Turbocrónicas
FRAGMENTO 75
de “El último
protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las
narices de mango”, novela de
MARCO AURELIO
CARBALLO (MAC)
Aunque si yo exponía equis
idea, Papito Leo se la apropiaba, cínico, y la reciclaba como él suponía que
estaba ciento por ciento mejor . En el plagio de frases de sus amigos, de la
vecina, mías o ¡de las niñas, incluso! actuaba de manera impune y sin disimulos.
Decía a diestro y siniestro que iba a escribir un libro. Pero debido a que
estaba al tanto de mis poemas y de mis proyectos de novela y de biografías, estoy
segura, no porque él sintiera el gusto de escribir. Olvídese de la vocación. Es
que no soportaba que yo tuviera semejantes aspiraciones, o porque las juzgara
de mayores alcances y méritos que los de él .
En cuanto a las biografías,
lic, se me ha ocurrido escribirlas noveladas. Una de Hércules-actor y otra de
doña Juanita-bailarina… las dos con finales desgraciados, claro. No de cuentos
de hadas, no hollywoodenses.
Leo habló durante años de su
libro Fenomenología y dieta del espíritu
del mexicano, un título reciclado, sin duda, . Le di el beneficio de la
duda. ¿Por qué no? Cualquiera escribe y publica. El problema es la calidad,
¿ajá? Incluso el lector de segunda lee mucho sin pena ni gloria, como dicen, a
los autores de segunda. Aunque Plinio el Joven haya dicho que siempre hay algo
bueno en todo libro malo. Mas ¿fue él quien lo dijo? Yo tenía la intuición de
que el tema a desarrollar del mexicano era ¿por qué somos como somos y para
qué?… Pero ¿qué tenía que ver el plomo con la misoginia de Leo? Antes de
lucubrar habría que ver qué tanto plomo iba y venía por el cuerpo constipado de
él.
Siendo como yo, Leo se hacía
el duro pues cualquier reacción sensible abollaba su imagen viril de latón.
Insisto. Él quería una imagen suya de bronce, de cuerpo entero y tamaño
rascacielos. Ahí sí lucubro, je… Lo que él parecía no tener claro es dónde iban
a colocarla… ¿En el malecón de su amado puerto? ¿En el Paseo de la Reforma?...
Bastante de su manera de actuar se sustentaba en su extrema sensibilidad. Todo
cuanto para otros carecía de importancia a él lo torturaba.
No, lic. Yo No seguí
escribiendo… ¿Le interesa como para que abunde en el tema?
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