De Fuentes a
don Quijote
Para Jesús R., compañero del arma, en su 49 aniversario.
Para el aniversario de la revista, el director preguntó
a quién pensaba entrevistar. Aquí donde nos tocó sólo a Carlos Fuentes, le dije.
Los demás estaban en otros países o continentes. Esa entrevista es de Cristina
Pacheco, dijo lapidario el director José Pagés Llergo. Otra oportunidad perdida...
¿Sabía usted que Carlitos quería quemar esta casa?, me preguntó, entre
asombrado y haciéndome sentir el milagro según el cual fue innecesario llamar a
los bomberos. Cada semana, él hacía una fogata al cerrarse el suplemento… ¿Carlos Fuentes Nerón? ¿Piromaniaco? Lo había
visto dos veces y no sospeché en él esa manía.
La primera, cuando dio una plática. La segunda, en su
casa. Al leer el anuncio de una conferencia suya en El Colegio Nacional corrí a
escucharlo. Elegante. Bigotito a la Jorge Negrete. Voz de actor. Bien plantado
ante el atril de piso a pecho. La segunda, casado con la actriz Rita Macedo, él
estaba de pie ante una mesa redonda, desplegados los diarios dominicales. Vestía
un suéter que envidiaría César Costa. Gabriel García Márquez (GGM) nos presentó
a Rodolfo Rojas Zea (RRZ) y a mí. A Rodolfo ya lo conocía Fuentes. GGM había
puesto tres condiciones: llevarlo con sus dos chamacos a unos tacos de carnitas,
al zoológico y a casa de Fuentes. La crónica era de mi compañero. Yo tenía
derecho a tres preguntas, tres.
Ahí desperdicié la segunda oportunidad de entrevistar
a Fuentes porque en mi turno le pedí a GGM que saliéramos al jardín. Confiaba en
RRZ, pero ¿y si me chacaleaba las respuestas? En el reporterismo y en el amor
todo se vale.
No volví a ver a Fuentes pero seguí sus pasos libro a
libro, entrevista a entrevista. Qué curioso, le dije a Petunia Flowers, apenas
ayer le leí una entrevista y hoy está muerto (1928-2012). Me quedé con la duda
de si era o no piromaniaco. ¿Cuál piromaniaco?, dijo ella. Siempre exageras. Quizá
le prendía fuego a las cuartillas desechadas (de “México en la cultura”) por si
un enemigo hurgaba en el basurero y les pescaban las correcciones de Benítez… Pero,
¿a quién entrevistaste para el aniversario de Siempre!? A don Quijote, le dije.
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