Turbocrónicas
FRAGMENTO 88
de “El último
protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las
narices de mango”, novela de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)
De haberse analizado y cuestionado a sí mismo habría
descubierto en él la esencia del chilango en noventa y nueve por ciento. Uno
por ciento es cuanto a cada ser humano lo distingue de los demás. Quizá ese uno
por ciento sea lo que él hubiera desentrañado de sí mismo porque le cueste a
uno verse a fondo. Observe, lic, yo también uso por mimetismo los porcentajes…
Su obra iba a ser, si no maestra, fundamental, afirmaba. Los estudiosos quedarían
en aprietos para establecer el orden de los grandes ensayistas nativos. Si en
orden alfabético, le tocaba ser el primero. De León, Paz, Ramírez…
¿Sonríe, lic? Imagínese oyendo a diario su ay, que tú,
que yo, que sí, que no, que blablablá.
Sin embargo, me alentaba a que tuviera distracciones
porque no era un canalla integral. Le observé equis detalles, pero siempre
estaba en guardia. Un descuido y salía perdiendo tiro por viaje, como dicen.
Pudo estimularme a escribir porque tuviera problemas de conciencia y lo juzgara
un pasatiempo inocuo. También porque influyera el Trepamadres, su amigo y
compañero de facultad…
Mi biografía tendrá ciento veintipico de páginas, las
de Pedro Páramo. La poesía ayuda a
contenerse y a escribir compacto… Leo llegó a sugerirme títulos, geniales,
alardeaba. Él tenía el título definitivo de su libro, mas con nadie iba a
compartirlo para evitar el ¡plagio! Quién sabe el porqué de su presunción pues
eran títulos como de noticias. A veces me sorprendía si remataba conmigo, el
hijo de su mamá. Aunque él sabía que yo iba a escribir de nuevo, dejando atrás
mis poemas de adolescente...
¿Por ejemplo, lic? ¿Ejemplo de títulos a partir de los
cuales ya sólo restaba que yo escribiera el texto, je? En Guanajuato, luego de
hacer el amor en circunstancias difíciles, me dijo:
––Te regalo este titulazo Nunca jamás permitas que las arañas aniden
en tu coño.
Lo repitió soez y obsesivo todo el día, don
Superbuenasmaneras... Si estaban presente las muchachas, Leo lo decía en
silencio, considerado, moviendo nomás los labios. Pero ya me desvié.
No hay comentarios:
Publicar un comentario