tu editor! Ignoro si los genios saben de su propia genialidad. ¿Nada más Truman Capote? “Soy alcohólico, soy homosexual, soy un genio”, dijo, recuerda. Tú ignoras si lo eres, discurro por tu correo, o no te atreves a proclamarlo. Quizá los genios ignoran que lo son, o la modestia y la genialidad van parejas. Además son los otros quienes deben endilgarte el adjetivo. Ahora bien has publicado cuanto has querido. ¿Por qué no atreverse esta vez? ¿A poco publicas cualquier cosa siempre y cuando alguien “no” te diga que el texto salió como de la compu de un genio? ¿O sientes vergüenza de quitarte el saco y la corbata de articulista? Dudar en la escritura es bueno, dicen. Quién sabe para qué. Pero, si es bueno, vas por buen camino, quiero creer.
Siempre me ha parecido difícil escribir de pintura y de música. Esa clase de tela se hila, intuyo, con frases abstractas y, según mis maestros, la narrativa está hecha de frases “verdaderas”, no abstractas. Entonces escribir sobre la Novena Sinfonía de Beethoven es tarea de colosos, al alcance nomás de los… genios. Cuando mucho escribo oyendo música, a manera de cápsula aislante, sin escucharla. Instrumental, le llaman, por no decirle culta. Incluso música pop en inglés porque en español me distraigo. Si una palabra o estrofa de la canción me distrae, el texto se descarrila.
Lo tuyo parece prosa poética. De entre la cual podría seleccionar frases verdaderas, nada abstractas. En mi caso me niego a reincidir en ese género. Lo hice años ha, durante el período en el que fracasé escribiendo poesía, a punto de devenir narrador. De cara al Pacífico escribí dos o tres textos. Los poemas fallidos me avergonzaron tanto como las prosas poéticas fallidas. Tú escribiste cuando menos un texto propio del genio audaz. Pero los lectores podrían corroborar tu genialidad en (www. Larocka). Por cierto, Hugo L. del Río, dile a tu editor, con todo respeto, que ese título, así, debe ir con doble “ere”.
Espero que te paguen porque la moda es lo contrario y en tu situación de regiomontano pareciera anormal. A poco en Monterrey, con su fama atroz, ¿vives de la escritura? También los genios comen, supongo, ¿o son autótrofos o breatharians?



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