Turbocrónicas
EL ENMASCARADO DE PLÁSTICO
Marco Aurelio Carballo
Hay de máscaras a máscaras. La más conocida en los
últimos tres y pico de sexenios es la del “sub”. Por razones de antigüedad
recuerdo la del Santo, el Enmascarado de Plata, uno de los conocimientos y
admiraciones que comparto con el cronista de fuste Miguel Reyes Razo. Quedé
convencido de que hablábamos del mismo ídolo cuando Miguel hizo a un lado su
silla de la mesa, sentados a la cual bebíamos pálidos jaiboles, se puso de pie y
se inclinó y abrió los brazos e hizo un flexible quiebre de cintura, justo como
el Santo enfrentaba a sus enemigos,
Después leí acerca de la “Máscara
negra”, la revista de cuentos policiacos de autores gringos como Raymond
Chandler, Dashiel Hammet y Earle Stanley Gardner.
Vi una vez “La máscara de
hierro”, película con Leonardo di Caprio.
Escribo una vez porque mi Princesa la ha visto medio centenar, poco menos que
las veces que ha visto a Sylvester Stallone. Rocky Balboa no usa máscara, pero
como si usara una de bobalicón. Hablan los celos, creo.
Quise ser luchador y
guerrillero, después de haber querido ser Robin Hood. No tanto Supermán ni
Batman. Ignoro si porque usan máscara o porque vuelan, requisitos que reunía el
Santo, lanzándose sobre su adversario desde la tercera cuerda.
He intentado escribir relatos
policiacos, pero es tan difícil como evitar romperse la crisma arrojándose
encima del adversario desde el ring y por entre las cuerdas. Aparte, me temo
que “Máscara negra” ha dejado de publicarse.
De hecho utilicé la primera, a
mi medida, en el hospital. Cualquier lector podría preguntarse ¿qué clase de
comparación es esa? La máscara es blanca y pregunté de qué material estaba
hecha porque, cuando cierta máquina lanza luces rojizas o azules sobre mi
cráneo, en las sesiones de radioterapia, creo que la máscara despide un tufillo
jamás olido antes. De plástico, dijo la doctora cuando le pregunté de qué
estaba hecha.
En efecto hay de máscaras a
máscaras. La mía no es la de un guerrillero, los Robin Hood modernos. Ni de un
escritor importante. Pero es mi máscara y su contribución, la de salvarme la
vida, espero, no es menor…
Maestro, quiero presentarle un texto sobre La Jornada pero aquí no cabe. Por favor deme su dirección de correo o teléfono, si es posible. Saludos de Jaime López [jaimitzin@yahoo.com.mx].
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