Soltería
eterna o saber leer
La idea de que nadie se case si los novios no saben
leer me parece formidable, Gusgús. Si ocurre en Alemania como dices, debes
tener mayor información. Suena a ley propia de la tierra de Gunther Grass y de
Henrich Böll, pero también de Hitler. Como soy un caso para psicoterapeuta repudio
toda restricción en mi tránsito por la vida. Tras dos o tres descalabros
familiares y otros tantos en el ámbito de la universidad de la vida descubrí la
forma de evitarlos y es cumplir, respetar la ley. ¿Será la cárcel allá el
castigo para los amancebados? Habría quienes la prefieran a seguir arrejuntado con
quien te salió bruja, je je, sin que importe un diputado matraca las salchichas
bien hechas.
Debiera inhibir mis lucubraciones porque uno de mis
pocos aciertos en la vida fue aprender a leer. También ignoro si es mérito para
alguien adicto a la lectura y a los jaiboles, y a los cacahuates, nueces y pistaches,
en orden ascendente de precios. Una cucharada de cacahuates a manera de
piscolabis me saben a gloria como las nueces o los pistaches. Tan me hice
adicto a la lectura que encarrerado di el salto al vacío, el intento de
escribir. Podría ser el colmo porque muchos escritores se quejan de que sobran
escritores y faltan lectores.
En cuanto a tu pregunta de ¿qué se me ocurre?, ¿algo como
la idea alemana? ¿Qué opinas tú de que haya doce millones de peludos aquí sin
acta de nacimiento? Lo que me gustaría es que por decreto se prohibiera
prohibir, como demandaba Danny el Rojo, alemán, en el 68 parisino y que todos
lean para que el ser humano sea más libre y tenga mejores gobernantes. Podría
hacerme de la vista gorda si permiten el matrimonio sólo si la pareja documenta
que sabe leer. ¿Y qué tal si enseguida le exigen a los candidatos a equis
puesto la lectura mínima de tres libros?
Aunque aquello suene contradictorio porque ¿serías más
libre atado a una mujer? Como ya vienen los contratos matrimoniales por tres
años, cada vez conviene más saber leer. Deben sobrar ideas para sustituir la
alemana o para adecuarla al desmadroso mundo latino. Ahí está Cuba. Qué te
parece que la letra entre con anuncio de TV y no con sangre. Pero esa
tarea le corresponde a otros zapateros. Yo estoy muy a gusto haciendo los
míos. ¿Por qué hacerle la chamba a los demás, con todo respeto? Sólo atiendo órdenes de Cervantes, de Hemingway, de Rulfo y de Pagés Llergo.
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