Turbocrónicas
FRAGMENTO 73
de “El último
protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las
narices de mango”, novela de
MARCO AURELIO
CARBALLO (MAC)
Necesitaría semanas de
plática, lic, Armando García Corral para darle el panorama completo y con
detalles, que los tengo. No sólo estos dos días… Pero mi vida no importa, ¿ajá?
Soy consciente aunque hablo mucho… Importa la vida muerte de Leo y sus
antecedentes y obsesiones. Usted dirá… Ampliaré cuanto merezca ser ampliado.
Gracias… Le sigo…
Qué bonito cuadro es ése...
Es un Miró, ¿verdad? Qué mujer tan agradable con sus trenzas como pies o con
sus pies como trenzas…
Haré esfuerzos para no
desviarme. Sé como trabajan ustedes y sé que hay de abogados a abogados. Pinche
país rejodido, decía el difuntito. Cuando cobre por hora, como en el primer
mundo, te compro un palacete, mi Rous, ofrecía, ebrio....
Era su obsesión. Un palacete
con bar para nosotros y ¡discoteca!
para las muchachas. La disco, insonorizada, iba a tener un circuito interno de
tv para vigilar a sus hijas desde la cama, je. Sólo por joder, decía Leo, comodino
tendré un enorme switch en el buró y, al
menor intento de los puñeteros güeyes de meter mano a las pendejitas, lo
bajaré… Unas potentes luces blancas como esas que se usan para anunciar un grandes
estreno o grandes espectáculo se encenderán, y una sirena chillona y la
grabación a todo volumen de metralletas rociando plomo y de sirenas ululando,
¡ja! ¡ja! ja!…
Leo y yo íbamos a Las Lomas y
rematábamos en el Loma Linda. Ya se lo conté, ¿ajá? Él buscaba la mejor casa y
el mejor chorizo. Nomás tuvo el chorizo, ¡jo! ¡jo!
––¿Por qué no te vas a
Estados Unidos? ––le pregunté antes del nacimiento de Alba Lilia––. Yo te sigo.
Podría hablarle a Frank y a…
––Gringolandia es el refugio
de los medrosos, Petacona ––me interrumpió––. Mi reto es hacerla aquí… No me
chingues.
Él quería permanecer en la
fuente directa de sus obsesiones para escribir el libro del siglo. Uno solo.
Buscaba prestigio. La fama era para los frívolos.
––El título tentativo es Fenomenología y dieta del espíritu mexicano
––dijo entonces.
––Me suena conocido ––le
dije––, me suena como a…
––Ten-ta-ti-va-men-te ––me
interrumpió––. ¿Qué no entiendes?
Sexenios iban y sexenios
venían y partió a la tumba sin legarnos su gran obra.
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