29 de abril de 2014

FRAGMENTO 29

TURBOCRÓNICAS
FRAGMENTO 29
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)
––Hombre de ciertas luces enamora a mujer guapa ––siguió Leo––, de cuerpo escultural, sensualona, obediente, ¡como debe ser, chingaos! Pero, luego de la cama, ¿qué? Cuando te desplazas por la vida cotidiana, ¿qué? Nada… Pero nada, ¿eh? Linda, sensual y obediente, mas endeja.
Lo miré, imperturbable.
––Qué tedio y qué desgaste ––siguió––. Debes decirle dos, tres veces las cosas y ella hace dos veces el intento porque a la primera riega el tepache como decían los chilangos, Ahora dicen: “la cajetea”.  ¿Qué significa eso? ¿Qué soy misógino? ¿Machista?
Leo quería terapia elemental, escucharlo.
––¿Qué debo hacer ante una endeja? ––preguntó el genio––. ¿Hacerme endejo? ¿Reclamarle a tu Dios?... ¡Reclamarme a mí mismo!... Dios existiría para mí o dentro de mí con mi permiso.
––¿Con tu qué…?
––La vida es como el billar ––dijo ignorándome––, juegas con una obtusa, cualquiera, y al rato piensas y juegas y pierdes como ella. ¡Que no me chinguen! Las hay lindas, sensuales y serviciales e ¡inteligentes!, sí, treinta por ciento. Pero a esas pulgas parapléjicas, ca/, diría el Trepamoders, les cuesta un chingo brincar en mi petate mientras descubren mi talento… Es todo.
Eso de parapléjicas lo dijo el Trepa antes de la enfermedad de Leo.
––¿Tú crees que el Trepa tenga ideas? –– pregunté.
––Quizá no, doña Petacas, pero tiene preguntas. Me cae mejor quien hace preguntas y no quien tiene respuestas para todo… Los cretinos.
–– ¿A poco él es inteligente?
––Quizá poco ––dijo––, pero descubrió un aspecto interesante en su primera vieja.. Lo usaré en mi libro. Ya se chingó... Ella.
Guardé silencio. No quería la pelota de este lado y devolvérsela.
––La descubrió rete-endeja ––remató Leo––. El Trepa a su primera vieja.
––Ah, ¿sí?, ¿y cómo lo supo? ––le pregunté, lic––. ¿Cuándo?
––Hay un aspecto que confundimos con inteligencia, dijo el Trepa. La seguridad en sí mismo, cabrón… ¡Así lo dijo!


22 de abril de 2014

FRAGMENTO 28

TURBOCRÓNICAS
FRAGMENTO 28
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

La falsa personalidad de Leo me engañó, lic... Lo creí cerebral y analítico, y leoncito Bubú era emocional y sentimental. Ignoro si lo bautizó Alba Lilia o Yolanda. Les pregunté y guardaron silencio. Eran unas niñas. “No se les vaya a salir y se lo dicen a él”, las alerté, conteniendo la risa. Papito Leo odiaba manifestar su sentimentalismo, o temía hacerlo porque suscitara burlas.
Con sus lecturas fue caótico. Debió ir de El coronel no tiene quién le escriba a Cien años de soledad. De Cien años de soledad a Ulises. Por referirle a usted, lic, títulos. Leo no supo alternar historias y códigos civiles o penales. Ahora que, quién sabe en qué lo beneficie la lectura. ¿En suprimir su machismo? ¿El inducido por la propia mamá? No hay malos padres, insistía Leo, citando al psicólogo Benjamín Domínguez. Hay malas madres.
Una vez que hablaba solo, o esa impresión dio, pero debía escucharlo o me pescaba fuera de base, dijo:
––Yo no lo sé de cierto, diría el poeta, lo intuyo. Entonces ¿por qué tener hijos con una más pendeja que tú?
Lo vi a la cara.
––Es decir que yo ––aclaró––. Tenlos con una de aiq, entre paréntesis “Alto iq”, jo jo… Incluso superior al de uno. Poco. No mucho. Total, la vieja vivirá feliz mientras le den catre  y plata.
¿Ideas de la cárcel?
––Esto no lo dijo un poeta que da catre a sus diosas y no plata, pues ¿de dónde amigo vengo? ––siguió––, sino un ensayista. Ese ensayista, debe ser quien acuñó la incomprensible divisa de… “¡verga pal muerto!, jo jo jo”.
Trágame tierra, pensé.
Tú preferirías “¿reata palmuerto?” Miembro no porque pierde efecto.
––Rous ––continuó, cínico––, me gustan las viejas. ¿No necesito decirlo.  Pero no soporto su pendejez.
¿Decía algo novedoso?
––No he conocido una que me deslumbrara con las luces de su fulgurante inteligencia ––continuó––. No es cosa de sexos. De género, dicen ahora, ¿eh? Pendejas y pendejos porque hay hombres muy cretinos.

