FRAGMENTO 62

FRAGMENTO 62

de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de

MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

A Hércules no lo detuvo el arma de Leo… Increíble a su edad octogenaria. Rápido y fuerte en todo sentido, ¿me entiende? Perdón… Un convaleciente en silla de ruedas contra un anciano expresidiario… Hércules me recuerda a Anthony Hopkins. No en El silencio de los inocentes, esa con la lesbiana Jodie Foster, sino La piel del deseo con Nicole Kidman. Es que Hércules quiso ser actor... ¿Ya se lo dije?... Mi marido fue quien calificó de lesbiana a Jodie Foster, aclaro,  y cuando ella permanecía aún en el clóset, je je.

Leo debió burlarse de Hércules por la edad, o sus reumas. A Hércules le pregunté espantada qué hizo para provocarlo y todo terminara en tragedia. ¿Qué plan llevaba, si llevaba uno? Quería disuadir a Leo del cobro de la pensión, conseguirme una rebajita. Todos elaboramos un plan B, como dicen los personajes de película, mas no creo que el de Hércules haya sido matar.

Para la injuria, Papito Leo era único. Nadie le ganaba, lic. Siempre me pregunté si por abogado veracruzano. ¿Por su niñez de voceador? ¿Por su estancia en la correccional? ¿Por sus visitas a las cárceles? Con un vistazo a la gente, la agredía verbalmente, empuñando como armas los defectos físicos del interlocutor. En cuanto equis pronunciaba palabra, él lo cubría de injurias. Las palabras del otro lo hacían montar en cólera, como dicen, a partir de su lenguaje, de cómo construyera las frases… Lo antiestético era antiético, afirmaba también… ¿Usted cree?

Sus primos recibían igual trato, y sus primas eran unas renacuajas, como ya le dije, ¿ajá? La renacuaja flaca y La renacuaja gordinflas. No se detuvo a investigar si procedía renacuaja o renacuajo. Las llamaba renacuajas en privado, no por discreto, por insignificantes. De habérsele ocurrido se los dice a ellas... A una le dijo borrica gemebunda, ya le conté, ¿ajá? A ver mi correctora, me llamaba, ¿puedo decir miembra del poder judicial?... Así era Kafka, lic, dicen. Veía defectos hasta en sus hermanas, sin exteriorizarlo. Debe haberlo escrito en cartas o en su diario personal.