TURBOCRÓNICAS
Vidas ejemplares
MARCO
AURELIO CARBALLO
Para
el lic. Honorio Cortés López, un hombre de vida ejemplar, y para Guillermo
Ibarra
Al primer diabético a quien escuché presumir esa cruel
enfermedad era un taxista guerrerense, enamoradizo, a quien sus amantes lo
llamaban el Pito Dulce, según él mismo, con todo respeto para el lector. Una
enfermedad ¿de moda…? ¿Cómo que de moda?
Nadie de mi familia
la propició. Siempre la consideré producto de una venganza de los astros. Es
como vivir con una soga corrediza al cuello. Y ¿por qué?, ¿debido a qué? Mi
vida no ha sido ejemplar. Tampoco peor que la de Nerón, Hitler o Pinochet. Debía
pagarla y estaba dispuesto. Creo en la justicia. No quería trasladar a nadie la
deuda. Menos a mi familia. Desde luego, soy un don nadie como para decir quién
debe pagar. He pagado por cuanto me ha parecido que debo pagar. No presumo. Tampoco
estoy orgulloso de ello, sino apenado, e incluso avergonzado. Esa enfermedad me
avergüenza. No culpo a nadie. Yo soy el único responsable. Pude haberme ido del
país, si bien nadie me detuvo..
Hubiera empezado por
la madre naturaleza. En esta época, sólo un suicida vive tranquilo… así que
empecé por buscarle los cuernos al toro, como si fuera fácil. Quise tener una
vida sencilla, nada complicada, ¿por qué iba yo a trasladar o a cargar yo esa
vieja deuda? He aquí este coctail, esta cola de gallo:
Leo : “aumentó 42 por
ciento el número de suicidas en este país”.
Parecería que tratan
de arrancarme las entrañas a picotazos… A mí…
¿por qué a mí? La clásica y trillada pregunta. Tampoco estuve de acuerdo
con que alguien pagara por lo mío. Incluso estuve contra el Teletón. Siempre,
en favor del pago de impuestos.
De pronto escucho:
—¿Le sirvo ¿más café?, porque, si no,
no le voy a dar más tarde.
La respuesta:
—¡Sí!
Leo otra “Cola”: El
cónsul de España en México, Miguel Fernández, investiga el asalto y la
violación de seis españolas. La tercera “Cola de gallo” sería que el primer
hombre biónico, con sangre artificial, se exhibe ya en el museo de ciencias de
Londres. De paso, un tip: para cualquier extracción dental, el máximo de
glucosa en la sangre puede ser de 120.
En la tele, alguien
dice que los perros deben bañarse cada semana.
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