Turbocrónicas
FRAGMENTO 80
de “El último
protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices
de mango”, novela de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)
Llegó al punto en el cual no se le ocurrieron otras
injurias, o no le valió la pena a él ser un fastidio de tiempo completo, o se
cansó de tundirle al punching bag… ¿Así se llama? Como si hubiera comprado un
perro a quien de buenos días le da una patada y tres al irse al trabajo. El
perro huiría gimiendo a un rincón en lugar de volarle a su cariñoso amo, de furiosa tarascada, una de sus
patas miserables.
Él odiaba a los animales. Incluidos los animales
humanos…, que para Leo era la humanidad entera con una o dos excepciones. Yo
era su perra a quien le propinó cientos de puntapiés metafóricos. ¡Perra
bastarda!, fue lo peor que me gritó en parecidas circunstancias… En
circunstancias según las cuales él sentía ganas de propinarme de puntapiés.
Aparte, el hijo de su madre no le permitió a las niñas
tener mascotas, y mandó de regreso las ollas de barro, obsequio de mi madre.
Incapaz de
escribir ensayos, lic, escribiré mis memorias, o las confesiones de un ama de casa y poeta frustrada. Sobra decir
que intentaré darles calidad literaria porque, ¿a quién le interesa la vida de
un ama de casa que ni en su casa es ama? ¿Tendrían valor esas memorias? Seré
autocrítica. Sin autocomplacencias. La oferta de libros es cuantiosa. Lo he
constatado en mi trabajo. Le entraré a la competencia encarnizada con la
desventaja de ser una desconocida en un país donde no se lee, y si se lee ¿qué
se lee? ¿O vuelvo a la poesía? Haré pruebas.
¿Por qué retomar la vocación veinte años después?,
podría preguntarse usted. Lo ignoro, y si mi oportunidad quedó muy atrás, si
debo darle por perdida, entonces seguiré de lectora. Semejante adicción es un
privilegio y mis hijas tienen esa necesidad espiritual, he observado, fácil de
satisfacer y con efectos secundarios saludables, je je. Ellas leen novelas y
biografías por encima del promedio de la gente de su edad, y que las leídas por
su papi...
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