¿Y?

15 de abril de 2014

FRAGMENTO 27


FRAGMENTO 27
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

En mi presencia, Leo hablaba sin delicadeza con sus amigotes del tema de la menopausia. La peor referencia fue la siguiente:
––Las viejas son nauseabundas en los temas que tratan durante los trece años de la menopausia, y los que siguen ––dijo el Trepamoders––. Hablan de pies, ca, y de muelas en estado de descomposición, ca.
––No solo ellas  –dijo alguien.
––Los andropáusicos tienen lo suyo ––aceptó el Trepa––. ¿Que ya no se les para? ¿Que se les pone el pelo como de paja? ¿Que les rebanan el manojo?... No, eso sería una gran tragedia, cabrón, no asquerosidad. Digo, ¿no?
––Exageras ––dijo Leo.
––Ya quisiera verte ––dijo el Trepa–– si recibes el chicle de una menopáusica como a una veinteañera, cachondo…
Silencio.
––¿Le besarías los pies, como a una veinteañera, a una sesentona con los dedos talqueados porque le sudan hasta los juanetes? ––continuó el Trepa
––¡Basta! ––dijo Leo.
––Ta’ bien, ca/.
A las mujeres organizadas, lic, les doy el beneficio de la duda porque el intercambio de experiencias les abre los ojos. Se ven reflejadas en el problema de otras y escogen la solución según su idiosincrasia. A cuchilladas unas. A batazos otras mientras el enemigo duerme. ¡A tiros!... Así ocurre en Alcohólicos Anónimos, creo. Me refiero a la terapia de grupo, a la catarsis. Si echaste a perder la mitad de tu vida, ¿para qué desperdicias la otra? Un nombre podría ser el de Mujeres Sometidas Anónimas… Suena feo, ¿ lic? Pero ¿qué tal las siglas, musa? Debe haber uno mejor y yo descubriendo el hilo negro, como dicen. Si el camino fuera la terapia estilo doble A, no soy la indicada para iniciar nada semejante.

Si emprendiera un servicio social, lo haría para beneficio de huérfanos y de ancianos llevándoles libros a fin de hacer lectores a quienes nacieron lectores. Novelas y cuentos, biografías y poemarios a los emocionales y sentimentales, y ensayos a los cerebrales.

8 de abril de 2014

RIPIOS Y RINGORANGOS

TURBOCRÓNICAS
RIPIOS Y RINGORANGOS

MARCO AURELIO CARBALLO

Maestro Raúl Pérez López Portillo: Felicidades si estás por terminar ya tu libro. Yo tengo media docena en el horno. Ya no quiero que se me ocurra nada con la sesera incompleta. Le declaré la guerra a muerte al mouse de la compu. Ahí me afectó la trepanación. Me cuesta el triple escribir debido a las erratas, acostumbrado al pad ball de la portátil, que perdí con un técnico transa: Cobraba 13 mil pesos por una compostura y para cobrarse la revisión se quedó con la máquina. Procuro seleccionar mis lecturas. Si leo narrativa, me dije, pasándome de listo, leo mi libro inédito y de paso lo corrijo. Compro tres diarios para redactar dos columnas con 18 notas. Ahora publican mucha basura y releo tres o más veces lo interesante para entender la nota. Nunca ha habido profesionalismo ni rigor, lo sé.

Me pregunto ¿dónde lees los fragmentos de mi mamotreto. Ahora estoy por la escritura concisa y casi lapidaria para ganar espacio. Publico En La Prensa una cuartilla a la semana. Fragmentos de novela ¡de una cuartilla! Beatriz Espejo limpia de ripios el texto para que la lectura se deslice como mantequilla, dice. A nosotros nos ordenaban apastillar quitando la paja. Me cansaría menos si leyera diarios sin paja. Se me ocurrió escribir una columna que sintetice en tres cuartillas la veintena de diarios de la semana, siempre que paguen una fortuna. Esa síntesis incluiría notas y fragmentos de artículos y de columnas. Mi paso por la agencia PIMSA influyó. Queríamos redactar  como corresponsal de AP y de UPI. En Excélsior ya sabía del apastille y de los ripios y de eliminar  la paja. “Escribes como viejito”, dijo Ramón Márquez, entonces cronista de futbol. Sí desprovisto de ringorrangos y sin el talento de Márquez. Cuando fui ayudante en El Diario de México sugerían leer los cables de France Press para redactar sin paja, yendo al grano. Sigo igual. Implacable, elimino los adverbios terminados en mente ¿obviamente? No, obvio.

1 de abril de 2014

FRAGMENTO 26


FRAGMENTO 26
de “El último protomacho, creativo y perfeccionista, en el país de las colas sin fin y las narices de mango”, novela  de
MARCO AURELIO CARBALLO (MAC)

La vecina habla poco de libros y sus opiniones son ideologizadas y monotemáticas. Aprueba si coinciden con su forma de pensar, y si no, ¡pues no! ¿Me entiende, lic? Perdón… Si figura un personaje machista en libro o película, descalifica la obra. Como si la historia debiera reflejar el mundo real y el utópico deseado por ella. Si la mujer sobresale, esa historia es magnífica. No importan originalidad o calidad, ¿me entiende, lic? Disculpas.
Aun así Leo y la divorciada coincidieron en ciertos puntos. Pero sus ataques resultaron cada vez peor de sañudos conforme ella puso las cartas sobre la mesa, como dicen, y las discusiones se tornaron encarnizadas. ¿Cómo lo soportás vos?, preguntaba, mas insistía en ponerlo de rodillas en cualquier terreno.
Imagínelo, lic de ¡feminista! Imaginarlo de rodillas ante la taza del escusado, víctima de la gastritis alcohólica, era fácil. Nomás… Primero muerto que feminista, y ocurrió... Machista y misógino, su caída fue un triunfo para el movimiento femenino.
La Gandini quiso acarrearme a sus oenegés. ¿Con apenas tiempo para el quehacer?… Tampoco hubiera ido de sentir la necesidad. ¿Quién de oficio solitario acepta grupos. ¿Cómo desempeñarse en libertad de pensamiento, obedeciendo consignas y haciendo cumplir a las compañeras reacias? Habría dedicado ese tiempo a la lectura y escritura, al cine y teatro, música y museos. ¿Dos horas de discursos o una película?...
Jamás pedí esa clase de auxilio a mi madre, lic, aparte del económico. Me abstuve de plantearle lo que yo podía resolver.

Hay mujeres sojuzgadas, pero responsables de su destino. Ahí principia la independencia y, según Leo, alcanza plenitud en ¡la menopausia! Tan contundente que se van marido e hijos. De perras apaleadas mutan a perrotas rabiosas, decía carcajeándose. La menopausia les hace lo que el tequila a los machos: saca bien, pero bien furiosa, a la bestia peluda mantenida años echada dentro.