8 de abril de 2014

RIPIOS Y RINGORANGOS

TURBOCRÓNICAS
RIPIOS Y RINGORANGOS

MARCO AURELIO CARBALLO

Maestro Raúl Pérez López Portillo: Felicidades si estás por terminar ya tu libro. Yo tengo media docena en el horno. Ya no quiero que se me ocurra nada con la sesera incompleta. Le declaré la guerra a muerte al mouse de la compu. Ahí me afectó la trepanación. Me cuesta el triple escribir debido a las erratas, acostumbrado al pad ball de la portátil, que perdí con un técnico transa: Cobraba 13 mil pesos por una compostura y para cobrarse la revisión se quedó con la máquina. Procuro seleccionar mis lecturas. Si leo narrativa, me dije, pasándome de listo, leo mi libro inédito y de paso lo corrijo. Compro tres diarios para redactar dos columnas con 18 notas. Ahora publican mucha basura y releo tres o más veces lo interesante para entender la nota. Nunca ha habido profesionalismo ni rigor, lo sé.

Me pregunto ¿dónde lees los fragmentos de mi mamotreto. Ahora estoy por la escritura concisa y casi lapidaria para ganar espacio. Publico En La Prensa una cuartilla a la semana. Fragmentos de novela ¡de una cuartilla! Beatriz Espejo limpia de ripios el texto para que la lectura se deslice como mantequilla, dice. A nosotros nos ordenaban apastillar quitando la paja. Me cansaría menos si leyera diarios sin paja. Se me ocurrió escribir una columna que sintetice en tres cuartillas la veintena de diarios de la semana, siempre que paguen una fortuna. Esa síntesis incluiría notas y fragmentos de artículos y de columnas. Mi paso por la agencia PIMSA influyó. Queríamos redactar  como corresponsal de AP y de UPI. En Excélsior ya sabía del apastille y de los ripios y de eliminar  la paja. “Escribes como viejito”, dijo Ramón Márquez, entonces cronista de futbol. Sí desprovisto de ringorrangos y sin el talento de Márquez. Cuando fui ayudante en El Diario de México sugerían leer los cables de France Press para redactar sin paja, yendo al grano. Sigo igual. Implacable, elimino los adverbios terminados en mente ¿obviamente? No, obvio.

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