TURBOCRÓNICAS
Oficio, arder
Cuando se me vino a la mente el título “Oficio, arder” para el epílogo de un libro mío, pregunté a mi alrededor si no habían leído ese título por ahí. No, me contestaron. Debí haber preguntado más allá... Así que con las prisas y la irresponsabilidad del reportero estresado mantuve aquellas dos palabras al final de “Soconusquenses. Crónicas y semblanzas” (Coneculta-Chiapas). Hace poco intenté meter orden en varias pilas de libros. Entonces lo encontré y me fui de espaldas. Se trata de “Oficio: arder. Obra poética 1982-1997, de Efraín Bartolomé. Caray. Sólo fui distinto en el uso de la coma.
El texto, mi texto, que dedicaré a Efraín Bartolomé en la segunda edición, es el siguiente:
“Lo mejor que me ha pasado ha sido soñarme, despierto, escritor. Pero antes debía ser reportero, intuí, para tener experiencias y enseguida escribir historias cortas o largas. En la costa de la selva, en el Soconusco, siempre hubo escritores. Pero bajo aquel cielo verde no me crucé ni con poetas ni con narradores, en la segunda mitad del siglo pasado. Debí salir al mundo en pos de ellos y de las vivencias, y para sanar de regionalismo. En casa había libros suficientes. Tardé años en aprender lo fundamental, concentrado en dominar el oficio como autodidacto. La desventaja de ese método es su lentitud.
“También me distrajo eludir los estorbos con los cuales tropiezas de pronto. Un pariente, una mujer, un jefe, un dizque amigo. De viejo tomé conciencia de que ya no vives como los demás cuando decides ser escritor. De haberlo sabido en la niñez, me ahorro el desgaste que implica desprenderte de los convencionalismos y del bagaje inútil. En positivo, esos estorbos rinden experiencias aprovechables en las historias. Quién sabe qué habría pasado si los obstáculos me hubieran hecho morder el polvo. Estaría muerto o sería un costal de ochenta kilos de amargura…
“Cuando menos lo intenté. Pero estoy insatisfecho porque sé que puedo superarme todavía unos puntos arriba de lo conseguido. La competencia es conmigo. Aprendes a escribir cada texto, lo que sea, en el género de la narrativa. También logras vivir distinto. Pero debes llegar al mundo con un fuego interno, con una flama. La mía opera al rojo vivo y nadie me la ha apagado. A veces, cuando vivo o cuando escribo, ardo como una pila de leños bien secos.”
GARBANZOS DE A LIBRO
Elías Canetti
“Debería ser mucho más difícil morir”
La muerte de su padre y de su madre hizo declarar a Elías Canetti (Bulgaria, 1905- Suiza, 1905): “Se muere con demasiada facilidad. Morir debería ser mucho más difícil”. El Nobel de Literatura 1981 tenía el proyecto de escribir un ensayo sobre la muerte. Escribió nueve cuadernos y de ahí se publica “Libro de los muertos. Apuntes 1942-1988” (Galaxia Gutemberg/Círculo de lectores). En ese texto cuenta que a los siete años murió su padre de 31. También que no había manera de consolar a su madre y que “la sujetaba muy fuerte, y si se hubiera tirado por la ventana habría tenido que arrastrarme con ella”. Después, mientras escribía “La antorcha al oído”, operaron de cáncer a su segunda esposa, Hera. Elías Canetti escribió los cuadernos sobre la muerte en diferentes años de 1942 a 1988. Quizá su libro más conocido es “Masa y poder”.
LOS GARBANZOS
Habla Carlos Fuentes: “No sólo la policía mexicana sino toda la policía latinoamericana está corrompida y el Ejército como institución ha logrado darle un sello de honestidad y de combate al mal del narcotráfico”... Los libros de los mexicanos más pirateados son los de Francisco Martín Moreno (“Arrebatos carnales”) y de Xavier Velasco (“Diablo guardián”), informó la Cámara Nacional de la Industria Editorial. De 20 millones de libros que se venden al año en el país, la mitad son pirateados o fotocopiados... La escritora Charlaine Harris declaró que los vampiros en sus libros son sólo una metáfora, porque a ella le interesa hablar de cualquier minoría oprimida, aunque en ese caso (“Más muerto que nunca”, editorial Suma de Letras) se tratará concretamente de la comunidad gay. En EE.UU., una de las series de moda es “True blood”, basada en las historias de Charlaine Harris... Acuse de recibo: Revista de la Universidad, 74, abril 2010, que dirige Ignacio Solares, con las firmas de Miguel León-Portilla, Manuel Gutiérrez Estévez, Luz Aurora Pimentel, Álvaro Ruiz Abreu, Mauricio Molina, Darío Jaramillo, Rosa Beltrán, José Miguel Oviedo, Daniel Sada, Bárbara Jacobs, Vicente Leñero, David Martín del Campo, Arnoldo Kraus, Beatriz Espejo, Adolfo Castañón, Joaquín-Armando Chacón, Pablo Espinosa, Eduardo Antonio Parra, Ruy Pérez Tamayo e Ignacio Solares.
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