Turbocrónicas
FRAGMENTO 76
de “El último
protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las
narices de mango”, novela de
MARCO AURELIO
CARBALLO (MAC)
Escribí un manojo de versos. Mas extravié la libreta
en cualesquiera de mis tres mudanzas de este a oeste y al casarme pospuse la
escritura. ¿En espera de mejores tiempos?, se preguntará usted. Pude haber
escrito poemas sobre los malos tiempos. No tenían por qué ser color de rosa.
Hubiera apilado libretas. Mas he ido sedimentando vivencias como para cambiar
de la poesía a la narrativa.
¿Ensayos, lic?... Están fuera de mi alcance. Prueba
fehaciente, como dicen ustedes, de mi antiintelectualidad. Poetas y narradores
son emocionales y sentimentales. Los ensayistas, intelectuales. Hay poetas
ensayistas, sí. Deben de ser la excepción de la regla. ¿O porque no murieron
jóvenes como todo poeta? ¿Será la escritura de la poesía, lic, mera preparación
para escribir ensayos? ¿Cuestión de edad? ¿De poeta a ensayista si no se muere
joven? ¿Por qué el poeta es emocional de joven e intelectual de viejo, mientras
el narrador tiene que esperar la madurez para escribir sus historias, según los
expertos, después de fracasar como poeta? Son preguntas que debí haberles hecho
a mis profesores. Mas no lo hice porque temí apartarme de los temas que ellos estaban
tratando en clase.
Ignoro si el poeta supera en talento al narrador.
Incluso los poetas malditos. Muchos anhelan ser poetas y terminan de narradores
y, si fracasan, de críticos… Así que pareciera mayor el talento de los poetas,
mas ¿cuántos poetas han fracasado como narradores? Aunque intuyo que medianos
poetas han sido grandes narradores… Pero no le sigo, lic, para no aburrirlo…
Pensándolo bien, la inspiración se me acabó de casada…
Incluso hubiera querido suicidarme como todo poeta que se precie, pero nació
Alba Lilia. Nomás los poetas malos se suicidan, dicen. ¿Será porque la
autocrítica es demoledora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario